Como los mayas
Las morfolog¨ªas de la historia y, m¨¢s cotidianamente, el abuso del pasado para diagnosticar el presente y pronosticar el futuro proliferan en cuanto la gente se pone nerviosa. La tentaci¨®n de considerar las civilizaciones como organismos vivos que nacen, crecen, llegan a su madurez biol¨®gica, y, luego, enferman y mueren, alcanza su m¨¢ximo atractivo cuando sentimos que trastabillamos sobre el que cre¨ªamos s¨®lido suelo de nuestras certezas. Spengler fue un consumado maestro en el arte de convertir la Historia -con may¨²scula- en m¨¢gica bola de cristal desde la que, primero, determinar los males del mundo y, luego, vaticinar lo que iba a pasar. Pero desde la historia todo vaticinio termina revel¨¢ndose sospechosamente ideol¨®gico. Como explicaba Adorno escribiendo precisamente acerca del autor de La decadencia de Occidente (1918-1922), "en la forma del pron¨®stico est¨¢ ya el control sobre los seres humanos para anular su capacidad de acci¨®n", de modo que los pretendidos profetas acaban siendo m¨¢s bien "laboriosos agentes" del curso que atribuyen al "esp¨ªritu del mundo". Otra cosa es que se salgan con la suya.
Cuando la ansiedad es grande se recurre al pensamiento m¨¢gico. Mucho mejor si se disfraza de lecci¨®n del pasado
Desde el esc¨¢ndalo de la Enron Corporation -paradigma de la corrupci¨®n y el fraude empresarial en gran escala- las malas noticias globales que afectan al bolsillo de la gente no han cesado de sucederse al ritmo vertiginoso que marcan cada d¨ªa m¨¢s perentoriamente los mercados de valores, la destrucci¨®n del empleo y la p¨¦rdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. Como nadie sabe exactamente c¨®mo vamos a salir del atolladero en que nos han metido los mismos que pretenden sacarnos de ¨¦l (una llamativa muestra de irracionalidad de la que el mism¨ªsimo Patronio hubiera extra¨ªdo instructivo exemplo para ilustraci¨®n del conde Lucanor), crece la angustia. Y, cuando la ansiedad es grande, se recurre al pensamiento m¨¢gico. Mucho mejor si se disfraza de lecci¨®n del pasado.
Leo en la prensa inglesa -all¨ª est¨¢n particularmente nerviosos- un entretenido art¨ªculo acerca de las semejanzas de nuestra coyuntura hist¨®rica ("nuestra" equivale a la de la parte desarrollada del mundo) con la que vivieron los mayas antes de que se hundieran como civilizaci¨®n, "cuando estaban en lo m¨¢s alto de su poder". La explosi¨®n demogr¨¢fica, el desastre ecol¨®gico provocado por el cambio clim¨¢tico, la intensa sobreexplotaci¨®n de los recursos de su ecosistema, los gastos de guerra, la incompetencia de sus clases dirigentes para combatir la escasez de alimentos, y las revueltas de la poblaci¨®n estar¨ªan en la base de la (a¨²n) misteriosa desaparici¨®n de aquel gran imperio americano, cuyo esplendor se vislumbra todav¨ªa en Chich¨¦n Itz¨¢ o Tikal.
Lo curioso de jugar a las semejanzas hist¨®ricas es que cada cual enfatiza lo que le interesa, y que, al final, la responsabilidad individual y colectiva puede quedar diluida en algo tan viscoso como el "destino" ineludible. Por eso mismo, lo que no deber¨ªamos olvidar es que "nuestra" crisis tiene responsables. Y que los principales se encuentran en los centros de m¨¢ximo poder. Ayer mismo George Monbiot, uno de los columnistas estrella de The Guardian, se preguntaba c¨®mo esos "est¨²pidos charlatanes" (por traducirlo suavemente; la expresi¨®n que utiliza es gibbering numbskulls) han podido controlar Washington -nuestra Roma- durante tantos a?os. Y apuntaba una de las causas en la intensidad con que determinados medios y l¨ªderes parecen haber convencido a una parte de la opini¨®n estadounidense de que la inteligencia no s¨®lo es sospechosa, sino, adem¨¢s, una desventaja pol¨ªtica. McCain, y no digamos su running mate, representan cabalmente ese antiintelectualismo "de la Am¨¦rica real" que en los ¨²ltimos a?os ha tildado de "elitistas" a cuantos se atrev¨ªan a criticar las directrices de los neocons. Los resultados del 4 de noviembre no van a suponer el arreglo del desastre, pero, si al menos McCain y Palin no ganaran, tal vez pudi¨¦ramos distanciarnos un poco del supuesto hado de los mayas.
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