?Y los Obamas de Europa?
La elecci¨®n del afroamericano Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos est¨¢ generando un debate en el Reino Unido y Francia, entre avergonzado y admirativo, sobre la posibilidad de que en Europa la inmigraci¨®n llegue un d¨ªa tan alto.
La Fabian Society brit¨¢nica augura que en las pr¨®ximas elecciones el n¨²mero de parlamentarios africanos o asi¨¢ticos pasar¨¢ al menos de los 15 actuales a 25, repartido ese crecimiento entre el Nuevo Laborismo del premier Gordon Brown y el conservadurismo de David Cameron.
Un 7,5% de la poblaci¨®n brit¨¢nica pertenece a alguna minor¨ªa ¨¦tnica -mientras que en Francia es del 10%- lo que se compara con un 13% de negros en Estados Unidos; pero si a ese n¨²mero se le suman hisp¨¢nicos y asi¨¢ticos, la cifra pasa de un 30% de norteamericanos que no son blancos.
En Francia, donde no hay un solo alcalde negro, la discusi¨®n vibra en la izquierda. Faysal Douhane, del Consejo Nacional del Partido Socialista, afirma que la dirigencia franco-francesa del PS argumenta que la opini¨®n a¨²n no est¨¢ preparada para votar a candidatos de color y "hay que ser pr¨¢cticos". En la banlieue parisiense, tan pr¨®xima siempre a la explosi¨®n, Dris Ait Yusef, de origen magreb¨ª, y ex candidato de una lista municipal de izquierda independiente, dice que la elecci¨®n de Obama "ha sido una bocanada de aire puro, que hace pensar: yo tambi¨¦n puedo llegar".
Pero no hay que pasarse. Adam Afriyie, de 43 a?os y diputado tory en los Comunes, duda de que ning¨²n negro vaya a ser primer ministro en su tiempo.
En Alemania e Italia el debate no ha prendido todav¨ªa, y no digamos en Espa?a. Pero las circunstancias mandan.
Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, es la cuarta de su familia en ir a la Universidad, y la ciudadan¨ªa negra lleva como media dos siglos en Estados Unidos, mientras que en Francia y el Reino Unido apenas medio siglo; en Alemania, la emigraci¨®n lleva tambi¨¦n ese tiempo, turcos sobre todo, pero han sido mayores las dificultades para nacionalizarse; e Italia y Espa?a son de inmigraci¨®n reciente. Pero, quiz¨¢, ha nacido ya el Obama europeo; o al menos, valdr¨ªa la pena que as¨ª fuese.
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