?Una historia real!
El Shanghai anterior a la II Guerra Mundial, incluso el coet¨¢neo a ¨¦sta, era un hervidero de historias. De Historia, con may¨²scula, y de hostorias. Quiz¨¢ por todo ello, los iniciales resquemores ante Los ni?os de Huang Shi, provocados unos d¨ªas antes por uno de esos tr¨¢ileres presuntamente ¨¦picos comandados por la hip¨¦rbole "?basada en una incre¨ªble historia real!", se vienen abajo en el tercio inicial de la pel¨ªcula. Hay una historia que contar: la de un joven periodista dispuesto a todo para triunfar en su oficio enviando su cr¨®nica desde la barbarie.
La desgracia es que la sensaci¨®n de fascinaci¨®n dura apenas media hora. En cuanto el protagonista abandona la m¨¢quina de escribir y se engancha a una especie de personal¨ªsima ONG integrada por un solo miembro (¨¦l mismo), la pel¨ªcula se hunde. Primero, porque en ning¨²n momento hay un proceso de reconversi¨®n de su ideario. Segundo, porque el aspecto de Jonathan Rhys Meyers, que nunca ayuda a la empat¨ªa con su ataque de humanitarismo. Y tercero, porque Roger Spottiswoode no es m¨¢s que lo que antes se sol¨ªa llamar artesano y ahora s¨®lo cabe definir como manufacturero; es decir, un profesional con la eficacia y la trascendencia de un fabricante de farolas.
LOS NI?OS DE HUANG SHI
Direcci¨®n: Roger Spottiswoode.
Int¨¦rpretes: Jonathan Rhys Meyers, Radha Mitchell, Chow Yun-Fat.
G¨¦nero: drama. Australia, 2008.
Duraci¨®n: 114 minutos.
De modo que el envoltorio ex¨®tico y los buenos sentimientos de la ?incre¨ªble historia real! salen victoriosos frente a la verdadera carne del relato.
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