Otro vendaval argentino
La nacionalizaci¨®n de las pensiones pone en evidencia las dificultades del Gobierno para manejar las cuentas p¨²blicas
Juan Domingo Per¨®n irrumpi¨® en el vendaval de la nacionalizaci¨®n del sistema privado de pensiones que anunci¨® el martes -por sorpresa y en plena crisis internacional- la presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. En un v¨ªdeo disponible en YouTube, el entonces presidente dec¨ªa en 1973 que los sistemas estatales de pensiones no eran "eficientes ni seguros". El v¨ªdeo fue repetido en la televisi¨®n y la prensa de Argentina a prop¨®sito de una reforma que no s¨®lo elimina el cuestionado r¨¦gimen privado, sino que pone en evidencia las dificultades del Gobierno para pagar su deuda, convierte al Estado en accionista de empresas y reduce la liquidez en un mercado de capitales que ya era pobre y ahora ser¨¢ indigente.
La iniciativa no busca proteger las pensiones, seg¨²n los expertos
Si el Congreso rechaza la medida se teme una suspensi¨®n de pagos
El proyecto de Fern¨¢ndez ha producido fuertes ca¨ªdas en las Bolsas de Buenos Aires y Madrid, preocupada por el futuro de las empresas espa?olas en Argentina, pero a¨²n no son claras sus consecuencias porque falta que se debata en el Congreso y que la Justicia resuelva las demandas que afiliados a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) emprender¨¢n contra el Estado por presunta violaci¨®n de la propiedad privada. "El dinero del sistema privado no es de las AFJP ni del Estado, sino de la gente", alerta Aldo Abram, de la consultora Ex Ante. "Por eso la reacci¨®n adversa del mercado", a?ade.
Enrique Dentice, profesor de la Universidad de San Mart¨ªn, discrepa: "No hay confiscaci¨®n. Las AFJP ten¨ªan baja rentabilidad e invert¨ªan en t¨ªtulos del Estado argentino, que nadie quer¨ªa, y por eso peligraban las jubilaciones futuras".
Hasta ahora los afiliados a las AFJP aportaban el 11% de su salario a una cuenta personal de ahorro y sus empleadores contribu¨ªan con el 15% al sistema solidario del Estado. Al momento de jubilarse, el contribuyente recib¨ªa una prestaci¨®n b¨¢sica estatal y una renta de acuerdo con lo ahorrado. Ahora, todas las contribuciones ir¨¢n al Estado, y con ellas pagar¨¢ las pensiones, como sucede en la mayor parte del mundo.
El Gobierno promete una pensi¨®n entre el 10% y el 30% mayor a la que pagan las AFJP. Los analistas consideran que puede ser as¨ª a corto plazo, porque los fondos de pensiones est¨¢n sufriendo la crisis financiera internacional, pero en el mediano y largo plazo depender¨¢ de la disciplina del Estado. "Todos los sistemas de pensiones son inestables porque dependen de la econom¨ªa y la demograf¨ªa", opina Juan Massot, profesor de la Universidad del Salvador.
Buena parte de los expertos considera que la medida no busca proteger las pensiones, como asegur¨® la presidenta, sino fortalecer una caja fiscal cuya debilidad qued¨® en evidencia con el anuncio. Como las AFJP hab¨ªan invertido el 55% de sus 23.000 millones de euros en t¨ªtulos p¨²blicos, la nacionalizaci¨®n de los fondos privados implicar¨¢ que el Tesoro pasar¨¢ a deberle dinero a la Administraci¨®n Nacional de la Seguridad Social (Anses). Si el Congreso aprueba la reforma, Argentina contar¨¢ con el flujo del sistema privado -unos 4.500 millones de d¨®lares anuales- para afrontar los vencimientos de capital e intereses por 11.000 millones en 2009.
Si el Parlamento rechaza la medida, algunos analistas temen que se produzca una suspensi¨®n de pagos, s¨®lo evitable si se sacrifican reservas del Banco Central y ahorros del sector p¨²blico.
La crisis financiera y econ¨®mica internacional de los ¨²ltimos meses ha depreciado las materias primas, incluida la soja, y el Gobierno busca alternativas para reemplazar la p¨¦rdida de ingresos del impuesto a la exportaci¨®n de esa oleaginosa, clave para sostener el super¨¢vit fiscal, seg¨²n Ramiro Casti?eira, de la consultora Econom¨¦trica. El Gobierno intent¨® atraer capitales anunciando que abonar¨ªa las deudas impagadas desde 2001 con el Club de Par¨ªs (grupo de 19 pa¨ªses acreedores, incluida Espa?a) y los tenedores de bonos que no aceptaron la quita de 2005, pero ambas medidas se postergaron por la crisis mundial. Una opci¨®n era recortar gasto, pero con el riesgo de desacelerar m¨¢s la econom¨ªa en 2009, a?o de elecciones legislativas. La alternativa fue la nacionalizaci¨®n de las pensiones.
