El ¨¢lbum secreto de la humanidad
Visita a la muestra 'La familia del hombre', un hito en la historia de la fotograf¨ªa, en Clervaux, Luxemburgo
En una subasta, celebrada en Nueva York el 14 de febrero de 2006, la fotograf¨ªa titulada Charca a la luz de la Luna se vendi¨® por dos millones y medio de euros, el precio m¨¢s alto de la historia por una sola imagen. Esta obra de 1904 representaba en tonos verdiazules un paisaje nocturno y se deb¨ªa al fot¨®grafo estadounidense de origen luxemburgu¨¦s Edward Steichen (1879-1973), el controvertido director del Departamento de Fotograf¨ªa del Museum of Modern Art de Nueva York (MOMA) en plena guerra fr¨ªa.
Quienes se acerquen a la villa luxemburguesa de Clervaux y visiten su castillo no podr¨¢n ver Charca a la luz de la Luna pero s¨ª La familia del hombre, el proyecto m¨¢s ambicioso de este fot¨®grafo que hizo valer su influencia y logr¨® que en 1964 el Gobierno de Estados Unidos donase la obra al Gran Ducado de Luxemburgo. Hubo que esperar otros treinta a?os, hasta 1994, para que que se instalase de forma permanente en su emplazamiento actual.
Para llegar a esta villa de 1.500 habitantes que se encuentra entre las monta?as boscosas de Las Ardenas y a orillas del r¨ªo Clerve, un afluente del Mosela, lo mejor es tomar el tren en la ciudad de Luxemburgo. El trayecto dura apenas una hora y ofrece la mejor introducci¨®n posible al paisaje verde y umbr¨ªo de este pa¨ªs, algo menor que la provincia de ?lava y con la renta per c¨¢pita m¨¢s alta del mundo.
Cruce fluvial
En contraste con la ciudad de Luxemburgo (85.000 habitantes), que impresiona por su emplazamiento en la confluencia de los r¨ªos Alzette y P¨¦trusse (durante siglos fue conocida como "el Gibraltar del Norte"), y tambi¨¦n por los puentes soberbios, la gran avenida parisiense y el dinero que casi se masca en el aire, Clervaux puede parecer de una rusticidad casi aldeana.
La peque?a villa es cabeza de un cant¨®n de 12.000 habitantes, y con sus casas tradicionales, calles adoquinadas, algunos hoteles y el r¨ªo que la atraviesa haciendo un arco de ballesta no puede sino representar la quintaesencia del paisaje humano en este rinc¨®n de Europa. Entristece saber que en la ¨²ltima gran ofensiva alemana, en el invierno de 1944-1945 (la batalla de las Ardenas) la villa result¨® muy da?ada; alegra ver la labor de reconstrucci¨®n que se llev¨® a cabo, pulcra y respetuosa.
Precisamente, a la entrada del castillo que despunta en el centro mismo de Clervaux pueden verse dos tanques Sherman, recuerdo de aquella batalla y reclamo para quienes quieran visitar el museo conmemorativo que tambi¨¦n se aloja en su interior. Antes de entrar en el patio de armas de este hermoso edificio encalado y con tejados de pizarra, no est¨¢ de m¨¢s recordar que la pretensi¨®n de Steichen fue organizar "una exposici¨®n que describa al hombre a trav¨¦s del lenguaje universal de la fotograf¨ªa".
Para entender el optimismo humanista de esta obra conviene recordar que Steichen emigr¨® con su familia a Estados Unidos cuando s¨®lo contaba dos a?os y que all¨ª, tras una larga carrera como fot¨®grafo, lleg¨® a ocupar en el MOMA el puesto m¨¢s influyente en el mundo de la fotograf¨ªa art¨ªstica. En resumidas cuentas, que hizo realidad el "sue?o americano" del hombre hecho a s¨ª mismo. En 1951 Steichen comenz¨® a recibir env¨ªos de fot¨®grafos profesionales y aficionados de todo el mundo hasta llegar a un total de cuatro millones de negativos. Tras una primera criba quedaron 10.000, de los que sali¨® la selecci¨®n final que vemos ahora: 503 fotograf¨ªas de 273 autores procedentes de 68 pa¨ªses.
