Todo Obama
Tan dif¨ªcil como conducir la vida de uno mismo es hacerlo con la propia biograf¨ªa. En pol¨ªtica, es m¨¢s frecuente tropezar con el pol¨ªtico que es v¨ªctima de su biograf¨ªa que lo contrario, una biograf¨ªa que aparezca como la cuidada construcci¨®n de una personalidad bajo cuyo control se desarrolla tanto la escritura sobre su peripecia vital como la propia peripecia vital que le sirve de base. Barack Obama, ese pol¨ªtico que combina una oratoria emotiva y c¨¢lida con una personalidad fr¨ªa y tranquila, es de momento un ejemplo de maestr¨ªa autobiogr¨¢fica que permite modelar la propia vida como una cuidada narraci¨®n. Esta circunstancia tiene mayor relevancia en el caso del candidato dem¨®crata a la presidencia de Estados Unidos porque esta elecci¨®n y este tiempo son los de la utilizaci¨®n de la vida como mensaje pol¨ªtico. El mensaje pol¨ªtico que funciona en la ¨¦poca posideol¨®gica y pospol¨ªtica tiene la forma de un relato cre¨ªble y funcional que los ciudadanos pueden utilizar como identificador y orientador en sus vidas y en sus comportamientos electorales. El pol¨ªtico posmoderno necesita contar con una potente biograf¨ªa, capaz de sintonizar con las mayor¨ªas que deben apoyarle, y a la vez debe saber contar sus ideas pol¨ªticas a trav¨¦s de relatos, de historias concretas, con rostros, nombres, apellidos y aliento vital.
Barack Obama ha demostrado hasta ahora que est¨¢ extraordinariamente dotado para la pol¨ªtica contempor¨¢nea. En primer lugar, porque cuando ten¨ªa apenas 33 a?os y apenas pod¨ªa intuir que alg¨²n d¨ªa se dedicar¨ªa a la pol¨ªtica parlamentaria y llegar¨ªa a bregar por la presidencia de Estados Unidos, supo escribir una indagaci¨®n sobre su identidad personal y familiar, d¨¢ndole la forma de un relato autobiogr¨¢fico, que se convirti¨® en un ¨¦xito editorial. M¨¢s tarde, porque ha sabido poner su propia historia biogr¨¢fica al servicio de una r¨¢pida y brillante carrera pol¨ªtica, cuya coronaci¨®n entra?a de nuevo un elemento narrativo potent¨ªsimo: si vence ser¨¢ el primer afroamericano que llega a la presidencia de un pa¨ªs en cuya fundaci¨®n pesaron decisivamente los grandes propietarios rurales esclavistas, libr¨® una guerra civil por causa de la esclavitud y hasta la d¨¦cada de los sesenta mantuvo leyes segregacionistas.
El talento pol¨ªtico de Obama es, directamente, talento narrativo. Sabe contar su propia vida y sus ideas como fruto de su experiencia vital y sabe utilizar las historias de vidas, las biograf¨ªas, como ap¨®logos que le sirven para discutir y transmitir sus ideas pol¨ªticas. Es un escritor de los dos libros que ha publicado hasta ahora y es tambi¨¦n un escritor de muchos de sus discursos, que adem¨¢s se nutren muy claramente de sus libros y encajan como un calcet¨ªn en su narrativa. As¨ª sucede con su discurso a la Convenci¨®n Dem¨®crata de 2004, con el que se dio a conocer en todo Estados Unidos, su discurso de lanzamiento de su candidatura presidencial en Springfield el 10 de febrero de 2007 o una pieza oratoria como su discurso sobre la raza, ya durante la campa?a electoral, en respuesta a la crisis provocada por los sermones extremistas de su mentor espiritual, el pastor Wright. Los ghostwriters que trabajan con ¨¦l se parecen m¨¢s a los negros del taller de Alejandro Dumas que a los escribidores de discursos de la mayor¨ªa de los pol¨ªticos, normalmente incapaces de escribir directamente de su mano una pieza oratoria y menos a¨²n un libro.
