La hora de la econom¨ªa real
Se ha dicho con acierto que cada problema encierra una oportunidad y que cuando el problema es irresoluble deja de serlo y se convierte en una realidad inabordable. En este tiempo hist¨®rico de convulsiones e incertidumbres financieras y econ¨®micas hay que someter la coyuntura a una reflexi¨®n profunda para llegar a la conclusi¨®n de que estamos ante un problema que, sin embargo, plantea un desaf¨ªo y que, a la vez, constituye una nueva oportunidad. Porque quiz¨¢s en la propia patolog¨ªa de la crisis y en su correcto diagn¨®stico se detecten las correcciones y reformas necesarias para evitar otros episodios similares y alcanzar un mejor y m¨¢s eficiente funcionamiento del mercado.
El primer reto que plantea la crisis -que se manifiesta en falta de liquidez y subsiguiente restricci¨®n del cr¨¦dito- concierne a los gobiernos de los pa¨ªses afectados para que ejecuten de forma urgente los planes de intervenci¨®n aprobados por procedimientos de urgencia. Deben hacerlo sin olvidar que las inmensas aportaciones dinerarias de car¨¢cter p¨²blico han sido decididas con un ampl¨ªsimo respaldo popular y de los legislativos estatales.
Nos encontramos en el umbral de una recesi¨®n a la que hay que plantar cara de inmediato Se trata de apoyar a las empresas, no de refinanciar participaciones especulativas
Cualquier retraso en la puesta en pr¨¢ctica de los planes aprobados o la demora en el impacto positivo de estas medidas sobre los ciudadanos y las empresas podr¨ªan crear situaciones indeseables, con la consiguiente p¨¦rdida de empleos y de la confianza en la bondad de las medidas arbitradas. De tal manera que tan importante como las propias medidas es el ritmo y la transparencia en su ejecuci¨®n. Los tiempos en que los ejecutivos apliquen el desarrollo e implementaci¨®n de estos planes se han convertido ya en una carrera para restar margen a la recesi¨®n de la econom¨ªa no financiera.
En la econom¨ªa espa?ola, la clave de futuro radica en la correcta aplicaci¨®n de las dos medidas ya revalidadas por el Congreso despu¨¦s de ser aprobadas por decreto ley por el Gobierno con el prop¨®sito de desbloquear el mercado del cr¨¦dito: la creaci¨®n de un fondo de hasta 50.000 millones de euros para adquirir activos de la m¨¢xima calidad que ahora, como consecuencia de la crisis financiera mundial, no se pueden colocar en el mercado y otros 100.000 millones para avalar emisiones de deuda de las entidades. Es vital que estas ayudas sirvan, tal y como han pedido el presidente del Gobierno y el jefe de la oposici¨®n, para aumentar la liquidez crediticia que lubrifique y dinamice la econom¨ªa real.
El car¨¢cter aleccionador de la crisis -hacer de la necesidad virtud, seg¨²n el refr¨¢n popular- implica el reconocimiento de las disfunciones, insuficiencias, errores y excesos que han concurrido para que todos estos factores negativos, en combinaci¨®n, alumbrasen la presente situaci¨®n. Este examen de conciencia se ha efectuado en parte.
Relevantes banqueros espa?oles e internacionales, as¨ª como tambi¨¦n los m¨¢s importantes especialistas en econom¨ªa y principales responsables pol¨ªticos, han reconocido estos d¨ªas que la crisis tiene mucho que ver con las malas pr¨¢cticas de algunas entidades financieras en los ¨²ltimos a?os, coincidentes con una larga ¨¦poca expansiva y de bonanza en la que los riesgos han sido infravalorados.
Es ya de dominio p¨²blico que una parte del crecimiento del sector financiero durante los ¨²ltimos ejercicios no ha sido sano y que esta epidemia de pr¨¢cticas incorrectas ha tenido un efecto contagio sobre la econom¨ªa real estrechamente ligada a la financiera. Hoy las familias disponen de menor capacidad adquisitiva y mayores incertidumbres; el desempleo se ha incrementado y las empresas y pymes act¨²an sin apenas margen de maniobra financiero, lo que afecta a su funcionamiento ordinario y a sus proyectos de inversi¨®n. Por ser m¨¢s rotundo y directo: nos encontramos en el umbral de una recesi¨®n a la que hay que plantar cara de forma inmediata.
Los gobiernos tienen una obligaci¨®n adicional a la resoluci¨®n de la crisis: lograr que las medidas de apoyo al sistema financiero promuevan un c¨ªrculo virtuoso que permita la inyecci¨®n de liquidez y devuelva la confianza, y as¨ª provoque que los mercados financieros vuelvan a funcionar con normalidad, y comiencen a concederse cr¨¦ditos para dinamizar las ventas de bienes y la utilizaci¨®n de servicios, evitando as¨ª que la par¨¢lisis de la econom¨ªa produzca altos ¨ªndices de desempleo. La cuesti¨®n central consiste, en definitiva, en el acceso al cr¨¦dito por parte de ciudadanos y empresas y s¨®lo cuando se normalicen estos flujos dinerarios podremos afirmar que estamos en la senda de la superaci¨®n de la crisis.
