Djokovic ya amenaza a Federer

"?Qui¨¦n va a ganar la Copa de Maestros de Shanghai?", le preguntan a Juan Mart¨ªn del Potro, Delpo, el chico de las u?as infectadas, antes de que deje China y vuele a Argentina para enfrentarse desde el viernes a Espa?a en la final de la Copa Davis.

"Murray", contesta sin pesta?ear. Y no a?ade nada.

El juego, la fuerza y los rumores de la caseta bastan como adjetivos, debe de pensar Delpo: "A ¨¦ste no hay quien lo pare". Ayer, sin embargo, Novak Djokovic venci¨® a Nikolay Davydenko (6-1 y 7-5) y se embols¨® casi 500.000 euros por ser el campe¨®n. ?Qu¨¦ pas¨® en medio? Pues, presuntamente, el c¨¢lculo, la frialdad y las miras de futuro de Djokovic y su retorcido colmillo competitivo. La estrategia alocada y el apetito desmedido de Murray.

El viernes, Murray jug¨® mientras la sangre le corr¨ªa por los nudillos. Se enfrentaba a Roger Federer sin jugarse nada, m¨¢s all¨¢ de la honrilla y de evitar a Djokovic en las semifinales, porque ya estaba clasificado. Rebotaba la cabeza de Murray contra su raqueta, v¨ªctima de sus violentas protestas. Provocaban sus gritos terror entre los aficionados chinos, electrizados por el campe¨®n herido y su despedida. Y atizaba el brit¨¢nico con odio, pasi¨®n y alegr¨ªa mientras, al otro lado, Federer, tieso de energ¨ªas y con la espalda destrozada, respond¨ªa como pod¨ªa. Pudo ser pat¨¦tico. Fue magn¨ªfico.

El suizo qued¨® eliminado tras remontar del 3-0 al 4-3 en la tercera manga, que luego le vio superar una decena de bolas de partido. Murray, rabioso, disput¨® con todo el encuentro, lleno de af¨¢n de gloria y titulares altivos: "Es uno de los m¨¢s grandes de todos los tiempos. Quer¨ªa ganarle". Y gan¨® Murray (4-6, 7-6 y 7-5), aunque as¨ª se quedara seco y perdiese al d¨ªa siguiente contra Davydenko. Cuesti¨®n de apostar por un camino. El escoc¨¦s supo ayer que Djokovic ganaba el t¨ªtulo. Normal: el viernes, en su misma situaci¨®n, partido intrascendente, el serbio perdi¨® en tres sets con Tsonga. El t¨ªtulo le deja a diez puntos del n¨²mero dos de Federer. En 2009, ni Nadal ni el suizo podr¨¢n estar tranquilos.

"Ahora, el tenis no es s¨®lo cosa de dos jugadores", razon¨® Djokovic. "Se trata de cinco, seis, siete tenistas que est¨¢n jugando muy bien y cualquiera puede ganar a otro", continu¨®; "este t¨ªtulo est¨¢ al nivel de un torneo del Grand Slam porque aqu¨ª est¨¢n los ocho mejores jugadores del mundo. Creo que tengo la calidad para alcanzar el n¨²mero uno en el pr¨®ximo a?o o el pr¨®ximo par de a?os".

La reflexi¨®n del serbio, sin embargo, debe probarse con sus resultados en 2009. Djokovic cierra el curso con tantas victorias como heridas. Gan¨® su primer t¨ªtulo grande al imponerse en el Abierto de Australia y logr¨® el bronce ol¨ªmpico. Se sinti¨® capacitado para asaltar el trono de Federer. Y luego Rafael Nadal le sac¨® de quicio. Dos veces pudo Djokovic ser n¨²mero dos venciendo al espa?ol. Las dos veces perdi¨®. Desde entonces estuvo desaparecido. Hasta ayer. Con Federer tocado en la espalda y Nadal ausente por lesi¨®n, Djokovic es maestro de maestros.