Hemingway explica a Hemingway
Un libro recopila las opiniones in¨¦ditas del escritor sobre el cine y la literatura
El mi¨¦rcoles pasado, un pu?ado de actores de Hollywood se subi¨® al escenario de un teatro en San Francisco para rendir homenaje a Paul Newman. En el elenco figuraban Jack Nicholson, Julia Roberts, Tom Hanks y Sean Penn y la obra que interpretaron la firmaba A. E. Hotchner, escritor y socio del actor fallecido en el negocio de las salsas Newman's Own. La relaci¨®n entre ellos se remontaba a 1955. Ese a?o Newman interpret¨® su primer papel protagonista en televisi¨®n. El filme se llamaba The Battler, el guionista era Hotchner y el autor del relato original, Ernest Hemingway, que hab¨ªa ganado el Premio Nobel de Literatura el a?o anterior.
El autor de Fiesta fue, de hecho, el otro gran amigo de A. E. Hotchner (St. Louis, EE UU, 1920), que acaba de publicar La buena vida seg¨²n Hemingway (Belacqua) en traducci¨®n del novelista colombiano Juan Gabriel V¨¢squez. El libro es un autorretrato en el que las fotograf¨ªas del escritor estadounidense alternan con sus propias reflexiones. Los textos, in¨¦ditos hasta ahora, surgieron durante las horas de conversaci¨®n que ocuparon los 13 a?os en que Hotchner recorri¨® el mundo al lado del gran hombre blanco.
"Castro era incapaz de ganar su propio torneo de pesca, incluso ama?ado"
A. E. Hotchner conoci¨® a Hemingway en 1948, cuando aqu¨¦l trabajaba como "cazarrecompensas literario" para Cosmopolitan, que "antes de su corrupci¨®n" era una prestigiosa revista en la que hab¨ªan colaborado Dorothy Parker, John Steinbeck y el propio Hemingway. La guerra interrumpi¨® aquellas colaboraciones y su misi¨®n era recuperarlas. Sin demasiada convicci¨®n, Hotchner peregrin¨® hasta Cuba, donde el escritor pasaba largas temporadas. Antes de volver de vac¨ªo a Estados Unidos, Hotchner quem¨® su ¨²ltimo cartucho: "?Podr¨ªa por favor mandarme un rechazo por escrito para que yo pudiera conservar mi miserable trabajo?". Hemingway le invit¨® a tomar una copa y su amistad ya s¨®lo se interrumpir¨ªa el d¨ªa de julio de 1961 en que el autor de Las nieves del Kilimanjaro, aquejado de c¨¢ncer y a punto de cumplir 62 a?os, se dispar¨® en la cabeza con una escopeta. "Me he pasado el tiempo matando animales y peces para no tener que matarme a m¨ª mismo", afirma el novelista en una de las notas recogidas por Hotchner.
La buena vida seg¨²n Hemingway recorre la existencia de un ser excesivo que hab¨ªa nacido en una familia en la que, en sus propias palabras, "la madre era una perra y el padre, un suicida". Y de Chicago, a la Gran Guerra. En Italia, un disparo de mortero le mand¨® al hospital con 279 pedazos de metralla en la pierna derecha. Guardaba las esquirlas que le iban sacando en un taz¨®n junto a la cama. Le dieron dos medallas: "Las tir¨¦ en el taz¨®n con el resto de la quincalla". Pasada la contienda y las penurias que alimentaron Par¨ªs era una fiesta lleg¨® la fama. Hemingway pescando en Cuba ("Como pescador, Castro era incapaz de ganar su propio torneo de pesca, aun cuando el torneo estaba arreglado"), Hemingway en los toros ("La luz que hay entre la ingle del torero y los cuernos del toro se incrementa a medida que se incrementa su riqueza"). Y Hemingway en el cine. Las relaciones del escritor con Hollywood ocupan un cap¨ªtulo importante en un libro que da cuenta de su acidez a la hora de valorar las adaptaciones de sus novelas. As¨ª, ironiza sobre Gary Cooper e Ingrid Bergman al ver Por qui¨¦n doblan las campanas ("La gran escena de amor... y ¨¦l nunca se quita el abrigo") y sobre Spencer Tracy por El viejo y el mar ("Parec¨ªa un actor gordo y rico haciendo de pescador").
Pero La buena vida seg¨²n Hemingway contiene, sobre todo, la po¨¦tica de un narrador que escrib¨ªa de pie, que dec¨ªa haber aprendido de C¨¦zanne a describir paisajes y que lanzaba sus dardos contra el barroquismo en las carnes de William Faulkner: "?De veras cree que las grandes emociones vienen de las palabras grandes? Se cree que no conozco las palabras de diez d¨®lares. Claro que las conozco. Pero hay palabras m¨¢s viejas y simples y mejores, y son las que uso yo".
Babelia
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