Los socialistas de Francia cierran en falso el congreso
Los militantes votar¨¢n el jueves para elegir a su l¨ªder entre tres corrientes
El Partido Socialista franc¨¦s (PS) ha salido de su 75? congreso, celebrado este fin de semana en Reims, tan dividido como entr¨®, sin una cabeza visible y desgarrado por tres corrientes irreconciliables. Ser¨¢n los militantes los que, el jueves, por medio de una votaci¨®n directa, hagan lo que los delegados no han sabido hacer: elegir un l¨ªder para la izquierda francesa.
Hay tres candidatos: la medi¨¢tica y ex candidata presidencial S¨¦gol¨¨ne Royal; la impetuosa alcaldesa de Lille y ex ministra de la semana de 35 horas, Martine Aubry; y el joven eurodiputado Beno?t Hamon, de una nueva generaci¨®n de socialistas. El cuarto dirigente en liza, el alcalde de Par¨ªs, Bertrand Delano?, abatido, anunciaba ayer que se retira de la lucha.
Tras la retirada del alcalde de Par¨ªs, ser¨¢ decisivo el voto de sus seguidores
Royal, Aubry y el jefe del ala izquierda se disputan el cargo de primer secretario
La madrugada del domingo era definitiva: las cuatro corrientes contaban con esa noche de plazo para llegar a un acuerdo que impidiera cerrar en falso el congreso. A las dos de la madrugada, una reuni¨®n secreta a tres bandas y a la desesperada entre Delano?, Aubry y Hamon junto a sus m¨¢s cercanos colaboradores, trat¨® de sellar una alianza que taponara definitivamente el paso a S¨¦gol¨¨ne Royal.
Pero nadie pareci¨® dispuesto a renunciar al puesto de primer secretario para entreg¨¢rselo al que ten¨ªa enfrente. Se fueron a dormir de vac¨ªo mientras amanec¨ªa.
Los delegados socialistas desplazados a Reims desayunaron con la noticia de que no hab¨ªa noticia. El congreso adquiri¨® un aroma a fracaso. A media ma?ana, los tres candidatos dieron un ¨²ltimo discurso. Con sus gritos, sus abucheos y sus pataleos, los cientos de delegados socialistas que les escuchaban reflejaron la bronca y el desgarro que experimenta el PS.
La primera que subi¨® a la tribuna fue Martine Aubry. Se postul¨® ante sus seguidores e insisti¨® en la necesidad de que el partido se fije en la izquierda entre una salva de aplausos de sus partidarios y el silencio algo despreciativo de sus detractores.
Hamon jug¨® su mejor carta: la generacional, la del cambio. Y asegur¨® que si Barack Obama hubiera nacido en Francia, lo tendr¨ªa muy dif¨ªcil para llegar a primer secretario del Partido Socialista, debido a la escasa diversidad social y ¨¦tnica del socialismo franc¨¦s. "Aqu¨ª todo el mundo vota, pero no todo el mundo puede ser elegido", advirti¨® el joven eurodiputado socialista.
S¨¦gol¨¨ne Royal, la m¨¢s abucheada en este congreso por quienes la detestan, la m¨¢s aplaudida por su gente, resumi¨®, sonriente, desde la tribuna: "Es el turno de los militantes".
El mensaje era claro: el jueves, los 160.000 militantes del PS decidir¨¢n el vencedor, el futuro primer secretario. Y hasta ahora, Royal ha sido la ganadora en este tipo de votaciones. Era la que peor lo ten¨ªa a la hora de jugar a las alianzas entre corrientes, pero sabe que ahora juega con ventaja, que el voto de la base le favorece. Cuenta con el 29% de apoyos; Aubry con el 25%; Hamon con el 18%. Los seguidores de Delano?, que consigui¨® tambi¨¦n el 25%, se antojan decisivos.
Poco despu¨¦s, a eso de las doce y media, el congreso termin¨® sin que el primer secretario saliente, Fran?ois Hollande, ex compa?ero sentimental y padre de los cuatro hijos de Royal, pronunciara un discurso de despedida. "No era seguro que hablara y visto lo visto, ha decidido no hablar", resumi¨® un dirigente socialista. El 75? congreso del PS franc¨¦s se apag¨®, pues, sin que nadie lo diera por concluido.
Los delegados se volvieron a sus provincias de origen. Los parisinos cogieron el tren despu¨¦s de comer. Al llegar a la estaci¨®n del Este, confundido entre los miembros de las federaciones, cargando su maletita con ruedas y su ordenador port¨¢til, iba, sin hablar con nadie, el alcalde de Par¨ªs, Bertrand Delano?, el gran perdedor de este congreso fracasado. Sus seguidores tienen la clave de la votaci¨®n del jueves. Pero ¨¦l se perd¨ªa por el and¨¦n de la estaci¨®n, solo.
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