El 'caso Balenciaga' proyecta m¨¢s oscuridad
Los nuevos datos aumentan las dudas sobre el proyecto
Veinte a?os despu¨¦s de que echara a rodar la idea de un museo de proyecci¨®n internacional que rindiera homenaje en su localidad natal, Getaria, al modisto Crist¨®bal Balenciaga (1895-1972), el gran maestro sigue sin museo. La primera piedra se coloc¨® en 2001 y su inauguraci¨®n se fij¨® para 2003, pero han pasado casi otros seis con la obra inconclusa, mientras el esc¨¢ndalo econ¨®mico y pol¨ªtico planea sobre el proyecto.
Sobre ese episodio oscuro que empez¨® a vislumbrarse hace casi dos a?os de la mano de Aralar, y a¨²n no conocido en toda su dimensi¨®n, penden dos diagn¨®sticos: el judicial, una vez que la Fiscal¨ªa de San Sebasti¨¢n present¨® esta semana una querella criminal contra tres de los protagonistas, y el parlamentario, con las resoluciones que sobre los hechos y las responsabilidades pol¨ªticas alcance, en el pr¨®ximo mes, la comisi¨®n de investigaci¨®n del Parlamento. Ambos trabajos se desarrollan en secreto, por lo que las informaciones disponibles son fragmentarias y a duras penas permiten una recomposici¨®n de los hechos.
El proyecto fue impulsado por el ex alcalde peneuvista de Getaria entre 1983 y 1997, Mariano Camio, que dej¨® el cargo para ponerse al frente del ambicioso proyecto de vocaci¨®n internacional. Ahora es el principal imputado por la fiscal¨ªa, junto con el arquitecto cubano autor del dise?o del museo, Juli¨¢n Argilagos, entonces afincado en Getaria con una galer¨ªa de arte, y ahora residente en Florida (EE UU).
Camio consigui¨® la donaci¨®n para el proyecto de los fondos que pose¨ªa el secretario del modisto, Ram¨®n Esparza, que luego compr¨® el Gobierno, y tambi¨¦n la constituci¨®n de una Fundaci¨®n, cuya presidencia de honor ostentan los Reyes, y al frente de cuyo patronato se puso al modisto Hubert de Givenchy, disc¨ªpulo de Balenciaga.
Dos son las entidades de composici¨®n institucional con responsabilidades en el proyecto. Una es la Fundaci¨®n Balenciaga, constituida en 1999 por el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Getaria, adem¨¢s de patronos individuales, en gran parte destacados nombres del mundo de la moda internacional. El motivo por el que el Gobierno auton¨®mico no se incorpor¨® a ella permanece en la penumbra, pero la entonces consejera de Cultura, Mari Carmen Garmendia, no conect¨® con los emisarios del proyecto y decidi¨® quedarse al margen de algo en lo que no vio suficiente grado de elaboraci¨®n y formalizaci¨®n escrita.
La otra entidad es la Sociedad p¨²blica Berroeta Aldamar, formada, ya en 2005, por el actual Gobierno vasco, a trav¨¦s de su Departamento de Cultura, la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, y, como en la Fundaci¨®n, el Ayuntamiento de la localidad.
Por qu¨¦ se cre¨® Berroeta Aldamar cuando el proyecto ya estaba en marcha y la primera fase de la obra -la concerniente al Palacio Aldamar- realizada, es algo que tampoco se conoce bien. El presupuesto se hab¨ªa disparado desde los 800 millones de pesetas que se barajaron en 2000, en las primeras reuniones de la Fundaci¨®n, hasta los 15 millones de euros que se reconocen cinco a?os despu¨¦s.
Una de las interpretaciones es que las tres instituciones, todas ellas en manos del PNV, salieron al rescate de un proyecto que se disparaba, con riesgo de zozobrar, desacreditando al partido, y sobre el que ya en 2002, tres a?os antes, el Ministerio de Cultura hab¨ªa empezado a pedir cuentas a trav¨¦s de sus representantes en el seno de la Fundaci¨®n. En concreto, lo hizo sobre los contratos suscritos por Camio con la empresa de Argilagos, Hemen Fashion Art, que al parecer no se hab¨ªan sometido ni a su junta directiva ni a su patronato.
Esos cuestionados contratos, -firmado el primero por Camio en nombre de la Fundaci¨®n en 2001, y con dos modificaciones en 2005 que elevaban la remuneraci¨®n del arquitecto en la medida en que hab¨ªa nuevas fuentes de financiaci¨®n del proyecto- son los que asumieron el Gobierno, la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y el Ayuntamiento de Getaria, desde la sociedad Berroeta Aldamar. Son los que posibilitaron el pago de 1,2 millones de euros al arquitecto cubano, en parte por trabajos sin realizar, y que, en algunos casos, no se correspond¨ªan siguiera con lo pactado. Como ejemplo, Berroeta Aldamar abon¨® a Argilagos el proyecto de interiorismo mucho tiempo antes de que ¨¦ste fuera entregado y, al parecer, el documento que finalmente lleg¨® no puede ser considerado como tal por la insuficiencia de su contenido.
El informe t¨¦cnico del Ministerio de Cultura que en 2005 desautorizaba por completo el proyecto de la segunda fase de las obras, la sobredimensionada ampliaci¨®n anexa al palacete, se ignor¨® y la construcci¨®n sigui¨® adelante. El Departamento de Cultura asegura que no conoci¨® ese informe hasta dos a?os m¨¢s tarde, pese a que el ministerio lo remiti¨® a la Fundaci¨®n, y a que tanto Camio como el entonces alcalde de Getaria, Josu Ezenarro, estaban a la vez en ¨¦sta y en la sociedad Berroeta Aldamar, junto al Ejecutivo vasco.
El desarrollo del proyecto y la evoluci¨®n de las obras aparecen plagados de actuaciones oscuras, que la comisi¨®n de investigaci¨®n y los tribunales tendr¨¢n que determinar. Entre ellas se incluye, al parecer, desde el desv¨ªo a gasto corriente de subvenciones destinadas a inversi¨®n, hasta la modificaci¨®n a mano de facturas, pasando por el escaneo de firmas o el abono a terceros de pagos por trabajos que deber¨ªa haber realizado Argilagos.
En medio del silencio en que se encierran todas las fuentes oficiales, lo que se trasluce desde la periferia de las instituciones integrantes de la sociedad Berroeta Aldamar es la idea de que todo se ha debido a la gesti¨®n de Mariano Camio, a quien consideran condicionado por la relaci¨®n sentimental que se le atribuye con Juli¨¢n Argilagos.
Esa relaci¨®n le habr¨ªa llevado a obrar en beneficio de ¨¦ste y en perjuicio de la sociedad p¨²blica de la que era gerente y de la fundaci¨®n de la que era vicepresidente, a las que se deb¨ªa. Con ello habr¨ªa incurrido en el presunto delito de administraci¨®n desleal que, entre otros, se pidi¨® que investigara la fiscal¨ªa y que ha conducido a la querella presentada ahora contra ¨¦l.
Los sobrepagos a Argilagos a 31 de diciembre de 2006 alcanzaban, seg¨²n la auditoria realizada el a?o pasado por la consultora privada Z&B, 439.905 euros. El contrato con el arquitecto, ahora responsabilidad de la sociedad Berroeta Aldamar, estipula unos honorarios del 7% del presupuesto de la obra ( 6 millones de euros en 2001), con lo que Argilagos puede terminar percibiendo el triple de la cantidad estimada entonces, ya que aquella cifra se ha multiplicado ya por tres.
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