Las 32 secciones de la exposici¨®n se organizaron cronol¨®gicamente siguiendo la trayectoria vital del ser humano. Comenzando con el nacimiento y pasando por el amor, la familia, el trabajo o la religi¨®n, cada una deb¨ªa reflejar las alegr¨ªas y las penas del hombre, sus anhelos de paz y la realidad de la guerra. El mensaje de fondo era que pese a la diversidad humana reflejada en las im¨¢genes todos pertenecemos a la misma familia del hombre (compuesta ya por m¨¢s de 6.700 millones)
Un ¨¦xito global
La idea era sencilla, las dimensiones grandes y las im¨¢genes hablaban por s¨ª mismas, as¨ª que cuando en 1955 se inaugur¨® la muestra en el MOMA obtuvo un ¨¦xito extraordinario. Hasta 1964 varias copias de la exposici¨®n recorrieron treinta y ocho pa¨ªses recibiendo un total de nueve millones de visitantes. En plena guerra fr¨ªa, La familia del hombre lleg¨® hasta Mosc¨², donde se exhibi¨® con motivo de la Exposici¨®n Nacional de Estados Unidos de 1959.
Mientras visit¨¢bamos el montaje de la exposici¨®n, que consiste en un conjunto de im¨¢genes a sangre sobre paneles sostenidos por estructuras met¨¢licas que dise?aron al alim¨®n Steichen y el arquitecto Paul Rudolph, sentimos que nos abandonaba la indiferencia inicial. En parte, porque est¨¢bamos viendo en un museo algo que todav¨ªa estaba relativamente cerca en el tiempo, pero que as¨ª presentado resultaba ominosamente caduco: nos hac¨ªa viejos. Por otro, resultaba dif¨ªcil no juzgar con dureza el humanismo ombliguista estadounidense de aquella ¨¦poca, que en realidad serv¨ªa de tapadera al feroz macarthismo de la caza de brujas.
Al famoso cr¨ªtico franc¨¦s Roland Barthes no le gust¨® esta exposici¨®n por el buen¨ªsmo manipulador, algo rom¨¢ntico e ingenuo, de una obra concebida para mayor gloria del imperio. Y sin embargo, hoy, cincuenta a?os despu¨¦s, la historia comienza a despegarse de nosotros y poco a poco se llena de a?oranza y hace que nos invada aquel t¨®pico antiguo y desprestigiado de "cualquier tiempo pasado fue mejor".
En el castillo de Clervaux se custodia este fragmento de la historia de la fotograf¨ªa; un recuerdo de lo que fue el hombre en los a?os cincuenta de la propaganda que hicieron los gobiernos durante la guerra fr¨ªa y del proyecto de un emigrante que en los comienzos de su carrera fotografi¨® una Charca a la luz de la Luna hoy impagable.
Gu¨ªa
C¨®mo ir
? Para llegar a Clervaux desde Luxemburgo se puede tomar un tren (www.cfl.lu) que suele salir cada hora y tarda unos 50 minutos.
Visitas
? Exposici¨®n Family of Man (www.family-of-man.public.lu; 003 52 92 96 57). Castillo de Clervaux. Abre de martes a domingo, de 10.00 a 18.00. Tambi¨¦n abre los lunes festivos. Entrada, 4,50 euros. Se pueden reservar visitas guiadas por tel¨¦fono.
? Museo de la Batalla de las Ardenas (003 52 26 91 06 95). Castillo de Clervaux. S¨¢bados y domingos, de 13.00 a 17.00. Entrada, 2,50 euros.
Informaci¨®n
? www.tourisme-clervaux.lu.
? Oficina de turismo de Luxemburgo (www.ont.lu).
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