C¨®mo vivir sin riesgo en la red social
A diferencia de Tuenti, Facebook, MySpace y Hi5 se rigen por leyes de EE UU - La privacidad empieza por uno mismo: suministre s¨®lo informaci¨®n necesaria para que los amigos le reconozcan - El control del menor preocupa a la UE
Las redes sociales tienen un plato predilecto: nuestros datos privados. Basta entrar en una para comprobar la avidez con que incita al strip-tease de nuestras vidas. Todo lo que digamos y hagamos en ellas ser¨¢ registrado y procesado a mayor gloria de la publicidad personalizada. La Comisi¨®n Europea no lo ve claro y lo est¨¢ investigando, mientras 37 agencias de protecci¨®n de datos alertan de los riesgos que corren quienes airean sin complejos su quehacer cotidiano en estos servicios.
La privacidad empieza por uno mismo y para garantizarla hay que seguir estos consejos: suministre s¨®lo informaci¨®n necesaria para que los amigos le reconozcan; limite el acceso a su p¨¢gina s¨®lo a amigos; recuerde siempre que al introducir la informaci¨®n deja de ser privada, as¨ª como lo que se haga en la red, y aunque venga en letra peque?a, lea la pol¨ªtica de privacidad: todas se otorgan licencia de uso sobre los contenidos que cuelgan sus abonados y pueden transferir sus datos a terceros, aunque no controlan las pol¨ªticas de ¨¦stos.
Ciberp@¨ªs se registr¨® en MySpace, Facebook, Hi5 y Tuenti para comprobar sus pol¨ªticas de privacidad. Empezamos en MySpace. Ponemos un nombre falso, a pesar de que sus condiciones de uso no lo permiten, y nos da acceso. Si fuera menor de 13 a?os y hubiera mentido, tambi¨¦n habr¨ªa entrado. La red lo proh¨ªbe, pero no tiene instrumentos para detectarlo. Ni MySpace, ni Facebook, ni Hi5, ni ninguna.
El control y la privacidad del menor preocupan a la Comisi¨®n. La comisaria Viviane Reding denuncia que, seg¨²n un estudio elaborado en el Reino Unido, el 27% de los ni?os de 8 a 11 a?os dicen estar en una, aunque todas proh¨ªben la entrada a los menores de 13. "Se han propuesto diferentes soluciones, que discutimos en un grupo de trabajo". Otros organismos europeos, como ENISA, piden m¨¢s regulaci¨®n: 42 millones de europeos usaron estos servicios el a?o pasado, el 35% m¨¢s que en 2006.
Artemi Rallo, director de la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos, explica: "Despu¨¦s de los buscadores, el siguiente paso es investigar las redes sociales; hace unos meses empezamos". Todav¨ªa no hay resultados, pero Rallo tiene una opini¨®n: "Los datos se dan de forma voluntaria, pero sus efectos sobre la privacidad van m¨¢s all¨¢ de lo que el individuo cre¨ªa porque el intercambio de informaci¨®n es inmenso".
Tras dar el nombre, sexo, cumplea?os, pa¨ªs, ciudad y distrito, MySpace nos dice: "Al activar la casilla, consientes que se transfieran tus datos personales a Estados Unidos, sujetos a las leyes de EE UU y donde el nivel de protecci¨®n de datos es diferente al de tu pa¨ªs". No informan, en cambio, de las diferencias.
La misma cl¨¢usula aparece en Facebook. The Guardian denunci¨® los lazos de sus inversores con el Departamento de Defensa de EE UU y la posible transferencia de datos a la CIA, bas¨¢ndose en la citada cl¨¢usula: "S¨®lo tienen que sentarse y ver c¨®mo millones de adictos a Facebook les dan informaci¨®n personal, foto y sus objetos de consumo preferidos".
El siguiente paso es permitir a MySpace meter la nariz en la agenda de direcciones de correo: "?Encuentra a tus amigos utilizando tu libreta de direcciones!". Hay que darle la contrase?a de la cuenta de correo y mensajer¨ªa instant¨¢nea y MySpace buscar¨¢ si hay e-mails que coincidan con miembros de su red. En caso afirmativo, mandaremos invitaciones para que engrosen la lista de amigos. Despu¨¦s, podremos mirar qu¨¦ personas est¨¢n en las listas de nuestros amigos e invitarlas a que se unan a la nuestra. Algunos lo llaman "spam interno de las redes sociales". Tambi¨¦n podemos mandar invitaciones a personas externas para que se unan a la red. Hi5 riza el rizo: al darle acceso a nuestra agenda, manda autom¨¢ticamente invitaciones a todas, est¨¦n o no en su red.MySpace nos da una cuenta insistiendo en que nos identifiquemos con foto. Al acceder a la p¨¢gina, unas letras chillonas informan de que somos el miembro 999.999 y acabamos de ganar un coche, un equipo multimedia o 20.000 euros. Nada marca el aviso como publicidad. Al clicar leemos: "?Para el reconocimiento del ganador, completa tus datos correctamente!". Lo que parec¨ªa un tr¨¢mite sencillo, dar nuestro nombre y direcci¨®n postal para conseguir el premio, se convierte en nuevas pantallas que piden m¨¢s datos, como e-mails de conocidos: "?Invita a tus amigos y gana 1.000 euros!". El anuncio tiene pol¨ªtica de privacidad, larga y en letra min¨²scula, donde se informa que los datos se regir¨¢n por la ley alemana y servir¨¢n para "investigaciones de demograf¨ªa, intereses y el comportamiento del usuario, para ofrecerle publicidad adecuada".
