Un futuro en femenino para la ciencia
La 'nobel' de inform¨¢tica cuenta en Santiago sus dificultades para abrirse paso
"Hay mujeres que inventaron grandes cosas y a las que no se les ha dado absolutamente ning¨²n cr¨¦dito". ?ste fue uno de los primeros pensamientos que se le pasaron por la cabeza a Frances E. Allen (Nueva York, 1932) cuando en 2006 son¨® el tel¨¦fono de su casa para comunicarle que hab¨ªa sido la ganadora del Premio Turing, el equivalente al Nobel en el campo de la inform¨¢tica. Es la primera y ¨²nica mujer que ha recibido este prestigioso reconocimiento en los 40 a?os de historia del galard¨®n.
Allen se encuentra en Santiago para participar en el ciclo ConCiencia 2008, que en septiembre entreg¨® el Premio Fonseca a Stephen Hawking. Los trabajos de investigaci¨®n de Allen con los compiladores, sistemas que traducen el lenguaje de un programa a otro comprensible por las m¨¢quinas, contribuyeron a aumentar el rendimiento de los programas inform¨¢ticos. El desarrollo de sus t¨¦cnicas se sigue utilizando en los ordenadores actuales.
"Las mujeres publican menos, pero sus ideas son m¨¢s relevantes"
"Vamos a tener que reconsiderar el modo en que realizamos el software y dise?amos aplicaciones", opin¨® la cient¨ªfica, que trabaj¨® en IBM durante cuatro d¨¦cadas. La compa?¨ªa le otorg¨® la distinci¨®n IBM Fellow convirti¨¦ndose, de nuevo, en la primera mujer en recibirla. La experta en ciencias de computaci¨®n piensa que el futuro pasa por colocar la inform¨¢tica "en el centro de todas las actividades cient¨ªficas".
Aunque si por algo destaca Frances Allen, retirada desde 2002, es por su defensa de la mujer en la ciencia. En sus primeros a?os de investigaci¨®n, firmaba como F. E. Allen, con sus iniciales. "No s¨¦ por qu¨¦ lo hice, pero escond¨ª mi sexo", confiesa. S¨®lo se dio cuenta de que quiz¨¢s no era tan buena idea hacerlo cuando en una conferencia, uno de sus colegas se acerc¨® a ella y le dijo, sorprendido, como si fuese un descubrimiento: "?Eres una mujer!". "La computaci¨®n no es un campo amistoso para las mujeres", reconoci¨® la inform¨¢tica.
Ahora, en cada sitio que visita trata de organizar encuentros con cient¨ªficas. Ayer, en un coloquio con unas 50 investigadoras gallegas, reconoci¨® que su carrera ha sido en ocasiones "un camino muy solitario".
Las asistentes llenaron a la experta de preguntas. "?Cree en la discriminaci¨®n positiva?", "?piensa que a los chicos de instituto les gustan m¨¢s las ciencias que a las chicas?", "?qu¨¦ se puede hacer para animar a las mujeres a que estudien estas disciplinas?". Allen tiene claro que s¨ª, cree en la discriminaci¨®n positiva; no piensa que los j¨®venes disfruten m¨¢s de las matem¨¢ticas que sus compa?eras; y para la ¨²ltima cuesti¨®n, no tiene una respuesta clara.
Seg¨²n Allen, el motivo de la escasa presencia femenina en ¨¢reas como la inform¨¢tica, matem¨¢ticas o f¨ªsica, tiene que ver con que las ¨¢reas socialmente relevantes "atraen m¨¢s" a las mujeres. Cree que no se ha resaltado lo suficiente que la inform¨¢tica contribuye a mejorar la sociedad, por ejemplo, aumentando la creatividad de las personas. Por eso ella no public¨® demasiados art¨ªculos, porque le interes¨® desde el principio trabajar en productos reales. "Las mujeres tienen menos publicaciones, pero sus ideas son m¨¢s relevantes", asegura la premio Turing.
La conselleira de Educaci¨®n, Laura S¨¢nchez Pi?¨®n, que presidi¨® el encuentro, lament¨® que "la historia de las mujeres creativas es una historia de ocultaciones". Para Allen, es necesario reconocer lo que las mujeres han hecho en el ¨¢mbito de las ciencias de la computaci¨®n, un sector al que le queda mucho camino por recorrer. "No pens¨¦is que hemos llegado muy lejos, esto s¨®lo es el principio", asegura.
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