McCain conf¨ªa en los obreros de Pensilvania

John McCain considera que su ¨²ltimo recurso para ganar estas elecciones presidenciales es el voto de la clase obrera. Por eso, ayer dedic¨® uno de sus ¨²ltimos d¨ªas previos a los comicios a hacer campa?a en Pensilvania, un Estado industrial en el que Barack Obama mantiene una s¨®lida ventaja en las encuestas. Este terreno, hostil al candidato republicano, fue un escenario a la altura de la imagen que McCain ha elegido ofrecer de s¨ª mismo en esta recta final: la de un rebelde castigado por las encuestas y la opini¨®n p¨²blica, que podr¨ªa reponerse en el ¨²ltimo instante gracias al apoyo de la gente de a pie, recelosa de las ¨¦lites con las que los republicanos relacionan a Obama.

"Estamos un poco por debajo en las encuestas en Pensilvania. Pero eso no significa nada. No os fi¨¦is de las encuestas", dijo McCain en un mitin en Wallingford, a las afueras de Filadelfia. "A diferencia de mi contrincante, yo soy el candidato que proteger¨¢ el sue?o americano, el derecho de cada persona a tener una casa, y a trabajar duro para mejorar su vida".

El miedo irracional al desempleo y la pobreza cunde entre los votantes de clase trabajadora. "No podemos comprar comida. No podemos pagar las facturas. No nos podemos permitir lujos como la televisi¨®n por cable. Mis sobrinos est¨¢n en el paro. Con Obama y sus subidas de impuestos, llegar¨¢ la ruina total", dice Patrick Roberts, de 48 a?os. Cuando el senador dem¨®crata Joe Lieberman, convertido en independiente, subi¨® al escenario a presentar a su "gran amigo" McCain, Roberts grit¨® a todo pulm¨®n: "?Esto es una cuesti¨®n de supervivencia!".

Por un momento, provoc¨® un silencio sepulcral en la sala. Los votantes congregados en este pabell¨®n deportivo de Wallingford no supieron si se refer¨ªa a la supervivencia de McCain, que se enfrenta a una probable derrota dentro de dos d¨ªas, o a la de la clase trabajadora. Lieberman recondujo su discurso: "Exactamente. Obama os subir¨¢ los impuestos. McCain os los bajar¨¢. Os har¨¢ la supervivencia mucho m¨¢s f¨¢cil".

El votante medio en Pensilvania trabaja en el sector manufacturero o en el campo y sus ingresos no exceden los 34.000 d¨®lares (unos 26.600 euros) anuales. En los pasados 20 a?os, ha sido un Estado s¨®lidamente dem¨®crata, pero McCain lo ha convertido en un objetivo desde el principio, seguro de que podr¨ªa hacerse con los votos perdidos por el bando contrario tras la derrota de Hillary Clinton en las primarias.

"Si aqu¨ª en Pensilvania ganan los republicanos ser¨¢ en gran parte gracias a nuestro voto", asegura Jerry Klein, de 59 a?os, que se identifica como un dem¨®crata a favor de McCain. "Obama no est¨¢ preparado para gestionar ni la seguridad nacional ni la econom¨ªa". Klein dice que el exotismo en la pol¨ªtica estadounidense ha pasado de ser un impedimento a ser una baza. "Yo s¨®lo le lanzo a este pa¨ªs una pregunta: ?Votar¨ªa la gente a Obama si fuera blanco?".

El de la raza es un asunto crucial para muchos votantes congregados en este mitin, en el que no se ve¨ªa, a simple vista, a ning¨²n afroamericano. "Yo creo que si Pensilvania es un Estado dem¨®crata es porque la poblaci¨®n negra ha crecido mucho en las dos ciudades m¨¢s importantes: Filadelfia y Pittsburgh", comenta Dick Ems, jubilado de 78 a?os.

Muchos de los asistentes al mitin reconoc¨ªan que es m¨¢s que probable que Obama gane. La diferencia en las encuestas es demasiado grande como para que McCain pueda hacerse con los 21 votos electorales de este Estado. Hace meses, cuando McCain no tem¨ªa perder Virginia y Carolina del Norte, Pensilvania era una v¨ªa a explorar para ganar terreno en zonas industriales. Hoy es una necesidad. McCain debe ganar aqu¨ª, porque tal y como est¨¢n las encuestas, ya no le servir¨ªa con vencer a Obama s¨®lo en Ohio.