El fin de la ortodoxia
Trichet se permite anunciar una rebaja de tipos por la ca¨ªda de la inflaci¨®n y el crudo
Muy malas deben de ser las expectativas del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sobre la evoluci¨®n futura de la crisis econ¨®mica y financiera para que ayer anunciara en Madrid que el pr¨®ximo 6 de noviembre probablemente bajar¨¢n los tipos de inter¨¦s en la zona euro. Trichet confirmaba de esta forma que el consejo de la m¨¢xima autoridad monetaria europea est¨¢ abandonando las r¨ªgidas posiciones de ortodoxia monetaria, ancladas en el objetivo ¨²nico de controlar la inflaci¨®n, para dar cabida tambi¨¦n al problema de la falta de liquidez en los mercados o a la recesi¨®n econ¨®mica, tan temida por las instituciones econ¨®micas mundiales.
Trichet dispone de una s¨®lida coartada para anunciar, salt¨¢ndose el protocolo casi sagrado de discreci¨®n de los bancos centrales, un abaratamiento del precio del dinero. La m¨¢s efectiva es, por supuesto, que las expectativas de inflaci¨®n en la eurozona est¨¢n en claro retroceso, debido sobre todo al par¨®n de la actividad econ¨®mica. Sin inflaci¨®n, el BCE puede atender las presiones de los pa¨ªses que reclaman una pol¨ªtica monetaria m¨¢s relajada para aliviar la sequ¨ªa de liquidez y reactivar las maltrechas econom¨ªas. No es un secreto que Francia encabeza las peticiones de dinero m¨¢s barato y que, de nuevo, el presidente Sarkozy se enfrenta a las reclamaciones de rigor que sostiene Alemania.
El descenso previsto de la inflaci¨®n se fundamenta sobre todo en el hundimiento del precio del petr¨®leo, el factor de coste que ha generado importantes presiones inflacionistas en la eurozona cuando se dispar¨® por encima de los 147 d¨®lares en julio de este a?o y que ahora est¨¢ restando inflaci¨®n al situarse por debajo de los 60 d¨®lares. El hundimiento del precio del petr¨®leo, incluso a pesar de la decisi¨®n de la OPEP de reducir su producci¨®n en 1,5 millones barriles diarios, obedece a dos causas fundamentales. Quiz¨¢ la m¨¢s alarmante, por lo que tiene de preludio de esa recesi¨®n que descuentan casi todos los mercados, desde el financiero al energ¨¦tico, sea el descenso en picado de la demanda de petr¨®leo en los pa¨ªses con mayores niveles de consumo. Una segunda raz¨®n poderosa de la ca¨ªda de precios hay que buscarla en la tendencia de los mercados a deshacer las posiciones en petr¨®leo, para conseguir liquidez inmediata y cubrir las p¨¦rdidas o la depreciaci¨®n de activos.
Es evidente que la urgencia econ¨®mica principal debe ser restablecer una cierta normalidad en el flujo del cr¨¦dito y evitar, en lo posible, que la pol¨ªtica monetaria aumente el riesgo de recesi¨®n. En ese sentido, el anuncio de Trichet puede calificarse de afortunado e ins¨®lito, por cuanto supone lo m¨¢s parecido al arrepentimiento de que es capaz de mostrar un banquero central. Y, aunque responde a elevadas dosis de cortes¨ªa, tambi¨¦n hay que contabilizar en su haber su apoyo a que Espa?a est¨¦ presente en la cumbre sobre la crisis financiera.
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