En este sentido, la crisis debe servir para trabajar en un nuevo modelo econ¨®mico basado en la econom¨ªa productiva que garantice un futuro sostenible. Es tiempo de olvidarse de ciertas operaciones millonarias de car¨¢cter especulativo que han provocado el derrumbe de un modelo basado en ficticias burbujas. Hay que aprender de los errores de un modelo basado en la especulaci¨®n y el dinero f¨¢cil. La crisis se ha producido por la falta de aplicaci¨®n de algunas normas b¨¢sicas de la banca, como dar cr¨¦dito sin garant¨ªas suficientes o no cobrar en funci¨®n del riesgo asumido.
La decisi¨®n tomada de apoyar la creaci¨®n de veh¨ªculos sin soporte real ha fomentado la especulaci¨®n y ha terminado por provocar un agujero en los balances, que ahora los pa¨ªses se est¨¢n viendo obligados a cubrir con recursos de los ciudadanos, lo que compromete a que este modelo deba ser liquidado y sustituido por otro s¨®lido y coherente con los valores de la solvencia, la prudencia y la eficacia. Porque la econom¨ªa especulativa no es una invenci¨®n o una entelequia. Ha sido una realidad letal para el sistema financiero. Los ¨²ltimos a?os est¨¢n llenos de ejemplos de compras de activos sobrevalorados financiados con cr¨¦ditos de dudoso cobro; de financiaciones de compra de acciones con la ¨²nica garant¨ªa de los mismos t¨ªtulos que se adquir¨ªan, y de financiaciones de operaciones corporativas a sociedades con pocas garant¨ªas, y adem¨¢s, a precios ventajosos.
La banca no puede ni debe caer en la tentaci¨®n de seguir dando o renovando cr¨¦ditos a la econom¨ªa especulativa, sino volver a la l¨ªnea de la ortodoxia. El restablecimiento de la normalidad crediticia debe hacerse conforme al criterio expresado por el presidente del Banco Santander -cuya visi¨®n comparto-, seg¨²n el cual "los excesos y la p¨¦rdida de referentes en un entorno muy favorable llevan a olvidar los fundamentos: a no aceptar endeudamiento proporcionado a riesgo y a olvidar la existencia de ciclos; hay ciclos y hay riesgo y quien se olvida se la pega".
Los fondos p¨²blicos deben ser utilizados para inyectar liquidez a la econom¨ªa productiva, proporcionando apoyo a empresas y pymes solventes que necesitan recursos para seguir desarrollando sus negocios ordinarios. Hay que dedicar la renovaci¨®n o refinanciaci¨®n de cr¨¦ditos a apoyar su negocio core, que es donde est¨¢ el empleo, no para refinanciar participaciones especulativas. Se trata, en consecuencia, de apoyar a las empresas productivas, sobre todo pymes, con dificultades temporales de caja por la disminuci¨®n coyuntural de la demanda de sus productos o ca¨ªda de precios, no para operaciones "corporativas" que drenan liquidez al sistema y no sirven para paliar el principal problema que nos acecha, el paro. Por el contrario, es necesario apoyar la compra de viviendas en stock con precios razonables. As¨ª como tambi¨¦n impulsar las empresas con inversiones en I+D+i que corren el riesgo de ser frenadas por dificultades de tesorer¨ªa, con la consiguiente p¨¦rdida de competitividad futura. Hay que apoyar, en fin, a las pymes que han realizado o est¨¢n realizando esfuerzos en internacionalizaci¨®n para vender sus productos o servicios.
Espa?a en particular tiene una gran oportunidad de transformar su modelo econ¨®mico. Hay algunos sensores positivos que empiezan a actuar. Todo parece indicar que la inflaci¨®n va a bajar de aqu¨ª a final de a?o, que la cesta de la compra ser¨¢ m¨¢s barata, que el petr¨®leo va a reducir su precio a pr¨¢cticamente la mitad de lo que cotizaba hace unos meses, que los precios de las viviendas van a bajar y que los tipos de inter¨¦s ser¨¢n menores, seg¨²n ha reconocido el propio Banco Central Europeo, aunque con spreads m¨¢s elevados en funci¨®n de los niveles de riesgo. Si estos indicios se convierten en s¨®lidas realidades la econom¨ªa productiva dispondr¨¢ de su gran oportunidad una vez el sistema financiero, que ha sido apoyado en algunos pa¨ªses, comience a interactuar con los agentes del mercado, empresas y particulares. Porque, si al final, todas las medidas adoptadas no impactan positivamente en la econom¨ªa productiva, se habr¨¢ salvado el sistema financiero, pero se hundir¨¢ la econom¨ªa real y nos adentraremos en una recesi¨®n con elevada destrucci¨®n de empleo que, hoy por hoy, todav¨ªa estamos a tiempo de paliar sus peores efectos y acortar su duraci¨®n. ?sa es la oportunidad y ¨¦se es el reto. -
Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n es presidente de Iberdrola
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