"En un 'tsunami' no vale lo que ense?an en la escuela"

La mirada curiosa de la arquitecta recorre las estanter¨ªas donde confituras, mermeladas y otras delicias conviven con aceites, vinagres y una excelente muestra de vinos portugueses. El local es una tentaci¨®n para los gourmets. Amplio, luminoso, cool, revistas de gastronom¨ªa en las mesas, y algunos muebles de dise?o a la venta.

Buscamos un lugar "sosegado" para hablar de arquitectura y viajes, dos grandes pasiones de Maria Moita (Lisboa, 1971). Y lo encontramos en Campo de Ourique, una de las zonas lisboetas con m¨¢s vida de barrio. Habla de Timor Oriental y Sri Lanka, donde Maria Moita cambi¨® la manera de ver y encarar la arquitectura. Todo empez¨® en abril de 2002, cuando viaj¨® a la antigua colonia portuguesa con un equipo de arquitectos para reconstruir la infraestructura escolar. Las milicias proindonesias hab¨ªan devastado el pa¨ªs.

La arquitecta se ha especializado en desastres. Y ha cambiado el 'chip'

El Fundamental School Quality Project, financiado por el Banco Mundial, ten¨ªa como objetivo poner en pie 79 escuelas. "Viaj¨¦ de punta a punta por un pa¨ªs de un mill¨®n habitantes, de los que la mitad tiene menos de 15 a?os. Es decir, el 50% de la poblaci¨®n est¨¢ en edad escolar", explica. "Las construcciones eran precarias, a base de hoja de palma".

La estancia en Timor Oriental dur¨® un a?o. Regres¨® a Portugal, pero aquel enclave era mucho m¨¢s que un recuerdo. Tarde o temprano volver¨ªa a Extremo Oriente, y ha sido este a?o, al ganar el Premio T¨¢vora. Fue un choque. Sus escuelas estaban sin puertas, vidrios rotos, sucias y algunas abandonadas. "El fallo del proyecto fue que no conseguimos implicar a la comunidad para el uso de las nuevas escuelas. No est¨¢n acostumbrados a vivir con ventanas con cristales, y no saben qu¨¦ hacer para su conservaci¨®n. No tienen esta cultura. Asumo la responsabilidad que me corresponde".

Estamos tan absortos que ni hemos mirado el men¨². Dudas. ?Una opci¨®n liviana o la recomendaci¨®n del d¨ªa, tarta de pato? "Es de campo", aclara la cocinera. Pues uno de cada. Sigamos. De Timor Oriental viaj¨® a Sri Lanka. All¨ª el problema era diferente. Hab¨ªa que dar respuesta a una cat¨¢strofe masiva como el tsunami de 2004. "Cien mil casas destruidas, un mill¨®n de desplazados. La primera fase era de extrema urgencia, hab¨ªa que salvar vidas, luego reconstruir". En una fase intermedia, posemergencia, hubo de todo. Errores monumentales, como colocar tejados de zinc en viviendas que se convert¨ªan en aut¨¦nticos hornos, y aciertos como la construcci¨®n de viviendas provisionales con materiales reutilizables. En la tercera fase, la definitiva, las pifias ganaron la partida, explica la arquitecta. "El Gobierno fall¨® a la hora de identificar a los beneficiarios, se construyeron viviendas sin chimenea en un pa¨ªs donde se cocina con le?a...".

Despu¨¦s de dos meses, Moita regres¨® a Lisboa decepcionada. "Los arquitectos tienen que aprender a trabajar en situaciones de emergencia", dice. Necesitaba cambiar el chip y aprender lo que no se ense?a en las escuelas de arquitectura. Y comenz¨® un master sobre desarrollo, desaf¨ªos mundiales y diversidades locales. Cuando termine, le queda poco, ya tiene la maleta lista para volver al terreno y "hacer una arquitectura diferente". ?Regresar¨¢ a Timor Oriental? ?O apuntar¨¢ a ?frica? No ha decidido, pero s¨ª tiene claro el papel del arquitecto: "Aportar soluciones, no imponer".