Botero expone en Vigo su visi¨®n de las torturas en las c¨¢rceles de Irak
Una fina l¨ªnea separa la m¨¢s cruel de las pesadillas de un mundo plagado de sue?os felices; el haz y el env¨¦s de una humanidad que aparece retratada por el pintor colombiano Fernando Botero en la exposici¨®n Abu Ghraib / El circo, desde ayer expuesta en la Casa das Artes de Vigo. Una cara de la moneda, en el segundo piso, es el horror entre iguales practicado por las tropas estadounidenses en la c¨¢rcel iraqu¨ª de Abu Ghraib contra los prisioneros nativos; la otra, en la entrada, es la promesa festiva e infantil que simboliza el circo.
La Fundaci¨®n Caixa Galicia y el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) patrocinan la gira espa?ola de las 95 obras que se exhiben en Vigo hasta el pr¨®ximo 1 de febrero. Despu¨¦s, la serie de Abu Ghraib -24 pinturas y 22 dibujos valorados en m¨¢s de diez millones de d¨®lares- regresar¨¢ a la Universidad de Berkeley, en California, donde fue expuesta por primera vez en Estados Unidos y donde regresar¨¢ para quedarse definitivamente, donada por el propio artista. "No concibo hacer negocio del dolor humano; la Universidad de Berkeley tuvo la osad¨ªa de invitarme a exponer estas obras y ellos las merecen por su liberalismo y su actitud abierta", explic¨® el artista de Medell¨ªn durante la presentaci¨®n en Vigo.
Ambas series se muestran "en fricci¨®n singular, como dos mundos que hay que atravesar", manifest¨® el comisario de la exposici¨®n, Fernando Castro, quien sostiene que "la melancol¨ªa y la tristeza que envuelve la vida en los barracones y bajo las carpas circenses abre posibilidades interpretativas para unir ambas series". "Se trata de dos mundos opuestos y unidos en mi propio destino", a?ade Botero.
Las torturas contra los rehenes iraqu¨ªes que trascendieron a la opini¨®n p¨²blica en 2004 tambi¨¦n conmocionaron al pintor colombiano, casi hasta la obsesi¨®n, durante m¨¢s de un a?o: "El circo result¨® una cura despu¨¦s de 14 meses metido en la pesadilla de Abu Ghraib". Dos mundos recreados desde las inconfundibles formas expresivas de Botero, quien aproxima el maltrato a un martirio echando mano de la imaginer¨ªa religiosa. La cr¨ªtica no s¨®lo se formula con los pinceles, Botero tambi¨¦n dedica sus palabras a desenmascarar el otro circo de la hipocres¨ªa instalado en Irak. "El pa¨ªs en el que Sadam Hussein hab¨ªa torturado hizo lo mismo despu¨¦s", record¨® el artista, quien a?adi¨® que siempre se presenta Irak "como modelo de defensa de los derechos humanos, como un modelo de compasi¨®n".
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