Europa se abraza al Mediterr¨¢neo
El Proceso de Barcelona de 1995 se refund¨® para integrar definitivamente el Sur
El 28 de noviembre de 1995 en Barcelona sucedi¨® poco menos que lo impensable: unir a los 15 pa¨ªses integrantes entonces de la Uni¨®n Europea (UE) con los 12 representantes de la ribera sur del Mediterr¨¢neo bajo un paraguas com¨²n: el propio mar que los une y los intereses de todo tipo que confluyen en ¨¦l. El Mediterr¨¢neo era una de las grandes asignaturas pendientes de la UE y se logr¨® sentar las bases de un espacio de paz y estabilidad, econ¨®mico, pol¨ªtico y humano que comprend¨ªa a 800 millones de personas.
El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores de entonces, el socialista Javier Solana, sostuvo que se daba un gran paso adelante porque "se miraba al futuro y se olvidaba el pasado". El denominado Proceso de Barcelona era una primera piedra para unir alrededor del Mediterr¨¢neo una de las partes del mundo con mayor confluencia cultural diferente, grandes identidades contrastadas y ra¨ªces religiosas opuestas.
Tras m¨¢s de una d¨¦cada de ir casi en solitario, Espa?a ve respaldada su pol¨ªtica
La propia din¨¢mica de la UE y la resistencia de los pa¨ªses del norte continental a la colaboraci¨®n con la ribera sur hizo que el Proceso de Barcelona fuera cayendo en el olvido, motivado por su desuso. La ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea a 25 integrantes permiti¨® que el Mediterr¨¢neo fuera una prioridad, ya no hab¨ªa obsesi¨®n por la correspondencia.
La cumbre euromediterr¨¢nea de Barcelona de noviembre de 2005 no respondi¨® a las amplias expectativas creadas por el Proceso de Barcelona, y tras una d¨¦cada casi se dio el certificado de defunci¨®n a la asamblea mediterr¨¢nea. El contexto no acompa?aba entonces con una situaci¨®n tensa tras el 11-S y con Oriente Medio en volc¨¢nica e insistente ebullici¨®n. El desequilibrio entre los dos m¨¢rgenes del Mare Nostrum crec¨ªa. Si en 1995 la renta media de los pa¨ªses del norte del Mediterr¨¢neo era 10 veces mayor que la del sur, en 2005, la diferencia era ya de 15 a 1. Espa?a llevaba ya una d¨¦cada luchando casi en solitario para crear una pol¨ªtica mediterr¨¢nea y con el proyecto euromediterr¨¢neo su proyecci¨®n y su peso espec¨ªfico crec¨ªan.
En 2007 el presidente de la rep¨²blica francesa, Nicolas Sarkozy, sostuvo que la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo representar¨ªa para el Mediterr¨¢neo lo mismo que la Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero de 1951 para la configuraci¨®n de la actual UE. El presidente franc¨¦s ten¨ªa su propio proyecto euromediterr¨¢neo, fuera de la UE y con prebendas importantes para Francia. La canciller alemana, Angela Merkel, fue fundamental para frenar las ¨ªnfulas francesas e integrar a la zona norte de la UE en el proceso, que debe ser real, de integraci¨®n con la ribera sur.
A lo largo de 2008, al fin, la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo toma forma. Primero, porque Sarkozy impulsa el pacto entre UE y la orilla sur con una simb¨®lica visita a T¨²nez en abril. Despu¨¦s, bajo la presidencia francesa de la UE, la cumbre euromediterr¨¢nea de Par¨ªs de julio sirvi¨® para desenmascarar temores que permitieron un paso adelante en seis ¨¢mbitos de acci¨®n para colaboraci¨®n real entre los dos m¨¢rgenes mediterr¨¢neos. Y ha sido s¨®lo cuando Europa ha querido abrazarse a sus vecinos del sur.
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