Barcelona desplazar¨¢ 200 paradas de autob¨²s para evitar obst¨¢culos

Subir y bajar del autob¨²s en Barcelona ser¨¢ alg¨²n d¨ªa m¨¢s f¨¢cil. Al menos desaparecer¨¢n unos obst¨¢culos que cualquier usuario ha detectado m¨¢s de una vez: se abren las puertas y justo delante hay un ¨¢rbol que no tiene por costumbre ceder el paso. El ¨¢rbol, adem¨¢s, se halla en medio de un alcorque que, si hay suerte, est¨¢ seco; pero si ha llovido, es un charco o un barrizal.

Quien dice un ¨¢rbol dice una farola o un viejo poste de tel¨¦fonos o un buz¨®n de correos o cualquier otra cosa que los t¨¦cnicos municipales hayan consentido en colocar en las aceras a lo largo del tiempo. Unas, eso s¨ª, antes de que se instalara la parada; otras, despu¨¦s. Sea como sea, el Consistorio ha realizado un an¨¢lisis de la situaci¨®n y ha concluido que es necesario mover unas 200 paradas: de 2.000 existentes, el 10%.

Una parte importante de estas paradas se hallan en el Eixample barcelon¨¦s: un total de 70 de 173 ubicadas en la trama dise?ada por Ildefonso Cerd¨¤ tienen que ser modificadas. La mayor¨ªa, por coincidir con mobiliario urbano. Habr¨¢ veces en que se proceda a cambiar el mobiliario, pero cuando se trata de un ¨¢rbol, moverlo es casi imposible porque su distribuci¨®n es homog¨¦nea, y la distancia entre ellos, constante.

Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), empresa que gestiona los autobuses urbanos, hizo un primer diagn¨®stico del problema. Luego pas¨® el resultado al Ayuntamiento de Barcelona. "Nosotros no podemos actuar por propia iniciativa en las calles de la ciudad", se?ala un portavoz de la empresa, consciente ¨¦sta de que los usuarios se topan con obst¨¢culos en m¨¢s de una ocasi¨®n.

El Ayuntamiento de Barcelona ley¨® el informe de TMB y decidi¨® que hab¨ªa que hacer algo, pero no s¨®lo en relaci¨®n con las paradas, sino dentro de un plan m¨¢s amplio para "hacer la ciudad totalmente accesible", en palabras del concejal responsable del ¨¢rea, Francesc Narv¨¢ez. Una primera medida de urgencia ha consistido en rellenar los alcorques con un material que permita ser pisado sin contratiempos, de modo que, al menos, los pasajeros no metan el pie en el agua o, lo que es peor, no trastabillen al encontrarse con un suelo a dos niveles. Pero con vistas al futuro la soluci¨®n es, insiste Narv¨¢ez, facilitar el acceso de todo el mundo, incluidas las personas de movilidad reducida. Ahora, una persona en una silla de ruedas puede tener serios problemas en algunos casos y lo mismo ocurre con quien lleve un cochecito de ni?o o un carro de la compra o, algo cada vez m¨¢s frecuente en la Barcelona del turismo, una maleta de dimensiones simplemente medianas.

El Consistorio trabaja en dos frentes: el an¨¢lisis de las aceras y de sus posibilidades, y las consideraciones sobre los diferentes tipos de autobuses que componen la flota de TMB. Hay desde viejos veh¨ªculos con entrada por delante y salida en la parte central hasta los articulados y otros m¨¢s modernos con doble salida. En cada caso, las dimensiones son diferentes, de modo que un modelo puede resultar id¨®neo para una distribuci¨®n de ¨¢rboles o farolas (los obst¨¢culos m¨¢s frecuentes) y otro ser absolutamente inadecuado. Y hay paradas que s¨®lo son utilizadas por un tipo de veh¨ªculo, pero en otros casos paran all¨ª varios y todos diferentes. La soluci¨®n, se?al¨® Narv¨¢ez, es pintar unas franjas en la calzada que se?alen a cada autob¨²s el punto de la parada, de modo que el conductor (que se espera que colabore y respete las indicaciones) pare en uno u otro punto en funci¨®n del tama?o de su veh¨ªculo.

Sin duda, los cambios son urgentes; pese a ello, no hay un calendario espec¨ªfico y tampoco un presupuesto concreto. Eso s¨ª, todo est¨¢ en marcha y alg¨²n d¨ªa quedar¨¢ resuelto.