Tchit¨¦ liquida al Valencia

Siempre dispuesta la clase media a dar un disgusto a uno de los grandes, el Racing le plante¨® anoche al Valencia un partido de verdad. Lleno de alternativas, exigencias y golpes. Siempre con la iniciativa del equipo de Mu?iz, que cont¨® con un Tchit¨¦ inspirad¨ªsimo. Marc¨® tres goles y le arrebat¨® el liderato al Valencia, que encaj¨® ayer s¨®lo un tanto menos de los que hab¨ªa recibido en las ocho jornadas anteriores. El conjunto de Emery pag¨® la mala noche de sus dos estrellas, Mata y Villa, que pasaron de puntillas.

La valent¨ªa del Racing tuvo su premio. Sorprendi¨® el descaro de Mu?iz. No s¨®lo en la alineaci¨®n sino tambi¨¦n en el esp¨ªritu del juego. El t¨¦cnico del Racing entendi¨® que al Valencia hab¨ªa que jugarle cara a cara. Sin subterfugios. Y le busc¨® las cosquillas con dos extremos, Munitis y Serrano, y dos delanteros, Jonathan Pereira y Tchit¨¦. Bien asentado por su pareja de mediocentros, Lance y Colsa, el cuadro c¨¢ntabro lanz¨® a sus cuatro hombres de ataque, multiplicando el trabajo defensivo de los centrales locales, Albiol y Alexis. Munitis, posicionado en el interior derecho, le hizo much¨ªsimo da?o al Valencia. Tiraba carreras en diagonal o pases que se convert¨ªan en claras invitaciones al gol de sus dos puntas.

El delantero africano, inspirad¨ªsimo con tres goles, aprovech¨® las diagonales de Munitis

Albelda y Fernandes naufragaron en el centro del campo, mientras que la apuesta anoche de Emery, el ingreso de Vicente en la alineaci¨®n, tampoco report¨® grandes ventajas. Su inclusi¨®n supuso que Mata dejara la banda izquierda para jugar por detr¨¢s de Villa, con una consecuencia indeseada para el t¨¦cnico: Mata apenas particip¨®.

Emery observaba el panorama desasosegado en la banda, aguantando la tormenta sobre su espesa cabellera, calado hasta los huesos. Villa fall¨® lo imprevisto. Dos veces solo ante To?o; dos veces err¨® en la definici¨®n. En la primera, envi¨® el globo desviado; y en la segunda dispar¨® al cuerpo del portero tras un magn¨ªfico pase de Joaqu¨ªn. El Guaje pretend¨ªa levantar el cuero por encima de To?o en su media salida, pero ¨¦ste aguant¨® erguido. Cuando s¨ª se venci¨® el meta c¨¢ntabro fue en el penalti posterior. Villa marc¨® su d¨¦cimo tanto en nueve jornadas y se qued¨® a uno de los 100 goles en Primera. En la acci¨®n del penalti, Joaqu¨ªn arrastr¨® la pierna para enga?ar al ¨¢rbitro. Y lo enga?¨®.

Emery no vari¨® nada en el descanso y el Racing lo aprovech¨® para desarrollar su idea primigenia: otra jugada iniciada por Munitis que le cay¨® a Tchit¨¦ a unos 35 metros de la porter¨ªa. Al delantero burund¨¦s se le abri¨® el cielo y envi¨® un trallazo como le ven¨ªa que entr¨® como un cohete junto al palo. Ahora as¨ª, reaccion¨® Emery, que dio entrada a Morientes y a Baraja para que dieran un golpe de efecto. Con el inconveniente de que el campo ya no era el tapiz del primer tiempo sino una superficie cada vez m¨¢s rugosa. Pero con la fortuna de que se le resbalara el bal¨®n a To?o tras un c¨®rner y lo rematara a gol Joaqu¨ªn sin oposici¨®n.

Los cambios de orientaci¨®n de Baraja oxigenaron al Valencia. El Racing se empeque?eci¨® y el conjunto de Emery actu¨® por primera vez como el l¨ªder que pretende ser. Pero el Racing no hab¨ªa dicho su ¨²ltima palabra. Y Tchit¨¦, mucho menos. Su cabezazo, por encima de Marchena, result¨® tan espectacular e inapelable como el triunfo de la arriesgada apuesta de Mu?iz.