Las desverg¨¹enzas del capitalismo
El sistema econ¨®mico dominante se olvid¨® de sus asc¨¦ticos y laboriosos or¨ªgenes calvinistas y termin¨® glorificando el enriquecimiento r¨¢pido como referencia del ¨¦xito. Eso abri¨® las puertas a la trampa y la rapi?a
El capitalismo es una doctrina econ¨®mica, a la par que un sistema pol¨ªtico-econ¨®mico, de condici¨®n y de usos en ocasiones positivos aunque con frecuencia perversos, que despu¨¦s de la incorporaci¨®n de las experiencias antagonistas o alternativas -Rusia, China, pa¨ªses emergentes, etc¨¦tera- a la sola filosof¨ªa y pr¨¢ctica del mercado y del beneficio, se ha convertido en un modelo ¨²nico en la realidad del mundo, casi tambi¨¦n en la esfera del pensamiento. Esta presencia gloriosamente omnipotente y un¨¢nime se ha visto sacudida por la corrupci¨®n en su funcionamiento, resultado de los numerosos desafueros que bajo su advocaci¨®n se han perpetrado y que han acabado convirtiendo el latrocinio en regla. Todo ello adem¨¢s, viniendo de donde ven¨ªa. Pues frente a la consideraci¨®n de que la pr¨¢ctica religiosa es enemiga de la actividad econ¨®mica, fue ella la que, con la aparici¨®n del protestantismo y, m¨¢s a¨²n, del calvinismo, supuso un soporte decisivo para el surgimiento y la difusi¨®n de los valores del capitalismo.
Pocos han se?alado que la tan celebrada cumbre de Washington s¨®lo ha sido m¨¢s de lo mismo
Se precisa una gran movilizaci¨®n popular e intelectual para terminar con tanta patra?a
Dos pensadores son los heraldos de esta posici¨®n. En primer lugar, Max Weber, que parte de la constataci¨®n de que los pa¨ªses protestantes son, en el siglo XIX, los que est¨¢n en cabeza del desarrollo econ¨®mico, debido a su identificaci¨®n con los valores del capitalismo. En su obra matriz La ¨¦tica protestante y el esp¨ªritu del capitalismo, la esencia del capitalismo est¨¢ en la voluntad de trabajo, simult¨¢nea con el fervor por el ahorro. Comportamientos ambos que no pueden ser s¨®lo individuales pues su efectividad exige que lo sean de todo un pueblo, y para ello fruto de unas convicciones que son sobre todo de naturaleza religiosa. En este caso esas convicciones comunes proceden del calvinismo que descarta el consumo, condena el disfrute y el gasto y exalta el trabajo considerado como ejercicio religioso, secularizando con ello el ascetismo y elevando el trabajo profesional a la condici¨®n de pr¨¢ctica religiosa por excelencia. Que deviene as¨ª obra de Dios. Esa santificaci¨®n del trabajo ordinario que opera el calvinismo y que saca a los creyentes de los oratorios y los lanza a la conquista del mundo profesional, sigue resonando en muchas organizaciones religiosas contempor¨¢neas, tanto moderadas -Opus Dei, Kikos, etc¨¦tera- como progresistas -Focolares, Comunidad de San Egidio, etc¨¦tera-.
Richard H. Tawney en La Religi¨®n en el origen del capitalismo nos ofrece una reflexi¨®n mucho m¨¢s pormenorizada y pegada a la historia, que en oposici¨®n a los espiritualismos orientales y apoyado en la Biblia, sostiene que la vida material en su conjunto nos viene de Dios y por tanto los bienes, e incluso el dinero, son signo de su bondad y en cierto sentido de su predilecci¨®n. Pero signo que tiene que estar presidido por la gracia y que s¨®lo puede operar en relaci¨®n con el otro, cuya expresi¨®n esencial es el pobre. Por lo dem¨¢s Calvino/Tawney, frente a la prohibici¨®n b¨ªblica, recuperan el pr¨¦stamo comercial o industrial, que sin usura est¨¢ permitido y hace posibles con ello el mundo de la banca y de las finanzas.
