Cuando los brujos entran en acci¨®n
Siempre ha habido gente supersticiosa que conf¨ªa en brujas, adivinos, sanadores, ocultistas y dem¨¢s. En Madrid, actualmente, este fen¨®meno se extiende como la p¨®lvora. Recelosos de bancos, administraciones, Bolsa, iglesias y otras entidades de prestigio, muchos ciudadanos acuden a la videncia en busca de consuelo alternativo y soluciones.
Los desvar¨ªos burs¨¢tiles han incrementado el delirio. Los videntes se anuncian en la prensa (sobre todo, en la del coraz¨®n) y en publicaciones especializadas, invaden Internet y ofrecen maravillas en el centro de la ciudad para todo tipo de problemas. En tiempos de ansiedad, como es el caso, los esot¨¦ricos se multiplican como conejos. La loter¨ªa y los videntes hacen su agosto. No les afecta el paro, todo lo contrario. Es natural que los hechiceros est¨¦n encantados.
Dentro del gremio hay de todo. Son un retablo barroco y asilvestrado. Durante esta semana he tomado notas de algunos anuncios que me he encontrado. Hay quien se presenta de forma rotunda asegurando que "trasciende tu pasado y transforma tu futuro". Otro afirma que tiene "soluciones a la depresi¨®n garantizadas". Algunos se decantan por las pr¨¢cticas africanas, orientales o caribe?as. Tambi¨¦n ofertan astrolog¨ªa cabal¨ªstica, hipnosis, sanaci¨®n con cristales, cartomancias de todo tipo, numerolog¨ªa, gimnasia cerebral, vud¨², nigromancia y otras artes temerarias.
Hay augurios catastrofistas. Un tipo asegura que tiene "mensajes de la Confederaci¨®n Intergal¨¢ctica anunciando cambios planetarios inminentes". Alguno de ellos puede que sepa y crea lo que se trae entre manos, pero, en general, se nota mucho intrusismo.
?C¨®mo es posible que alguien en su sano juicio d¨¦ cr¨¦dito a tama?as promesas? Te ofrecen fortuna por ducados, y pican algunos peces. Hay gente para todo. Madrid est¨¢ lleno de escobas.
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