Todo es cuento
Ensayo. Desde los a?os noventa (especialmente) y en Estados Unidos (naturalmente) se ha extendido un t¨®pico recurso al relato para explicarlo pr¨¢cticamente todo. Con ello se hace de la incierta realidad un verdadero cuento que deleita tanto al p¨²blico puerilizado como al consumidor en general propenso a nutrirse de reality bites y variadas golosinas informativas.
Un franc¨¦s, Christian Salmon, escritor y miembro del Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje (CNRS), se ha interesado vivamente por este fen¨®meno y en su entusiasmo ha escrito un libro tan simple como acorde con el esp¨ªritu del tiempo. De hecho, el ¨¦xito de obras como ?Qui¨¦n se ha llevado mi queso? brindando estrategias empresariales -y personales- no mediante esquemas, sistemas o demostraciones, sino por la ligera amenidad de una historieta se encuentra a la orden del d¨ªa. Es del orden de los manuales de autoayuda que representa, por ejemplo, Jorge Bucay pero que se extienden ya a casi todas las disciplinas.
Storytelling. a m¨¢quina de fabricar historias y formatear las mentes
Storytelling. a m¨¢quina de fabricar historias y formatear las mentes
Christian Salmon
Traducci¨®n de In¨¦s B¨¦rtolo
Pen¨ªnsula. Barcelona, 2008
262 p¨¢ginas. 20,10 euros
Porque no s¨®lo se trata ya de la empresa o de uno mismo en busca del m¨¢ximo rendimiento personal, sino que sobrevuela el campo de la pol¨ªtica, la medicina, la psicolog¨ªa, la historia o la crisis financiera internacional para impregnarlos a todos del elixir que destila la llamada "era narrativa".
Con facilidad, en una sociedad de torpes mentiras ampliamente encadenadas, el cuento se hace rey. Frente al abuso de la raz¨®n en la Modernidad, el empleo de la emoci¨®n en tiempos posmodernos, frente al concepto el blink, frente a la filosof¨ªa la literatura y frente a la teolog¨ªa la moraleja. Todos los grandes mitos fueron cuentos y la Humanidad los aprendi¨® para creer, ordenarse o afianzarse en algunas verdades absolutas. La novedad (relativa) de estos a?os consiste en que tanto el proceso de sufrir un c¨¢ncer como la devastaci¨®n de la crisis financiera "sist¨¦mica y global" se convierten en barata literatura.
En la enfermedad, el paciente "lucha" para vencer al Mal y se comportar¨¢ como un h¨¦roe en la dur¨ªsima pelea que entabla. En la crisis financiera, la avaricia, el desm¨¢n, la org¨ªa hiperconsumista ha provocado esta suerte de maldici¨®n b¨ªblica que recae sobre el sistema capitalista como un fuego purificador. Unos desalmados especuladores ser¨ªan los m¨¢ximos culpables de ¨¦sta y se pide su encarcelamiento y su punici¨®n particular. Pero todos, en general (?qui¨¦n no?), tienen algo de qu¨¦ arrepentirse. Basta con auscultar el remordimiento que acaso habita las almas de los deudores irresponsables, gentes que gastaron m¨¢s que sus ingresos, que atentaron contra la virtud de la contenci¨®n, el ahorro y la gracia de la resignaci¨®n y la espera.
Los cuentos dan mucho de s¨ª y este libro de Salmon alarga, adem¨¢s, extraordinariamente la pesca de su ondulante idea. Los pol¨ªticos nos cuentan cuentos sin cesar traten sobre las armas de destrucci¨®n masiva o sobre la inexistencia de la palabra "crisis", aludan a la lucha contra el "imperio del mal", o a la Champions League de la econom¨ªa espa?ola. El reiterado "sue?o americano" es un "mil y una noches" pero tambi¨¦n la propagaci¨®n de la libertad y los Derechos Humanos por los marines forma parte de la colecci¨®n. Y lo mismo cabe atribuir a otras instituciones, prensa incluida, como es la religi¨®n, m¨¢xima productora de precintadas historias sagradas. Unas y otras disciplinas practican hoy el storytelling, porque para comunicarse bien la an¨¦cdota es capital y hasta el capital ha sabido capitalizarla en el centro de su sistema.
De este modo las marcas, por ejemplo, no pueden quedarse tan s¨®lo en su logo. Cada marca incorpora la locuacidad de una narraci¨®n y, desde hace mucho tiempo, en Estados Unidos es com¨²n tropezarse con la historia completa de McDonald's, las importantes andanzas de la Coca-Cola o el lento proceso que dio lugar a la invenci¨®n del Donuts.
No s¨®lo los objetos, las marcas de los objetos son historias: de intriga, de optimismo, de malditismo, de superaci¨®n, "impossible is nothing", titula Adidas. O incluso somos nosotros mismos las historias mismas, identificados con el nombre de un reloj, un coche o un m¨®vil.
La ideolog¨ªa de la existencia ha ido acerc¨¢ndose tanto a la praxis de consumir que su conjunci¨®n alude al saber (saber elegir), a la inteligencia ("yo no soy tonto"), al amor (love marks) o a la moral (marcas ecol¨®gicas). ?C¨®mo no ofrecer, por tanto, el mayor o¨ªdo a sus palabras?
A Christian Salmon debe agradec¨¦rsele la presentaci¨®n en p¨¢gina (negro sobre blanco) de estas cuestiones de actualidad y debe reproch¨¢rsele, sin embargo, lo pesado que se pone. Muy al modo norteamericano del ensayo actual, en sus reglamentarias doscientas p¨¢ginas hay apenas dos ideas. ?Qu¨¦ digo! Una. Todo lo dem¨¢s, efectivamente, es cuento. O recuento. Porque ?qu¨¦ demostraci¨®n m¨¢s directa de la simplicidad que recalentar lo calentado, inventar lo repetido, recaer innecesariamente en la saciedad de la obviedad? -
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