El PP recula y evita el divorcio con UPN
Los populares conf¨ªan en un nuevo pacto si en 2009 se renueva la c¨²pula navarra - Rajoy y Sanz fracasaron en el ¨²ltimo intento de buscar una soluci¨®n a la crisis
En el mismo sitio y por los mismos motivos (una crisis interna), Mariano Rajoy repiti¨® las im¨¢genes de antes del verano: en silencio, rodeado de periodistas que trataban de sacarle una frase bajo la lluvia, huy¨® a toda prisa del Congreso para no hablar de la noticia del d¨ªa: la amenaza de ruptura con UPN.
La clave est¨¢ en qu¨¦ har¨¢ UPN con el diputado que vot¨® con el PP
Finalmente, y despu¨¦s de anunciar la semana pasada que el acuerdo quedar¨ªa roto si alg¨²n diputado de UPN se absten¨ªa al votar la enmienda a la totalidad de los Presupuestos -lo hizo uno de los dos-, el PP decidi¨® replantearse su decisi¨®n y buscar una salida. La ruptura, se?alan en la direcci¨®n, era la peor soluci¨®n. El PP no parece en condiciones de montar de la nada un partido en Navarra, sobre todo despu¨¦s de que Miguel Sanz, l¨ªder de UPN, demostrara que tiene a m¨¢s del 90% del partido con ¨¦l.
Por eso, el PP ha cambiado a ¨²ltima hora de estrategia. En lugar de sentenciar la ruptura definitiva del pacto, ayer emiti¨® un comunicado -la f¨®rmula preferida de Rajoy para todo lo que tenga que ver con cuestiones internas- para anunciar que el PP "suspende relaciones con la actual direcci¨®n de UPN".
En la palabra "actual" est¨¢ la soluci¨®n que el equipo de Rajoy cree haber encontrado a un problema que, internamente, pone en cuesti¨®n la capacidad del l¨ªder para controlar el partido. Sanz ha anunciado que dejar¨¢ de ser jefe de UPN en marzo, cuando est¨¢ previsto el congreso interno, aunque seguir¨¢ como presidente navarro hasta 2011. Y ah¨ª, conf¨ªa el PP, entrar¨¢ en juego Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona, m¨¢s que probable sucesora de Sanz.
Ser¨¢ con esa nueva direcci¨®n, encabezada por Barcina, con la que el PP intentar¨¢ recomponer el pacto para evitar lo que todos temen: una nueva escisi¨®n similar a la de Unidad Alavesa, que dej¨® a la derecha fuera del poder en esa provincia durante 12 a?os.
?Y en estos meses? Las relaciones est¨¢n formalmente "suspendidas", una forma de contentar a quienes le ped¨ªan una muestra de autoridad, pero todo seguir¨¢ como hasta ahora. De hecho, esta f¨®rmula estaba precocinada por los mediadores, sobre todo la propia Barcina.
Rajoy busc¨® hasta el ¨²ltimo minuto una soluci¨®n. Incluso habl¨® a ¨²ltima hora de la noche del martes con Sanz, que estaba en Argentina. ?ste, seg¨²n fuentes de la direcci¨®n, le ofreci¨® que los dos diputados se ausentaran de la votaci¨®n. El l¨ªder del PP no acept¨® un acuerdo dif¨ªcil de vender a la opini¨®n p¨²blica.
La clave de lo que puede pasar est¨¢ ahora en lo que haga UPN con Santiago Cervera, el diputado que vot¨® con el PP y rompi¨® la disciplina de su partido. Si Sanz lo expulsa, como ha apuntado, la ruptura con los populares s¨ª podr¨ªa ser definitiva. El comunicado del PP anuncia que el grupo parlamentario no expulsar¨¢ al otro diputado, Carlos Salvador, por haberse abstenido. Le caer¨¢ una sanci¨®n de 300 euros, id¨¦ntica a la que sufrieron los dos diputados murcianos que la semana pasada rechazaron la admisi¨®n a tr¨¢mite del Estatuto de Castilla-La Mancha, en otra demostraci¨®n de las dificultades internas del PP.
En ese mismo texto, Rajoy reclama a UPN que no sancione a Cervera y trata de poner la pelota en el tejado navarro: "Corresponde a UPN manifestar su voluntad inequ¨ªvoca sobre la continuidad del pacto y ofrecer garant¨ªas". Pero UPN reaccion¨® r¨¢pidamente para devolver la pelota con otro comunicado: "Lamentamos la decisi¨®n unilateral del PP. UPN permanece a la espera de que el PP determine el alcance de esta suspensi¨®n".
Al margen de la guerra para ver qui¨¦n rompe el matrimonio, lo que hab¨ªa ayer en los pasillos del Congreso era unanimidad entre los diputados: la situaci¨®n podr¨¢ reconducirse o no en el futuro, pero de momento Jos¨¦ Blanco, el n¨²mero dos del PSOE al que se coloca en la sombra de toda la operaci¨®n, ha ganado la partida al lograr la divisi¨®n interna de su rival.
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