El perfil de la vulnerabilidad
Las mismas cualidades que le convierten en un 'crack' hacen al ciclista d¨¦bil ante el dopaje
"Necesitamos crear h¨¦roes con los que se identifiquen los j¨®venes", dijo hace nada el presidente de la IAAF (federaci¨®n internacional de atletismo), emocionado con la revoluci¨®n Bolt. Lo dec¨ªa Lamine Diack para rebatir las cr¨ªticas que contra la efervescencia celebratoria del fen¨®meno jamaicano emiti¨® el presidente del COI, Jacques Rogge, pero, al mismo tiempo, su afirmaci¨®n reforzaba una vez m¨¢s a quienes repiten desde hace tiempo que de todos los males que afligen al deporte, el dopaje entre ellos, quien menos culpa tiene es el deportista: el sistema es el culpable.
Similar predicado se desprende del ¨²ltimo documento de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI), el organismo que mejor conoce la maquinaria f¨ªsica de los corredores y tambi¨¦n, a lo que parece, la mental.
"Quien se dopa siente que arriesgando no pierde nada", explica la psic¨®loga Julieta Par¨ªs
"Los 'amateurs' no piensan que se pueda funcionar de otra manera", dice Horrillo
Hace un a?o, la UCI encarg¨® a un gabinete psiqui¨¢trico franc¨¦s (AlteRHego) un "estudio en profundidad del ciclismo para arrojar luz al problema del dopaje", cuyas conclusiones, logradas tras decenas de entrevistas con corredores franceses y otras gentes del ciclismo, animan tanto a compadecer a los deportistas, sobre todo a los m¨¢s grandes, como a despojarlos del gran peso de la culpa con que se les carga cuando no responden a las expectativas de pureza que en ellos se han depositado.
"Las cualidades m¨¢s buscadas en un deportista de alto nivel, y las que m¨¢s se le refuerzan, las que le hacen destacar sobre los dem¨¢s, son precisamente las que m¨¢s vulnerables les hacen con respecto a la adicci¨®n al dopaje", dicen los autores del estudio en sus primeras conclusiones. Y se refieren a personas en permanente b¨²squeda de lo m¨¢s nuevo y de una recompensa constante y con poca tendencia a huir del peligro. Personas individualistas, con una relativa aversi¨®n a la cooperaci¨®n y con una reducida capacidad de an¨¢lisis de sentimientos y emociones. J¨®venes que comenzaron a andar en bicicleta guiados por una motivaci¨®n puramente intr¨ªnseca -les gustaba, disfrutaban siendo cada vez mejores en su actividad-, pero que se desarrollaron en un entorno sociocultural que reforz¨® las motivaciones extr¨ªnsecas, aqu¨¦llas que requieren retroalimentaci¨®n, refuerzo externo y recompensa -dinero, estatus social, imagen envidiable- y que proponen un excesivo ¨¦nfasis en la competici¨®n desde muy pronto.
"Esa tendencia del ciclismo a caer en los refuerzos externos es el factor clave", dice Julieta Par¨ªs, psic¨®loga deportiva que trabaja en la federaci¨®n espa?ola de atletismo; "ese tener m¨¢s, querer m¨¢s, conseguir m¨¢s, aleja al ser humano de la posibilidad ya no de conformarse con lo que tiene, sino de valorar lo que tiene, y es ah¨ª cuando la b¨²squeda de la felicidad entendida como bienestar por lo que soy, no por lo que tengo, no se consigue jam¨¢s... La persona que tiende a doparse es alguien que siente que arriesgando no pierde nada; que, aunque se le pille, lo que pierde ser¨¢ menor que lo que gana. Pero, claro, no cont¨® con el estigma social".
El dopaje, contin¨²a el estudio, es un fen¨®meno con m¨²ltiples caras. Un deportista se dopa por obligaci¨®n, por mera supervivencia econ¨®mica o por b¨²squeda del ¨¦xito social, para responder a la presi¨®n, como rito inici¨¢tico de integraci¨®n o pertenencia a un grupo o por un problema de adicci¨®n. Y contra ello propone, sobre todo, la agenda dual, que el deportista no deje de estudiar, y el uso de cuestionarios psicol¨®gicos para detectar perfiles de riesgo.
Pedro Horrillo, ciclista profesional desde hace m¨¢s de diez a?os, escritor y casi licenciado en filosof¨ªa, se sale del molde (aunque es modelo de agenda dual), no se reconoce en el perfil dibujado por el estudio -"cada vez me siento m¨¢s alejado de mis compa?eros, no me siento como ellos"- y tampoco reconoce en ¨¦l a su amigo ?scar Freire, con el que est¨¢ estos d¨ªas de vacaciones por Lanzarote -"llevamos tres d¨ªas sin hablar de ciclismo para nada; ni nos sale ni nos lo pide el cuerpo"-, pero s¨ª a la mayor¨ªa del pelot¨®n. "Quien a los 16 a?os s¨®lo se dedica a la bici deja de crecer como persona, no evoluciona", dice; "tengo amigos ciclistas que alucinaban cuando sal¨ªan conmigo por el ambiente universitario de San Sebasti¨¢n. A m¨ª tambi¨¦n, de chaval, me dec¨ªan que, como todo el pelot¨®n se dopaba, yo tambi¨¦n me dopar¨ªa, pero encontr¨¦ ejemplos diferentes. Ahora me entreno con amateurs y veo que el problema est¨¢ m¨¢s generalizado que antes, y que nadie se plantea que pueda ser de otra manera. Yo les digo que en profesionales se va de otra manera, que se puede estar arriba sin nada, y me miran como si quisiera enga?arlos, como si les contara historias para que no me quiten el sitio...".
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