Abandonamos y vamos a Facebook. Sorprende la cantidad y calidad de datos que piden: direcci¨®n postal, tel¨¦fonos, educaci¨®n, empresa, religi¨®n y afiliaci¨®n pol¨ªtica. Tambi¨¦n podemos, como en todas, dar a conocer las pel¨ªculas, libros o m¨²sica preferidos.Tanta informaci¨®n personal necesita seguridad. La dan las Opciones de Privacidad, que ofrecen al abonado la potestad de limitar qui¨¦nes pueden conocer qu¨¦ datos sobre ¨¦l, contactarlo, encontrarlo en una b¨²squeda o a qu¨¦ personas bloquea. Hay tres niveles: amigos, amigos de amigos y miembros de la red.
La otra cara de la moneda es qu¨¦ datos nuestros podr¨¢ ver el servicio y qu¨¦ har¨¢ con ellos. Las pol¨ªticas son parecidas en todos: se otorgan la licencia de uso de los contenidos aportados por los miembros y la propiedad indefinida de sus datos, incluido el seguimiento de su actividad en el sitio: b¨²squedas, mensajes, aplicaciones usadas, direcciones de personas externas invitadas.
Miguel M. L¨®pez, editor de Facebook, explica: "Google guarda tus correos, aunque los borres, durante dos a?os y los gobiernos saben lo que haces. El problema no es de bases de datos, sino de acostumbrarnos a que, al interactuar con el ambiente, los organismos de control conocer¨¢n la actividad, para fines comerciales o por si en el futuro les hace falta".
Todos los servicios se otorgan el derecho de transferir datos a terceros "para personalizar anuncios y promociones". Ahora bien: no se responsabilizan de las pr¨¢cticas de privacidad de ¨¦stos. De hecho, no responden de nada: "No podemos garantizar que el contenido de su perfil no ser¨¢ visto por personas no autorizadas", leemos en Facebook. Esta red destaca por cl¨¢usulas que han provocado quejas de consumidores. Por ejemplo: "Podemos usar informaci¨®n sobre ti extra¨ªda de otras fuentes, como diarios, blogs, mensajer¨ªas y usuarios de Facebook".
El servicio Beacon tambi¨¦n fue criticado: es una cookie que Facebook instala en el navegador del abonado. Cuando compra en una tienda asociada, la transacci¨®n se registra en su perfil, al estilo: "Jos¨¦ P¨¦rez ha comprado un televisor en la FNAC". Hoy es opcional, pero cuesta desactivarlo. A la mitad de su larga pol¨ªtica de privacidad, leemos: "Podemos compartir informaci¨®n del cliente con tiendas y servicios asociados a Facebook y presentarle informes de sus actividades, que puede compartir con sus amigos. Para excluirse haga clic aqu¨ª".
Por invitaci¨®n
Nos registramos en Tuenti. El proceso no es f¨¢cil: alguien de dentro debe invitarnos. Lo conseguimos y la sensaci¨®n es de estar en un sitio diferente. Piden tambi¨¦n nuestros datos y direcciones de amigos. Para darse de baja se puede hacer por la web. Su pol¨ªtica de privacidad dice tambi¨¦n que pueden transferir informaci¨®n a terceros, pero, permite cancelar datos personales a trav¨¦s del correo postal como exige la ley espa?ola. Adem¨¢s, explica ?caro Moyano, su portavoz: "No permitimos el rastreo de buscadores: ninguna informaci¨®n privada est¨¢ accesible fuera de Tuenti". Tambi¨¦n su manejo de los datos difiere: "Usamos tres: sexo, edad y provincia, para anuncios personalizados. Tampoco mandamos anuncios ni avisos al e-mail. Nuestra apuesta es no incordiar ni invadir, esto crea confianza". Y a?ade: "Otros lo han hecho mal, pero se puede hacer bien".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.