Batirse en retirada

Tener cerca plantaciones de ma¨ªz transg¨¦nico, dicen los ecologistas, facilita la contaminaci¨®n de los cultivos ecol¨®gicos a trav¨¦s del polen. La aparici¨®n de trazas de transg¨¦nico significa perder la certificaci¨®n ecol¨®gica y tener que vender la cosecha m¨¢s barata como ma¨ªz convencional. Muchos agricultores optan por la retirada.

En el a?o 2004, Arag¨®n contaba con unas 200 hect¨¢reas de ma¨ªz ecol¨®gico, cifra que se ha reducido en un 75% hasta el a?o pasado, seg¨²n un estudio de Rosa Binimelis, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa Ambientales de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. En Catalu?a, entre los a?os 2002 y 2005, la superficie de ma¨ªz ecol¨®gico s¨®lo disminuy¨® el 5%, "cuando el cultivo de ma¨ªz transg¨¦nico estaba menos extendido". El a?o pasado se descalificaron 1,71 hect¨¢reas de las 34 hect¨¢reas de ma¨ªz ecol¨®gico, afirma Daniel Valls, presidente del Consejo Catal¨¢n de la Producci¨®n Agraria Ecol¨®gica. En la presente campa?a, dif¨ªcilmente se llegar¨¢ a 5 hect¨¢reas.

El ma¨ªz transg¨¦nico pega fuerte: en 2007, la superficie de la variedad modificada, que se cultiva comercialmente desde 1998, era de 35.000 hect¨¢reas en Arag¨®n y 23.900 en Catalu?a (el 42% y el 55% del ma¨ªz sembrado, destinado b¨¢sicamente a pienso).

Para evitar la contaminaci¨®n, los agricultores lo han intentado todo. Hasta adelantar o retrasar la siembra. F¨¦lix Ballar¨ªn recuper¨® en el pueblo oscense de Seri?ena la variedad de ma¨ªz rojo aut¨®ctona hembrilla. De poco le sirvi¨®: cosech¨® la mitad de cereal y perdi¨® la certificaci¨®n ecol¨®gica. Los ganaderos ecol¨®gicos tendr¨¢n dificultades para abastecerse de piensos biol¨®gicos locales.