La reforma golpea al mercado de capitales argentino porque las AFJP eran uno de sus protagonistas. El director de la Anses, Amado Boudou, prometi¨® que ese organismo estatal financiar¨¢ al sector privado. Criticadas por prestar poco a la inversi¨®n de largo plazo, las AFJP suscrib¨ªan obligaciones negociables de grandes empresas y apostaban por fideicomisos que iban a financiar el consumo de electrodom¨¦sticos. Dentice coincide con Fern¨¢ndez en que el mundo se mueve hacia las nacionalizaciones del sector financiero, pero reconoce que en Estados Unidos, Europa o Brasil los Gobiernos han inyectado liquidez y Argentina har¨¢ lo contrario.
El Estado argentino ingresar¨¢ dinero como accionista de empresas (incluidas filiales de firmas espa?olas) cuyas acciones hab¨ªan comprado en Bolsa las AFJP. Tendr¨¢ participaciones en Gas Natural BAN (24,4%); Grupo Concesionario del Oeste (20,1%), de Abertis
; Central Costanera (12,7%), de Endesa; Metrogas (6,8%), participada por
Repsol YPF, y BBVA Banco Franc¨¦s (6,6%).
Se tensa mientras tanto la relaci¨®n entre Argentina y Espa?a, reconoce Dentice. Para empezar, desaparecen todas las AFJP (que emplean a 12.000 trabajadores), incluida la de BBVA, Consolidar.
La decisi¨®n de la presidenta argentina puede despertar desconfianza en los ahorradores que pese al corralito de 2001 volvieron a depositar pesos en los bancos. "Si se produce p¨¢nico", observa Massot, "la gente retirar¨¢ sus dep¨®sitos y comprar¨¢ d¨®lares [tradicional refugio del ahorrador argentino], y el Banco Central no est¨¢ en condiciones de sostener el d¨®lar a 3,25 pesos, a no ser que est¨¦ dispuesto a perder todas sus reservas". Altas fuentes de la entidad confiesan que pueden soportar una demanda de d¨®lares diez veces superior a la que sufri¨® en mayo (3.000 millones), en plena crisis rural.
Si la gente atesora d¨®lares, consume menos, se profundiza la desaceleraci¨®n del crecimiento econ¨®mico y se estanca la creaci¨®n de empleo, advierte Massot. Despu¨¦s de cinco a?os de crecer m¨¢s del 9%, Argentina se expandir¨¢ en 2008 alrededor del 7%. En cambio, el crecimiento rondar¨¢ entre el 3% y el 5% en 2009.
Ning¨²n sistema funciona
Durante d¨¦cadas los argentinos se quejaron de las magras jubilaciones que les pagaba el Estado y debieron demandarlo ante los tribunales para ganar algo m¨¢s. En 1994, otro presidente peronista, Carlos Menem, cre¨® el sistema privado de jubilaciones, pero poco a poco los fondos de pensiones fueron invirtiendo m¨¢s y m¨¢s en t¨ªtulos p¨²blicos, por codicia u obligados, hasta que en 2001 Argentina suspendi¨® pagos y cuatro a?os m¨¢s tarde aplic¨® una fuerte quita sobre aquellos bonos. Y as¨ª el Estado volvi¨® a intervenir en el sistema de pensiones, aunque fuera privado.
Como si no hubiese posibilidad de escapar de los malos manejos de los Gobiernos, los fondos de pensiones comenzaron a sufrir el a?o pasado la depreciaci¨®n de los bonos en pesos ajustados por el ¨ªndice de inflaci¨®n, que el Gobierno de N¨¦stor Kirchner empez¨® a rebajar. Y en 2008 los t¨ªtulos argentinos siguieron perdiendo valor por el conflicto entre el Gobierno de Fern¨¢ndez y las principales entidades rurales, pero sobre todo por la tormenta financiera internacional. La crisis tambi¨¦n perjudic¨® a las acciones argentinas, segunda mayor inversi¨®n de las AFJP, con el 11% de sus recursos. La rentabilidad del sistema de las AFJP fue en los ¨²ltimos 12 meses negativa en un 2,25% en pesos, en un pa¨ªs donde la inflaci¨®n supera el 20% anual. En el sistema financiero alegan que en el largo plazo son rentables.
Algunos argentinos que vieron perder en estos meses parte de los ahorros para la jubilaci¨®n temen que ahora les siga yendo mal en manos del Estado. En 2007 se hab¨ªa dado a los afiliados a las AFJP la libertad de regresar al sistema estatal, de acuerdo con una ley impulsada por Kirchner. De los 11 millones de afiliados, se pasaron al Estado apenas 1,5 millones. Ahora los otros 9,5 millones, de los cuales s¨®lo 3,5 millones pagan sus aportes, pasar¨¢n en forma compulsiva al sistema estatal. -
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