Como un hijo que se va a la guerra
Tom¨¢s G¨®mez anuncia a sus vecinos que deja de ser alcalde de Parla
Como se despide a un hijo que se va a la guerra dijeron ayer adi¨®s los parle?os a su alcalde. Todos los sab¨ªan, pero aun as¨ª ¨¦l quiso anunci¨¢rselo. "Tiene que seguir con su futuro", se lamentaba Milagros Moreno, vecina de Parla desde hace 48 a?os, minutos antes de que Tom¨¢s G¨®mez dijese adi¨®s. El alcalde lleg¨®, estrech¨® la mano a varios vecinos y subi¨® al escenario. Dio las buenas noches y coloc¨® el micr¨®fono, mirando a alg¨²n punto entre las cerca de 200 personas reunidas en la Casa de la Cultura de Parla. Y comenz¨® a hablar.
Cont¨® a sus vecinos c¨®mo lleg¨® a la ciudad "con tres a?itos" y se deshizo en elogios con los parle?os que, asegur¨®, hab¨ªan so?ado con construir una gran ciudad y lo hab¨ªan logrado.
"Me hab¨¦is visto crecer aqu¨ª. Nos conocemos todos, somos amigos. Somos familia", continuaba, con una sonrisa nost¨¢lgica. "Me hab¨¦is dado los 10 a?os mejores de mi vida, me siento orgulloso. Espero alg¨²n d¨ªa merecer...". Una breve pausa para tragar saliva y estallaron los aplausos entre el p¨²blico. G¨®mez se repuso y acab¨® el discurso con un par de frases someras.
Una comitiva lo asedi¨® cuando baj¨® de las tablas. Pocos hac¨ªan caso a las amables camareras que ofrec¨ªan bebida y canap¨¦s. Todos quer¨ªan decirle algo. Muchos le abrazaron y le desearon suerte. Algunos, mientras, se enjugaban las l¨¢grimas. Otros le susurraban al o¨ªdo.
Despu¨¦s de abrazar al alcalde, los vecinos se alejaban hacia las bandejas. "Ya no va a ser tan f¨¢cil como cuando ¨ªbamos al Ayuntamiento y dec¨ªamos: 'Oye, que necesito hablar con Tom¨¢s", comentaba Luc¨ªa, de 37 a?os. "?l ha hecho lo que ha podido mientras le han dejado", a?ad¨ªa junto a ella Antonio, parle?o de 46 a?os.
"Me da mucha penita que se vaya", aseguraba Mar¨ªa del Carmen Ramos, de 65 a?os y parle?a desde hace 38. "Por nosotros, por los mayores, ha hecho mucho. Se ven¨ªa de viaje con nosotros. Todo. No queremos que se vaya", dec¨ªa. Milagros, cruas¨¢n mixto en mano, recriminaba la actitud de su amiga: "Tom¨¢s es joven", dec¨ªa, "es normal que quiera crecer; lo que hace falta es que lo haga tan bien all¨ª como lo ha hecho aqu¨ª". Otra compa?era las interrumpe: "Yo, cuando voy a Soria, lo veo por la tele, y all¨ª lo conocen. ?No veas qu¨¦ ilusi¨®n! ?Ya todos saben d¨®nde est¨¢ Parla!".
El alcalde m¨¢s votado de Espa?a lleg¨® a la puerta de salida cuando acab¨® los abrazos. Se apart¨® de la multitud, buscando un sosiego imposible. All¨ª resumi¨® sus sensaciones con tres palabras. "Nostalgia", empez¨®, sin dudar. "Agradecimiento. Y... algo de tristeza, tambi¨¦n". Sab¨ªa que, cuando atravesase esas puertas, no las volver¨ªa a cruzar como alcalde.
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