Los recuerdos venecianos de Canaletto
Una muestra devuelve la incomparable luz del artista a la ciudad italiana
Una discusi¨®n con un autor de comedias acab¨® con su vocaci¨®n teatral. El taller de escenograf¨ªas de su padre perdi¨® entonces a un gran ayudante. Pero la pintura universal gan¨® a un genial artista. Antonio Canal, Canaletto (Venecia, 1697-1768), ten¨ªa solo 18 a?os y un brillante porvenir como el mejor creador europeo de panor¨¢micas del siglo XVIII. La fama ganada a base de gruesas pinceladas, el uso magistral de luces y sombras, esas composiciones teatrales o el ojo atent¨ªsimo para retratar con maestr¨ªa a las clases sociales de su ciudad natal.
Bajo el t¨ªtulo Canaletto, Venecia y sus esplendores, la Casa de los Carreresi, en la rica y opulenta Treviso, recupera, muy cerca de donde fueron recreados, los paisajes que dieron fama al artista. Y no est¨¢n solos. Junto a ¨¦stos, se exponen adem¨¢s las obras de otros representantes del vedutismo, g¨¦nero pict¨®rico est¨¦ticamente indisociable del Settecento italiano. O lo que es lo mismo; aquellas vistas de la ciudad que los ricos viajeros ingleses de la ¨¦poca se llevaban como recuerdo de su visita. En total, 90 pinturas y 60 grabados procedentes de 13 museos del mundo.
El pintor se val¨ªa de la c¨¢mara oscura para captar la vida cotidiana
Si algo queda claro en la muestra es que la genialidad de Canaletto se inspira en las panor¨¢micas de su predecesor, Luca Carlevarijs, nacido en Udine, aunque veneciano de adopci¨®n. La exposici¨®n dedica atenci¨®n, como corresponde, a un pintor especialista en retratar panor¨¢micas conmemorativas. Como la llegada de los embajadores extranjeros a la ciudad, las regatas con que se celebraban las visitas de personajes importantes o las varias fiestas venecianas. Carlevarijs fue el primero en proveer de estampas venecianas a las clases opulentas de toda Europa. Sus ricos clientes, por lo general embajadores, se llevaban en sus cuadros un recuerdo de tal o cual evento en el que hab¨ªan participado. Son tiempos en los que Venecia exhib¨ªa orgullosa su condici¨®n de potencia comercial y mar¨ªtima, a la manera en que Inglaterra aspiraba a ser. La ciudad de los canales era tambi¨¦n por entonces la de la diversi¨®n para todos los gustos, con sus teatros, casas de juegos y burdeles. "Sus prostitutas eran famosas. La permisividad y amoralidad excitaban hasta a las almas grises de los ingleses", explica el estudioso del Settecento Michael Levey.
"Carlevarijs fue un gran pintor, pero Canaletto lo super¨®, era el mejor", comenta uno de los comisarios, Alberto Craievich. "Invent¨® las panor¨¢micas con encuadres m¨¢s amplios, que resaltan la peculiaridad de Venecia, ¨²nica por ser una ciudad de agua. Dibuj¨® ¨¢ngulos nuevos del Gran Canal y otros espacios menos conocidos".
La Venecia solar que ha entrado en el imaginario universal es ¨¦sta recreada por Canaletto. Ning¨²n visitante quiere abandonar la sala que alberga las obras maestras de la juventud del genio. ?C¨®mo se las ingeniaba para construir cuadros tan precisos? Conoc¨ªa la ciudad como la palma de su mano, pero se val¨ªa de la c¨¢mara oscura para captar en directo la agitada cotidianidad de la Seren¨ªsima y sus contrastes sociales. Tambi¨¦n se expone una c¨¢mara oscura, propiedad del Museo Correr, que se presume us¨® Canaletto. ?l fue el primero en experimentar con la luz solar: sub¨ªa a una g¨®ndola a recorrer Venecia a ver en directo los efectos luminosos.
En el atardecer de su carrera, los personajes conservan su propia identidad, aunque se convierten casi en manchas de color. Canaletto no lleg¨® a ver el declinar de Venecia. No vivi¨® la llegada de las tropas de Napole¨®n, ni tampoco cuando el franc¨¦s orden¨® quemar el Bucintoro, el barco oficial del Dogo. Otros pintores siguieron su camino, pero el vedutismo poco a poco pas¨® de moda: se hab¨ªa inventado la c¨¢mara fotogr¨¢fica.
Babelia
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