Otra vez De Juana
Una acusaci¨®n poco consistente vuelve a dar protagonismo al sanguinario etarra
El mejor colof¨®n para el caso De Juana, tras la conmoci¨®n social causada por su inminente excarcelaci¨®n hace poco m¨¢s de tres a?os y la batalla judicial desencadenada para impedirla, incluidos episodios de huelga de hambre del propio etarra, ser¨ªa que permaneciera lo m¨¢s lejos posible del pa¨ªs donde tanto dolor ha provocado. En Belfast, donde parece encontrarse, o donde fuera. Pero el af¨¢n justiciero con que algunas asociaciones de v¨ªctimas de ETA ejercen la acci¨®n popular puede llevar a que De Juana protagonice de nuevo un medi¨¢tico proceso penal que con toda probabilidad no le llevar¨¢ a la c¨¢rcel, pero que derrochar¨¢ esfuerzos y recursos judiciales y s¨®lo frustraci¨®n puede crear entre los pr¨®ximos a sus v¨ªctimas.
Lo m¨¢s lamentable es que ese af¨¢n justiciero de algunos no encuentre los adecuados filtros en los tribunales de justicia. De haberlos habido, es posible que no se le hubiera abierto a De Juana, a ra¨ªz del homenaje que le organizaron en San Sebasti¨¢n tras su salida de la c¨¢rcel el 2 de agosto, un proceso penal con tan escasos y fr¨¢giles mimbres: una misiva respecto de la que no se ha podido acreditar su autor¨ªa y una ambigua expresi¨®n "aurrera bolie" (adelante con la pelota) de significados equ¨ªvocos pero que resulta artificioso identificar como un llamamiento a la realizaci¨®n de atentados. Articular sobre esa base la acusaci¨®n de enaltecimiento del terrorismo (por el que podr¨ªa ser condenado a dos a?os de c¨¢rcel) es poco consistente.
Es posible que los hechos justificaran la apertura de diligencias previas. Pero es dudoso que debieran continuar una vez que los informes policiales no acreditaron la autor¨ªa de un texto cuyo original no figura en la causa y del que s¨®lo se conoce su existencia por haberse publicado en Gara. La insistencia de las acusaciones en que sea el propio De Juana quien aclare esos extremos ha llevado a la justicia a dictar una orden de busca y captura internacional contra el etarra, con la consiguiente implicaci¨®n de la Interpol y del Gobierno en la operaci¨®n. Demasiado esfuerzo y demasiada teatralidad para un resultado posiblemente magro.
Mejor habr¨ªa sido prevenir a tiempo la ocupaci¨®n de la calle para homenajear a De Juana, incluida la prohibici¨®n de la presencia de informadores y el paso de ciudadanos. Y mejor ser¨ªa ahora que la justicia se esforzara en pedir responsabilidades a quienes impunemente ocuparon una v¨ªa p¨²blica para homenajear al etarra; si de enaltecimiento de terroristas se trata, en San Sebasti¨¢n se practica impunemente cada a?o en las fiestas locales.
Pocos individuos merecen mayor repulsa que este etarra que asesin¨® a 25 personas en la d¨¦cada de los ochenta y que s¨®lo cumpli¨® 18 a?os c¨¢rcel, adem¨¢s de otros tres a?os por amenazas terroristas. Demasiado poco, sin duda, pero plenamente de acuerdo con la legislaci¨®n penal de la ¨¦poca. Carece de sentido seguir buscando motivos para prolongar, por v¨ªas judiciales paralelas, una pena de c¨¢rcel que ya cumpli¨®.
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