"Un ni?o de 10 a?os es igual de inteligente que yo"
Hay dos cosas que Juan Luis Arsuaga (Madrid, 1954) cultiva desde peque?o: las historias y las preguntas. A¨²n era un ni?o cuando meti¨® las narices en su primera cueva rupestre y ya no las sac¨® nunca m¨¢s. Metaf¨®ricamente podr¨ªa decirse que all¨ª sigue, caminando por aquella cueva, pregunt¨¢ndose si los cazadores prehist¨®ricos se jubilaban al envejecer o contando a los dem¨¢s la odisea de una conquista muy anterior, y mucho m¨¢s prodigiosa, que la de Col¨®n: "De alguna manera incre¨ªble, los australianos llegaron a Australia hace 40.000 a?os, tal vez en barcos de bamb¨², avanzando sin ver la isla, y al desembarcar fue como si hubieran llegado a otro planeta, repleto de canguros, tortugas gigantes y otros animales que desconoc¨ªan por completo. Es una de las historias m¨¢s fascinantes".
El paleont¨®logo pone la prehistoria a disposici¨®n de los ni?os en su libro
Arsuaga disfruta, pues, con las historias y las preguntas. Tanto como los ni?os. Y a partir de esa afici¨®n en com¨²n ha escrito Mi primer libro de la prehistoria (Espasa), ilustrado por Sonia Cabello. Llevaban 20 a?os tir¨¢ndole los tejos, pero el codirector de las excavaciones de Atapuerca (Burgos) tem¨ªa que le obligasen a simplificar en exceso el contenido. "Quer¨ªa que me dejaran a solas con los ni?os. Son muy listos. Un ni?o de 10 a?os es tan inteligente como yo. Ya no nos crece m¨¢s el cerebro ni la inteligencia, se madura sexualmente o art¨ªsticamente, pero ya no crece el cerebro".
Antes de sentarse a la mesa, Arsuaga ha saludado a dos conocidos. Descubri¨® esta arrocer¨ªa madrile?a gracias a Javier Trueba, con el que ha grabado un documental sobre la evoluci¨®n humana que se presentar¨¢ en unas semanas en Segovia y con el que est¨¢ rodando la serie El cuaderno del naturalista. El paleont¨®logo es un entusiasta de la paella: "El para¨ªso es un lugar donde se come arroz".
-?El arroz fue uno de los cereales de la revoluci¨®n neol¨ªtica?
-En el sureste asi¨¢tico, que nos pilla lejos. En Oriente Pr¨®ximo lo fueron el trigo y el centeno. Excepto por los calamares, hemos hecho una comida muy neol¨ªtica.
El nacimiento de la agricultura catapult¨® a la humanidad hacia el futuro. Los alimentos ya no depend¨ªan del azar, sino del cultivo. De hecho, a?ade el cient¨ªfico, hasta no hace mucho todav¨ªa perduraban h¨¢bitos arcaicos. "Segu¨ªamos siendo paleol¨ªticos con los peces y los productos del mar, pero ahora tambi¨¦n se cultivan en granjas. Hemos cambiado la biosfera por completo".
Arsuaga obvia los postres y apura un cortado. Le aguardan 12 alumnos a los que hablar¨¢ de un australopiteco -est¨¢ un poco harto de la moda neandertal-. Son tan pocos que les ha regalado a cada uno un ejemplar de su libro La especie elegida. Hay crisis de vocaciones, pero no aprecia desinter¨¦s por el pasado. "La prehistoria est¨¢ aqu¨ª para quedarse, es la respuesta a la eterna pregunta: '?Qui¨¦nes somos?'. Mucha gente me pregunta para qu¨¦ sirve. No sirve para nada, simplemente es inevitable, todo ser humano se la plantea desde que nace y puede buscar respuestas desde la religi¨®n o la ciencia, pero no eres humano si no te haces la pregunta".
Tampoco sirve escalar monta?as y tambi¨¦n le tientan. Suscitan preguntas y alimentan historias. Pero ni se define como cient¨ªfico ni como monta?ero.
-Soy un profesor. Si me pides una definici¨®n, eso es lo que soy. Un ser que entra en el aula y cuenta una historia.
Y se hace preguntas.
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