El nuevo alcalde de Jerusal¨¦n intenta frenar la 'fuga de cerebros'

"Nir Barkat comenz¨® su carrera en el ala izquierda del laborismo, se afili¨® a Kadima [centro] y lo abandon¨®. Sus asesores le dijeron que si quer¨ªa ser alcalde deb¨ªa girar hacia la derecha dura. Es un oportunista m¨¢s que un populista", comentaba ayer Meir Margalit, un concejal de Jerusal¨¦n, que a?ad¨ªa: "Puede ser mejor que el candidato ultraortodoxo, Meir Porush, pero con ¨¦ste al menos, sabes lo que piensa".

El ex paracaidista Barkat, elegido el martes alcalde de Jerusal¨¦n con el 53% de los votos, ha sabido explotar el miedo al creciente poder de los ultraortodoxos jud¨ªos, sacar tajada de las divisiones internas de esta comunidad, que en apreciable medida ha dado la espalda a su candidato natural -Porush-, y ha aprovechado un profundo vac¨ªo pol¨ªtico: ninguno de los partidos grandes presentaba aspirante a la alcald¨ªa. La participaci¨®n rond¨® el 41% del censo.

Proliferan en Jerusal¨¦n los eruv, unos cordeles atados a postes que marcan un espacio p¨²blico en que los ultraortodoxos jud¨ªos pueden llevar un carrito de beb¨¦ o unas llaves sin violar el shabat. Los mikveh, ba?os p¨²blicos rituales necesarios para la purificaci¨®n, tambi¨¦n se expanden a barrios laicos al comp¨¢s de las mudanzas de ultraortodoxos. No hay, desde hace a?os, transporte p¨²blico en el d¨ªa sagrado jud¨ªo.

Edil desde 2003, el laico Barkat es un empresario de ¨¦xito. Su compa?¨ªa fue de las primeras en dise?ar antivirus inform¨¢ticos. De 49 a?os y padre de tres hijos, emprende una tarea tit¨¢nica: "Salvar Jerusal¨¦n". Pretende atraer grandes empresas y crear parques tecnol¨®gicos para atajar una sangr¨ªa que devasta la ciudad santa: la fuga a Tel Aviv de los profesionales m¨¢s capacitados. No podr¨¢ hacerlo solo. Deber¨¢ mimar su relaci¨®n con el pr¨®ximo Gobierno, la principal fuente de recursos de la ciudad.

La madrugada de ayer Barkat celebraba el triunfo proclamando que ser¨¢ el alcalde de todos los ciudadanos de la "capital eterna de los jud¨ªos". Felicit¨® a su contrincante religioso y concluy¨® cantando el himno nacional y haciendo sonar el shofar, el cuerno de carnero empleado en determinadas festividades religiosas. A los palestinos de la Jerusal¨¦n Este anexionada les reserva uno de sus proyectos estrella, aunque cuente con su rechazo: la construcci¨®n de miles de viviendas para jud¨ªos.