Una comedia sin risa

Hasta 1958 la novela mexicana no hab¨ªa salido del campo. En esto lleg¨® Carlos Fuentes y se puso a hurgar en las tripas de la Ciudad de M¨¦xico. De aquella primera mirada naci¨® La regi¨®n m¨¢s transparente, una novela que quiso hacer con el Distrito Federal lo que John Dos Passos hab¨ªa hecho con Nueva York en Manhattan Transfer. Lo record¨® ayer el mismo Fuentes en Casa de Am¨¦rica de Madrid donde, en di¨¢logo con el narrador colombiano Juan Gabriel V¨¢squez, present¨® La voluntad y la fortuna (Alfaguara).

Con su nueva novela, que cierra el ciclo inaugurado con La regi¨®n m¨¢s transparente, el escritor mexicano, que el mes que viene cumple 80 a?os, ha pretendido auscultar la realidad de una megal¨®polis inabarcable. "Cuando yo nac¨ª, o sea, en la prehistoria", dijo, "la ciudad ten¨ªa un mill¨®n de habitantes y el pa¨ªs 20. Hoy es la capital la que tiene 20 y el pa¨ªs, 110. Es el cuerpo de David con la cabeza de Goliat". La voluntad y la fortuna, de hecho, es una novela narrada por la cabeza cortada de Josu¨¦ Nadal, que cuenta sus picarescas haza?as junto a su amigo Jeric¨®. Ca¨ªn y Abel en un tratado de Maquiavelo en el que la voluntad se ve continuamente interrumpida por la fortuna y la necesidad. Algo as¨ª como una narraci¨®n en la que la tragedia queda siempre te?ida de melodrama: "Y el melodrama es una comedia sin risa, algo de lo que no te atreves a re¨ªrte", dijo Fuentes.

V¨¢squez repas¨® los temas, voces y registros de La voluntad y la fortuna para concluir: una novela total. Carlos Fuentes ataj¨® con una sonrisa: "Es larga, pero no total. De una novela me interesa menos lo que cuenta que lo que sugiere. Me gusta que haya siempre una herida por la que sangre. Es lo que la hace humana".