Reims no es Chicago
El socialismo franc¨¦s, falto de la diversidad ¨¦tnica propia del pa¨ªs, celebra un congreso sin un l¨ªder claro
Es dif¨ªcil encontrar un negro en el congreso del Partido Socialista franc¨¦s (PS). Es f¨¢cil encontrarlo en el metro en Par¨ªs, o en Marsella, y muy f¨¢cil si uno viaja en autob¨²s o en tren de cercan¨ªas a los barrios perif¨¦ricos pobres que abrazan la capital francesa. Pero es muy dif¨ªcil encontrarlo en el 75? congreso del PS, que arranc¨® ayer en Reims (este) y que deber¨¢ elegir este fin de semana un l¨ªder que timonee el barco de la izquierda francesa. Y de paso que saque al PS, que refleja poco la diversidad ¨¦tnica de la sociedad, de la apat¨ªa, la languidez y la derrota.
Hay cuatro aspirantes a hacerlo: la ex candidata presidencial S¨¦gol¨¨ne Royal; el actual alcalde de Par¨ªs, Bertrand Delano?; la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, y el eurodiputado Beno?t Hamon. Los tres primeros tienen m¨¢s de 55 a?os. El ¨²ltimo 42. Los tres primeros no presentan entre ellos muchas diferencias ideol¨®gicas; el cuarto dice representar el ala m¨¢s a la izquierda del partido. Los tres primeros aparecen en todos los medios franceses como aspirantes a la direcci¨®n del partido, pero en el inicio del congreso a¨²n no hab¨ªan presentado oficialmente la candidatura en un intento de nadar y guardar la ropa y de guardarse un as en la manga para negociar; el cuarto s¨ª, y negocia igual. A las ocho de la tarde, en un golpe de efecto, la facci¨®n de Royal hizo oficial su candidatura.
Los tres rivales de S¨¦gol¨¨ne Royal comieron ayer juntos
Las divergencias ideol¨®gicas se mezclan con las rencillas personales
Otro dato: los tres ¨²ltimos (Delano?, Hamon y Aubry) comieron juntos poco antes de que comenzara el congreso a fin de llegar a un acuerdo a tres bandas y desbancar a Royal incluso antes de que empezara la partida de p¨®ker. No se lleg¨® a tanto. Pero todo el mundo interpret¨® que el lema del congreso iba a ser "Todos contra S¨¦gol¨¨ne", que comi¨® sola y apareci¨® a las seis de la tarde sonriendo como nunca y rodeada de una nube impresionante de fot¨®grafos.
El n¨²mero de delegados con que cuenta cada aspirante fomenta el cambalache: Royal dispone del 29%; Delano?, el 25%; Aubry, el 24%, y Hamon, el 19%. Nadie cuenta con una mayor¨ªa rotunda. De ah¨ª la necesidad de acercarse al contrario vigil¨¢ndose la espalda, no vaya a ser que la cuchillada llegue del tercero. Hay adem¨¢s rencillas personales entre unos y otros, viejos odios alimentados durante a?os que dificultan los acercamientos.
Por eso hay dos congresos: uno ocurre en la tribuna de los discursos, se retransmite por el circuito cerrado e interesa poco. Otro lleva desarroll¨¢ndose m¨¢s de una semana y consiste en los pasos que da cada familia a fin de convencer a la otra. Estas negociaciones se han trasladado al congreso, y se llevan a cabo, en la trastienda, lejos de los focos, y se convierten poco despu¨¦s en rumores que a su vez propician nuevas asociaciones.
A veces los dos congresos se unen: ayer dio su discurso de bienvenida Fran?ois Hollande, actual primer secretario del PS y ex compa?ero sentimental de Royal, por un lado, y uno de los m¨¢s s¨®lidos apoyos de Delano?. Uno de los ejemplos m¨¢s claros de hasta qu¨¦ punto se mezclan en este congreso la divergencia ideol¨®gica con la m¨¢s evidente relaci¨®n personal. Y en este discurso dijo de repente: "La candidata con m¨¢s apoyos debe llevar la iniciativa". Hubo un rumor de sorpresa. "Pero los otros tambi¨¦n tienen derecho a la negociaci¨®n y a las alianzas".
Terminado el discurso, uno de los pocos delegados negros del congreso se acerc¨® a la cafeter¨ªa. Se llama Lucien Fontaine, tiene 35 a?os y trabaja como concejal en el Ayuntamiento de Amiens. Es de la facci¨®n de Hamon, aspira a un PS m¨¢s a la izquierda y reconoce que a¨²n les falta un paso a la hora de integrar la diversidad ¨¦tnica de Francia en el partido. Sonr¨ªe cuando se le cita a Obama y la ciudad en la que ¨¦ste se hizo pol¨ªtico, Chicago. "Es verdad que somos pocos. Por eso hay que abrir el partido", dice.
Poco despu¨¦s, mientras en los despachos se siguen acuchillando las diferentes facciones, pasean por el pasillo cuatro asistentes negros al congreso. Van juntos. Sonr¨ªen. Hablan mucho Tal vez no est¨¦ todo tan mal. Y hay m¨¢s representaci¨®n ¨¦tnica de la que parece. Tal vez el Obama franc¨¦s se esconda ah¨ª.
-?A qu¨¦ familia pertenecen: ?Son s¨¦gol¨¨nistas o delano?istas?
Ninguno entiende muy bien. Ni siquiera hablan en franc¨¦s. Una militante lo aclara.
-Es que son de la delegaci¨®n de Ghana.
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