Continente y contenido
Estoy de acuerdo con la vicepresidenta primera del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, cuando se?ala que "estar a la altura de los tiempos en este inicio del siglo XXI nos exige, por contradictorio que parezca, hacer del cambio y la innovaci¨®n nuestro m¨¢s firme anclaje". Tambi¨¦n me parece oportuno que la senadora Carmen Alborch sea partidaria de "abordar la planificaci¨®n estrat¨¦gica de la ciudad de Valencia con criterios de innovaci¨®n". Si la visi¨®n de la senadora en materia de estrategia territorial fuese tan feliz como la que tuvo hace veinte a?os, junto a Tom¨¢s Llorens, posibilitando el IVAM, los responsables p¨²blicos de la planificaci¨®n urbana deber¨ªan valorar una eventual revisi¨®n del plan general de Valencia.
Quiz¨¢s fuese tambi¨¦n aconsejable revisar la asociaci¨®n de una iniciativa inmobiliaria, como el cambio de uso de la ZAL del puerto de valencia, hacia conceptos pre-Internet, como el cluster, con el aderezo espumoso de "conocimiento, innovaci¨®n y creatividad". Cinc_VCL, de la forma que est¨¢ presentada, puede asociarse al contenido del entrecomillado, o a cualquier otro t¨¦rmino de moda utilizado, coyunturalmente, en el aut¨¦ntico cluster del S.XXI, el mundo pol¨ªtico.
El Silicon Valley, la Massachusetts Route 128, Seattle o Cambridge, concentran innovaci¨®n, no por la disponibilidad de suelo, sino por la existencia de actitudes empresariales promovidas por j¨®venes sin aversi¨®n al riesgo, por la proliferaci¨®n de empresas dispuestas a financiar iniciativas que entra?an riesgo, por disponer de un marco legislativo concursal y de defensa de la competencia conveniente, etc. Las empresas, no los territorios, son competitivos. El desaf¨ªo para los gobiernos es c¨®mo atraer a las empresas competitivas.
En un mundo globalizado, el cluster de la innovaci¨®n es planetario. El concepto de cluster, tal y como lo presenta Cinc_VCL, pertenece a la era pre-Internet. Hoy en d¨ªa con proveedores, clientes, competidores, nuevos productos y servicios apareciendo por doquier, el cluster es mundial. El talento no puede circunscribirse a un ¨¢rea concreta, estamos en la era de la open-innovation, tal y como nos muestran la experiencia empresarial (IBM,P&G, Boeing, etc.), el mundo acad¨¦mico (Henry Chesbrough, Gary Hamel, etc.) o el de la consultor¨ªa (Mckinsey, Deloitte, etc.). La Universidad Polit¨¦cnica de Valencia patrocin¨®, en mayo pasado, un magn¨ªfico seminario sobre innovaci¨®n abierta que evidenciaba esta tesis.
Cuando las grandes corporaciones compran innovaci¨®n, mediante la adquisici¨®n de empresas de ¨¦xito tecnol¨®gico, las localizan en puntos variopintos de la geograf¨ªa mundial, evidenciando, de paso, la decreciente importancia de las patentes. Rastrear las adquisiciones en los ¨²ltimos a?os de Cisco, Oracle, Microsoft..., supone evidenciar que la innovaci¨®n no precisa de un cluster identificable por Google Map. Ni Hewlett, ni Packard, ni Bill Gates necesitaron de desarrollos inmobiliarios para innovar, lo hicieron en los garajes de sus casas, y a su costa.
En Valencia ser¨ªan muchos los que compartir¨ªan la dificultad de innovar en base, fundamentalmente, a un desarrollo inmobiliario y, esencialmente, a lo que nos circunda. La Ciudad de la Innovaci¨®n perteneciente a la Universidad Polit¨¦cnica, la Red de Institutos Tecnol¨®gicos de la Comunidad Valenciana, los programas del Impiva y de las organizaciones empresariales, etc. representan esfuerzos loables, pero limitados, encaminados a la promoci¨®n de la innovaci¨®n.
Los valencianos deben visualizar la innovaci¨®n para facilitar que la sociedad, en su conjunto, adopte actitudes innovadoras. Esta tesis ya fue expuesta en un anterior art¨ªculo, publicado en este diario, en mayo del pasado a?o. La competencia, adem¨¢s de ser conveniente para los consumidores, es uno de los m¨¢s potentes aceleradores de la productividad. Mayor competencia implica mejor utilizaci¨®n de los recursos, estimula la innovaci¨®n y el uso de la tecnolog¨ªa. Por todo ello, debe continuar el progreso de los procesos de liberalizaci¨®n de sectores econ¨®micos especialmente estrat¨¦gicos como los servicios de red y retailing. Todo ello en espera de la transposici¨®n de la Directiva Europea sobre Servicios en el Mercado Interior.
El estigma de los procedimientos concursales se extiende con excesiva ferocidad e injusticia sobre empresarios que de buena fe han dirigido sus empresas y que, por causas diversas, se han visto obligados a solicitar una suspensi¨®n de pagos o ser declarados en quiebra. La instrumentaci¨®n de campa?as, promoviendo la ambici¨®n por la independencia profesional de los j¨®venes a trav¨¦s de iniciativas empresariales, puede contribuir a un cambio cultural sin precedentes. La concentraci¨®n de los m¨²ltiples fondos de inversi¨®n p¨²blicos les permitir¨ªa invertir desde postulados eminentemente empresariales y no regionales. Fomentar la propensi¨®n del alumno a trabajar en equipo, la capacidad de resolver problemas, el respeto por las opiniones de los otros, las habilidades cognitivas de ¨ªndole pr¨¢ctica, la proclividad por el uso de las TIC..., son, en su conjunto, favorecedores de un clima innovador. La colaboraci¨®n de las organizaciones empresariales con empresas referenciales ser¨¢ de enorme importancia para conocer los caminos de la excelencia y de las mejores pr¨¢cticas.
Es posible que cambiemos contenedores por edificios inteligentes, pero tambi¨¦n lo es que la innovaci¨®n no acuda a la inauguraci¨®n.
jecervera@jecervera.com.
Jos¨¦ Emilio Cervera es economista.
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