Era dif¨ªcil de imaginar desde tan razonables y esperanzadores inicios, que la generalizaci¨®n de la trampa y de la rapi?a en los ¨¢mbitos econ¨®mico y financiero llevase a un triunfo tan absoluto de la econom¨ªa criminal. De manera decisiva ha contribuido a ese resultado la mitificaci¨®n un¨¢nime del enriquecimiento como referencia ¨²nica del ¨¦xito, la celebraci¨®n de lo que Oskar Lafontaine ha llamado la Dictadura del Monetariado, y, sobre todo, la hegemon¨ªa sin alternativas del capitalismo de casino. Todo lo cual ha dotado de respetabilidad a las felon¨ªas capitalistas m¨¢s innobles, a las pr¨¢cticas empresariales m¨¢s abyectas. No exagero, vean los nombres y las cifras. Lehman Brothers, una de las joyas de la finanza norteamericana, quiebra y todo el mundo se va a la calle sin indemnizaci¨®n alguna, salvo Richard Fuld, su presidente que se embolsa legalmente 480 millones de d¨®lares. AIG, la paradigm¨¢tica compa?¨ªa de seguros, va a quebrar tambi¨¦n, pero el caso es simb¨®licamente demasiado grave y Washington interviene aportando 85.000 millones de d¨®lares para tapar el agujero. Lo que permite a Joseph Cassano, director de la secci¨®n de Productos Derivados, percibir una bonificaci¨®n de 3,4 millones de d¨®lares, y a Sullivan, el gran patr¨®n, otra de 5,4 millones de d¨®lares. Los directivos de la compa?¨ªa, reflotada con el dinero de los contribuyentes norteamericanos, lo celebran en un suntuoso hotel californiano, con habitaciones a 1.000 d¨®lares la noche, 10.000 d¨®lares en bebidas, 23.000 en cuidados personales y un interminable etc¨¦tera. Bob Diamond, numero dos del Barclays Bank, ha declarado haber percibido en primas, entre 2006 y 2007, 50 millones de euros; Marcel Ospel, m¨¢ximo responsable del banco suizo UBS, 15,7 millones de euros; Josef Ackermann, presidente de la Deutsche Bank ha cobrado 10 millones de euros al a?o; Fred Goodwin, director general del Royal Bank of Scotland, y Andy Hornby, del HBOS, ambas en situaci¨®n de quiebra, unas remuneraciones anuales de 5,3 y 3 millones de euros, respectivamente. En Francia, los patronos de los seis grandes grupos financieros BNP Paribas, Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, Cr¨¦dit Agricole, Cr¨¦dit Mutuel, Caisses d'Epargne y Banques Populaires se han abalanzado sobre los 10.000 millones de euros que el Estado franc¨¦s ha puesto a su disposici¨®n para ayudar a sus organizaciones a salir de la crisis y nada se ha sabido de su destino. El importe total de las bonificaciones y otras primas personales percibidas por los patronos de las grandes empresas en quiebra o al borde de ella, se acerca a los 80.000 millones, todos interpretando el ap¨®logo de Woody Allen take the money and run. Y al otro lado de la verja m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores se han quedado sin trabajo, y Citygroup ella sola ha contribuido con cerca de 70.000 personas.
Los estragos y la desmoralizaci¨®n causados por estos pillajes desde las alturas, han venido acompa?ados por la incitaci¨®n al fraude, resultante de la extraordinaria expansi¨®n del cr¨¦dito, que al coincidir con el fuerte abaratamiento del costo del dinero, ten¨ªa que producir la deriva monetaria y los efectos perversos que ha conllevado. Pero, adem¨¢s, esa org¨ªa financiera dispuso para su celebraci¨®n de un abultado arsenal de instrumentos, producto de una brillante ingenier¨ªa financiera que los hab¨ªa elaborado y puesto en acci¨®n durante la ¨²ltima d¨¦cada. Motejados de t¨®xicos, por su capacidad disruptiva y malignizante, su circulaci¨®n y uso aumentaron de d¨ªa en d¨ªa. Entre ellos los Fondos Especulativos o hedge funds, m¨¢s familiarmente fondos-basura, quiz¨¢s los m¨¢s repudiados; aunque sus efectos perturbadores sean menores que los de los fondos de private equity, instrumento privilegiado por los especuladores para comprar sociedades y pagarlas sin dinero propio, revendi¨¦ndolas luego y vuelta a empezar. Aunque sin olvidar que todos los otros fondos, incluyendo los venture-funds e incluso los fondos soberanos, a pesar de su naturaleza p¨²blica, no se han librado de ese destino especulador. Y as¨ª se ha originado este descalabro may¨²sculo que algunos ven¨ªamos anunciando/denunciando desde hace tiempo (Vid mis seis columnas en este diario El capitalismo contra el planeta, de febrero a marzo de 2007, las dos de Fondos-Buitre, del 7 y 13 de julio del mismo a?o, o ¨²ltimamente Capitalismo sin limites y Noticias del caos). Descalabro que dif¨ªcilmente podremos superar porque los planteamientos, las soluciones y los actores sigue siendo los mismos. Y para quienes lo duden, ah¨ª est¨¢ para probarlo la Declaraci¨®n de la Cumbre de Washington, procedente del G-20, cuyo an¨¢lisis ha hecho de manera tan brillante como esclarecedora el Comunicado de ATTAC Espa?a del mi¨¦rcoles pasado. Por cierto ?c¨®mo es posible que ning¨²n medio de comunicaci¨®n espa?ol se haga nunca eco de los an¨¢lisis de una de las organizaciones m¨¢s consistentemente cr¨ªticas y progresistas de nuestro pa¨ªs?
La mencionada Declaraci¨®n es un estricto "m¨¢s de lo mismo". Convocada por y celebrada en los EE UU; reservada a los grandes pa¨ªses excluyendo a m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n mundial; insistiendo en los salv¨ªficos principios liberales de la fuerza salvadora de la libertad de comercio y de los mercados competitivos; reclamando un reforzamiento de las instituciones internacionales -OMC, FMI, Banco Mundial- responsables de la debacle, que son los que hay que sustituir cuanto antes; predicando una pol¨ªtica monetaria de objetivo ¨²nico, controlar la inflaci¨®n, olvidando las necesidades de las clases modestas y de las PYMES; sin una sola propuesta efectiva para acabar con los para¨ªsos fiscales; en definitiva, sepultando a¨²n m¨¢s los Objetivos del Milenio. S¨®lo una movilizaci¨®n popular e intelectual, insistida y de gran calado, podr¨¢ ayudarnos a acabar con tanta patra?a y tantas desverg¨¹enzas.
Jos¨¦ Vidal Beneyto es director del Colegio Miguel Servet de Par¨ªs y presidente de la Fundaci¨®n Amela.
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