Dolorosa clasificaci¨®n del Bar?a

Las sorpresas se dan de forma inesperada, tambi¨¦n en el f¨²tbol, que a veces se rige por normas diferentes al sentido com¨²n y a la vida. Anoche se anunciaba una goleada en el Camp Nou y, sin embargo, el Bar?a no pas¨® del empate con el Basilea. Ni siquiera Messi, repescado para marcar un gol que parec¨ªa suficiente, pudo resolver un partido que reuni¨® la mayor¨ªa de ingredientes que acaban por conducir al infortunio y al fiasco. Los mayores desencuentros se producen en noches como la de ayer: se empieza por una alineaci¨®n poco convincente, el equipo se desentiende del juego, la afici¨®n no acompa?a, el contrario se crece con el tiempo y la fiesta acaba en funeral. Partidos como el de anoche producen las peores noticias: Iniesta se lesion¨® para seis semanas y, una vez clasificado, el Bar?a tendr¨¢ que jugarse el primer puesto del grupo en Lisboa contra el Sporting.

Los azulgrana fueron v¨ªctimas de una par¨¢lisis. Se negaron a s¨ª mismos

No funcion¨® la alineaci¨®n. Apenas se contaron dos remates al descanso

Ante rivales como el Basilea, nadie se cuestiona por el resultado, sino que la hinchada se pregunta por el n¨²mero de goles que caer¨¢ y cu¨¢nto tiempo durar¨¢ el partido, sobre todo porque el Barcelona ha venido regulando su f¨²tbol en funci¨®n del marcador, imposible jugar siempre a la misma velocidad y con tanta precisi¨®n como ¨²ltimamente. Desde este punto de vista, el encuentro fue un aut¨¦ntico drama. Los azulgrana fueron v¨ªctimas de una par¨¢lisis sorprendente, no s¨®lo porque se negaron a s¨ª mismos despu¨¦s de actuaciones generosas y divertidas en choques dif¨ªciles sino que fueron incapaces de ganar un partido sencillo por el escenario y tambi¨¦n por el curr¨ªculo del rival. El Basilea se protegi¨® defensivamente con hasta diez jugadores por detr¨¢s de la pelota, pendiente m¨¢s que nada en retrasar lo m¨¢ximo posible el primer gol del Barcelona, un equipo que acostumbra a salir como un tiro. El plantel suizo plante¨® el encuentro como un ejercicio de resistencia y de dignidad. A su objetivo ayud¨® la distensi¨®n azulgrana, desenchufado por primera vez en el curso, falto de revoluciones. El Bar?a no encontraba espacios en campo ajeno, no combinaba con fluidez y hab¨ªa poco dinamismo. Los delanteros reculaban para recoger el bal¨®n en la media, un pecado capital para Guardiola, y se jugaba excesivamente al pie, sin profundidad ni intensidad.

No funcionaba la alineaci¨®n dispuesta por el entrenador. Los volantes no mezclaban ni presionaban, los puntas tampoco abr¨ªan el campo como extremos y apenas se contaban dos remates, y uno a la salida de una falta, cuando se lleg¨® al descanso. ?nicamente Iniesta hab¨ªa puesto en circulaci¨®n a Henry de vez en cuando y los ataques se hicieron excesivamente largos, f¨¢ciles de defender para el Basilea, que exigi¨® incluso la intervenci¨®n de Vald¨¦s y el despliegue defensivo de Puyol como lateral y central. Ausentes los futbolistas que marcan la diferencia (Xavi, Messi, Eto'o), el partido no ten¨ªa ninguna chicha ni inter¨¦s, una situaci¨®n dif¨ªcil de explicar si se recuerda el 0-5 de la ida y que el equipo suizo contaba tantas derrotas como victorias el Bar?a: tres en tres partidos. Aunque la contienda demandaba cambios, Guardiola insisti¨® en la reanudaci¨®n con el equipo inicial. Y continuaron las disfunciones por la falta de desmarque y de l¨ªnea de pase para eliminar l¨ªneas contrarias. Incluso M¨¢rquez no daba pie con bola.

No se entend¨ªan Bojan y Henry por m¨¢s que intercambiaran sus posiciones, Hleb interven¨ªa poco y los interiores eran insustanciales. A falta de sincronizaci¨®n y circulaci¨®n del cuero, se impon¨ªa la conducci¨®n y el exceso de individualismo. El partido fue empeorando. Ante la falta de incidencias, la hinchada empez¨® a mosquearse y al t¨¦cnico no le qued¨® m¨¢s remedio que recurrir al banquillo para despertar al equipo. Xavi y Messi salieron al campo por V¨ªctor S¨¢nchez y Bojan, respectivamente, y el Bar?a se posicion¨® mejor en el campo y se reencontr¨® con su mejor versi¨®n. Puyol recuper¨® la pelota, Xavi la movi¨® y Messi rompi¨® la defensa del Basilea. Al poco de pisar la cancha, Messi recibi¨® el bal¨®n del capit¨¢n, tir¨® una pared con Henry y remat¨® junto al palo de Costanzo.

Messi no se entretuvo en ning¨²n momento para suerte del Barcelona, que volvi¨® a perder el hilo del partido acto seguido por la lesi¨®n de Iniesta. El volante se retir¨® dolorido y su quejido provoc¨® el desconsuelo del equipo y de la afici¨®n. El partido se apag¨® para el Bar?a y al Basilea hasta cierto punto le result¨® f¨¢cil empatar en un buen centro de Carlitos que remat¨® Derdiyok en el punto de penalti. Nadie supo sobreponerse a la lesi¨®n de Iniesta en una cita aburrida que se convirti¨® en fatal.