El resultado, adem¨¢s de brillante, es muy ¨²til. Todo Obama est¨¢ ah¨ª. Todo liga, cada episodio tiene su papel, todo es coherente; no hay que temer que responda a una influencia extra?a o sobrevenida: sus ideas pol¨ªticas, su estilo conciliador y dubitativo, su empat¨ªa por los puntos de vista ajenos, incluidos los m¨¢s reaccionarios, el papel de la identidad familiar en la modelaci¨®n de la propia vida, o la importancia del sentido de pertenencia en la fabricaci¨®n de la ciudadan¨ªa. S¨®lo con una leve salvedad, digna de ser subrayada: su itinerario vital es m¨¢s radical que sus ideas. La vida de Obama es la de un militante afroamericano, un abogado de los despose¨ªdos, un agitador social y pol¨ªtico que decide participar en la vida parlamentaria y aspira a alcanzar el m¨¢ximo poder posible para poner sus ideas en pr¨¢ctica. Sus ideas, en cambio, muy reflexivas y dial¨¦cticas, fruto de la discusi¨®n y de una buena capacidad de escucha, son muy moderadas y centristas, movidas casi siempre por un impulso conciliador. Obama no es el negro airado protot¨ªpico porque desde muy joven, probablemente desde el final de su adolescencia, se esforz¨® por alejar su vida y su car¨¢cter de esta imagen negativa.
Los sue?os de mi padre es una excelente narraci¨®n autobiogr¨¢fica que ha interesado al lector norteamericano mucho antes de que su autor se proyectara sobre la pol¨ªtica nacional. La indagaci¨®n sobre el padre, que abandon¨® su familia cuando el autor ten¨ªa dos a?os y no volvi¨® a verlo m¨¢s que de forma muy epis¨®dica ocho a?os m¨¢s tarde, se convierte adem¨¢s en una indagaci¨®n sobre la identidad afroamericana, en la estela todav¨ªa de Ra¨ªces, de Alex Haley, la novela que se convirti¨® en una serie televisiva de impacto espectacular en 1977. La audacia de la esperanza, escrito al empezar su carrera de senador en Washington y publicado en 2006, es un libro m¨¢s directamente pol¨ªtico, en el que tambi¨¦n se percibe el talento pedag¨®gico del profesor de derecho constitucional y un claro atisbo de ambici¨®n presidencial. En uno y otro no faltan algunos episodios poco convincentes, resueltos con talento narrativo que no consigue maquillar la voluntad de fabricar una imagen positiva de su autor: en su contacto con la religi¨®n, por ejemplo. Lo mismo sucede con alg¨²n vac¨ªo, que ha sido ya subrayado, acerca de sus a?os en Nueva York. Pero tampoco faltan los episodios de signo contrario, de sincera expresi¨®n conflictiva, algunos de los cuales han sido ya aprovechados por sus rivales electorales. En ambos hay material suficiente para ir cotejando vida y literatura hasta ahora y a partir de ahora.
El nombre del autor, del artista, es un elemento esencial en la obra literaria. Es la marca que hay que vender y que debe encajar con lo que significa. En el caso de Obama es una marca controvertida y discutible, que le da pie tambi¨¦n a una peque?a historia. En septiembre de 2001, seg¨²n cuenta en La audacia de la esperanza, organiz¨® un almuerzo con un consultor pol¨ªtico que nada m¨¢s empezar le se?al¨® cu¨¢nto hab¨ªan cambiado las cosas en su contra despu¨¦s del 11-S: "Es realmente muy mala suerte. Ahora no puedes cambiar el nombre, por supuesto. Los votantes sospechan de este tipo de cosas. Quiz¨¢s si estuvieras en el principio de la carrera podr¨ªas utilizar un seud¨®nimo o algo as¨ª, pero ahora...". Con este nombre ha triunfado en la edici¨®n y dentro de 72 horas intentar¨¢ hacerlo en la historia.
Obama. Los sue?os de mi padre. Una historia de raza y herencia. Barack Obama. Traducci¨®n de Fernando Miranda L¨®pez y Evaristo P¨¢ez Rasmussen. Almed Ediciones. Granada, 2008. 425 p¨¢ginas. 22 euros. Barack Obama. La audacia de la esperanza. C¨®mo restaurar el sue?o americano. Barack Obama. Traducci¨®n de Claudia Casanova y Juan Eloy Roca. Pen¨ªnsula. Barcelona, 2008. 400 p¨¢ginas. 22 euros. L'aud¨¤cia de l'esperan?a. Barack Obama. Traducci¨®n de Esther Roig. Editorial Mina. Barcelona, 2008. 520 p¨¢ginas. 22 euros.
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