En el escaparate de la ciudad, bajo el influjo del centro

Si a Javier Otaola (Bilbao, 1956), el S¨ªndico de Vitoria, hubiera que encontrarle en alg¨²n sitio en Vitoria fuera de su despacho, es casi seguro que se dar¨ªa con ¨¦l en la Plaza de Espa?a o paseando entre las calles Dato y San Prudencio. "El verdadero escaparate de la ciudad", dice categ¨®rico. Se define como un hombre hogare?o, muy poco amante de salir por salir, pero el centro de la ciudad y la Plaza de Espa?a, en especial, ejercen un irresistible influjo sobre ¨¦l.

Dejando aparte Vitoria, a Otaola tambi¨¦n se le podr¨ªa encontrar en Par¨ªs, en el Barrio Latino o en el jud¨ªo. Le gusta Par¨ªs. Ha iniciado su segundo mandato en el cargo y se le nota a gusto en ¨¦l. "Somos una especie de Ararteko a nivel local". La cercan¨ªa que proporciona la instituci¨®n a la sociedad, la sensaci¨®n de ser realmente ¨²til a los ciudadanos, de estar en la primera l¨ªnea de las quejas y las preocupaciones ciudadanas, le atrae. "Vitoria es una ciudad peque?a, de tama?o muy humano y por eso se puede dar una relaci¨®n de mucha proximidad. Me gusta que la gente se me acerque, me reconozcan y hablen conmigo. Forma parte de la funci¨®n de la instituci¨®n".

"Me gusta que la gente se me acerque y hable conmigo"

Su afici¨®n a la novela polic¨ªaca le anim¨® a trabajar como profesor de Derecho de la Academia de la Ertzaintza en la primera promoci¨®n 1981-1982. Desde los servicios jur¨ªdicos del Gobierno vasco, donde sac¨® plaza en 1982, dio el salto a la instituci¨®n del Defensor del Vecino en Vitoria hace seis a?os. Los partidos, que son los que refrendan el nombramiento, no pusieron ninguna objeci¨®n. Su afici¨®n a la novela policiaca le ha llevado a escribir libros en ese campo. Es el caso de Brocheta de carne, en la que relata la investigaci¨®n que desarrolla la inspectora de la Ertzaintza Felicidad Olaizola sobre una serie de cr¨ªmenes sexuales que acaecen en Bilbao.

Pero lo que realmente le atrae a Otaola es "estar tranquilamente en mi casa, leyendo, escribiendo o navegando en Internet. Soy muy casero. Reconozco que, estando en casa con mis libros a mano, con mi m¨²sica e Internet abierto disfruto much¨ªsimo. Aparte de ¨¦stas, no necesito grandes sensaciones".

Sin embargo, las excursiones monta?eras tambi¨¦n le atraen. "En Vitoria tenemos el privilegio de estar rodeados de naturaleza a pocos minutos de coche. En 15 minutos podemos llegar a la Sierra de Elgea o los Montes de Vitoria". Aralar, Opakua, Urbasa y Urkiola son otros de sus destinos cuando se calza las botas de monte. "En otras ¨¦pocas he sido muy monta?ero. Me gusta mucho el contacto f¨ªsico con la naturaleza. Aparte del ejercicio que supone, me parece algo regenerador". Ya de vuelta a la ciudad, su plan ideal es acercarse hasta la Plaza de Espa?a paseando por las calles Dato y San Prudencio, disfrutar de las librer¨ªas de la zona -"para m¨ª son lugares muy queridos y visitados"- y sentarse en una de las terrazas que circundan la Plaza a tomar el aperitivo, disfrutar de una buena charla y ver pasear a la gente. Es un plan para las ma?anas de s¨¢bados o domingos, especialmente las de los d¨ªas soleados, cuando la Plaza Espa?a ofrece todo su esplendor. "Me gustan los bares que hay all¨ª, el p¨²blico, la charla, que alguien se acerque a contarte algo". Sentir el pulso de la ciudad. "Es que los vitorianos somos muy de ir al centro de la ciudad".

Y como remate a un fin de semana tranquilo, Otaola se decanta por una pel¨ªcula (va al cine al menos una vez a la semana) y una cena con los amigos.