El clan McCain en blanco y negro
Los descendientes de los esclavos de la plantaci¨®n de la familia del candidato republicano en Misisipi mantienen el apellido de sus antiguos amos
En blanco y negro. As¨ª se escribe, hasta en los detalles m¨¢s curiosos, la elecci¨®n presidencial que podr¨ªa llevar a la Casa Blanca a un ciudadano cuyos padres, un negro y una blanca, ten¨ªan prohibido casarse en la mitad de los Estados de la Uni¨®n hace poco m¨¢s de 50 a?os. Cuando el pa¨ªs se divide entre la continuidad o el cambio; cuando Estados Unidos enfrenta el reto hist¨®rico de elegir presidente al negro Barack Obama frente al blanco John McCain, sale a la luz una parte de la historia m¨¢s oscura de esta naci¨®n, una historia que representa la perfecta met¨¢fora de todo este debate. El pasado esclavista de los antepasados de McCain narra como pocos episodios la magnitud de lo que est¨¢ en juego el 4 de noviembre.
Lillie McCain: "Siempre hemos sabido los unos de los otros"
"Obama es la mejor persona para el cargo de presidente en este momento"
La foto de una mujer de cort¨ªsimo pelo -te?ido de canas- con gesto desafiante y orgulloso era portada del diario The Wall Street Journal hace unos d¨ªas. Era una historia con nombre propio. La historia de Lillie. Una historia que comparten decenas de miles de mujeres y hombres negros que con su trabajo hicieron rico a Estados Unidos. Con una peculiaridad: el apellido. Lillie no se apellida Freeman (hombre libre), como otros muchos descendientes de esclavos liberados. Lillie posee el apellido que su tatarabuelo adopt¨® de sus se?ores (propietarios) una vez concluida la guerra civil norteamericana. Lillie es una McCain. Una McCain negra.
Los McCain -negros- tienen una larga y orgullosa tradici¨®n en la construcci¨®n de Estados Unidos. Desde su Misisipi natal se opusieron a la segregaci¨®n, resistieron las ardientes embestidas del Ku Klux Klan y formaron parte de las campa?as a favor de los derechos civiles de los negros.
Todo ello a partir de 1860. Porque antes, tan cerca o tan lejos como 1812, depende desde qu¨¦ ¨®ptica se mire, William Alexander McCain, blanco tatarabuelo del actual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, fue due?o de una plantaci¨®n de 120 esclavos.
De entonces le viene el apellido a Lillie. De cuando Isom, su tatarabuelo, que nunca rompi¨® lazos con su antiguo amo, al que consideraba un buen patr¨®n que no abusaba de sus esclavos, tuvo que elegir identidad. Y eligi¨® la de los antepasados de John McCain.
Lillie McCain asegura hoy a Douglas Blackmon, autor del libro Slavery by another name (El otro nombre de la esclavitud) y delegado de The Wall Street Journal en Atlanta, que no guarda resentimiento ninguno hacia el candidato que comparte su apellido. "No soy consciente de que haya en la familia animadversi¨®n alguna. Siempre hemos sabido los unos de los otros y nos hemos aceptado", explica la se?ora McCain.
No obstante, a sus 56 a?os, esta profesora de psicolog¨ªa en Mott Community College, en Flint (Michigan), asegura que su voto ser¨¢ para Obama. Pero no por su color de piel. "Es la mejor persona para el cargo en este momento de nuestra historia", proclama.
Tan s¨®lo cinco generaciones separan a Lillie de Teoc, la plantaci¨®n que todav¨ªa hoy poseen los McCain -blancos- en Misisipi y donde el senador de Arizona pasaba sus veranos cuando vest¨ªa pantalones cortos. Muchos de los descendientes de aquellos McCain -blancos y negros- todav¨ªa viven en el sure?o Misisipi. Una vez al a?o suelen reunirse. "Entre nosotros nos llamamos primos", relata Lillie McCain a The Wall Street Journal. Y dicen que llaman Joe a Joseph McCain, hermano peque?o del veterano pol¨ªtico.
?Conexi¨®n biol¨®gica? La sombra de la duda sobre si la sangre blanca se mezcl¨® con la sangre negra existe en la mente de los McCain -negros-. "Conociendo c¨®mo trataban los amos a los esclavos me resultar¨ªa cuando menos poco com¨²n que no la hubiera habido", dice con una media sonrisa Lillie McCain en la cadena de televisi¨®n CNN. El autor de Slavery by another name, que lleg¨® a la historia de ambas familias despu¨¦s de que un lector de su trabajo le alertara de la conexi¨®n entre los McCain blancos y los negros, asegura que no le consta. Y un portavoz de la campa?a del senador declin¨® hacer ning¨²n comentario.
En su relato de lo vivido, Lillie McCain rememora el d¨ªa que escuch¨® a Martin Luther King en Greenwood (Misisipi). Tambi¨¦n recuerda su detenci¨®n y la de sus dos hermanos tras una marcha por los derechos civiles en Jackson organizada por el Comit¨¦ No Violento de Estudiantes, cuyo l¨ªder, Stokely Carmichael, acu?¨® la expresi¨®n black power. Poco despu¨¦s del paso de Carmichael por la ciudad, la iglesia sucumb¨ªa a las llamas del Ku Klux Klan. En 1969, la negra se?ora McCain culminaba otro reto: fue una de las primeras afroamericanas en graduarse en uno de los pocos institutos que ten¨ªan educaci¨®n mixta.
"M¨¢s importante que los McCain tuvieran o no esclavos hace 150 a?os es lo mucho que han avanzado los afroamericanos en este pa¨ªs en ese tiempo", explica Blackmon. Tanto como que el 44? presidente de la naci¨®n puede ser negro.
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