Enemigos para siempre
El enfrentamiento de Chaves y Arenas entra en una espiral de descr¨¦dito personal
"No le voy a pasar ni una". "Yo a usted, tampoco". Este claro y lapidario intercambio de intenciones inaugur¨® el reencuentro en la escena parlamentaria despu¨¦s de doce a?os de Javier Arenas y Manuel Chaves. Han pasado ocho meses, y en semanas alternas, cuando se celebra la sesi¨®n de control al Gobierno, jefe de la oposici¨®n y presidente de la Junta van mucho m¨¢s all¨¢ de cumplir a pies juntillas con el marcaje mutuo que se prometieron: Ni se pasan una, ni dejan pasar la ocasi¨®n de pasarse. La refriega entre ambos es cada vez m¨¢s personal, m¨¢s distante del debate pol¨ªtico, de las ideas y, en consecuencia, m¨¢s agria, m¨¢s ruda, m¨¢s perversa.
Arenas ha dicho que se considera la bestia negra de Chaves, que ¨¦ste es un cacique al que no le gusta la democracia y que practica la bajeza moral. El socialista le ha mandado al psic¨®logo, lo ha descrito como un se?orito a caballo pegando tiros y ha sugerido que no tiene verg¨¹enza. La sensaci¨®n, incluso entre algunos de sus colaboradores, es que cualquier d¨ªa el c¨®ctel de ofensas puede terminar por explotar y derivar en un conflicto serio. ?Se trata de una guerra personal que excede de la pura rivalidad pol¨ªtica? ?Es normal tras los muchos a?os de cuentas pendientes, astilladas y resabiadas por el tiempo? ?Da?a a sus respectivos partidos? ?Es s¨®lo una estrategia pol¨ªtica? ?O es una estrategia pol¨ªtica que se ha desbocado y est¨¢ ya fuera de control?
"Es premeditado. Arenas pincha a Chaves para que se le vea nervioso"
"El presidente se dio cuenta de qui¨¦n era el personaje con la Casa Sundheim"
"A Arenas le molesta mucho la campa?a de que es un se?orito"
La profesora de Ciencias Pol¨ªticas y de la Administraci¨®n de la Universidad de Granada Susana Corzo distingue entre dos estilos de conducirse en la pol¨ªtica: mediante la despersonalizaci¨®n y la personalizaci¨®n. En el primer caso poco importan las cualidades o acciones individuales, porque los impactos de la pol¨ªtica no se miden en t¨¦rminos de ¨¦xitos personales. En el segundo, se agota a los ciudadanos con debates improductivos que en nada contribuyen a la mejora de sus vidas. "Y lo que es peor, vac¨ªan de contenido la esencia de la pol¨ªtica".
Pero la polit¨®loga tiene una tesis especial para lo que ocurre en este momento: "En los largos periodos donde se mantiene un mismo partido en el poder, con mayor¨ªas absolutas reiteradas y la permanencia de un fuerte liderazgo, algunos partidos apuestan por el acoso y derribo de aquel que goza de esa posici¨®n fuerte de liderazgo". Es lo que viene haciendo el PP desde hace tiempo: orientar la cr¨ªtica a cualquier acci¨®n de la Junta hacia la figura del presidente y horadar de esa forma su perfil. Se trata de que parezca que tiene un inter¨¦s personal en cada una de las pol¨ªticas que emprende, y que se le vea como un virrey que gobierna para s¨ª mismo y para su familia. Por ejemplo, la censura a la fusi¨®n de las cajas de ahorro, con la que los populares no terminan de estar de acuerdo, se vende de la siguiente manera: Chaves quiere buscarse su jubilaci¨®n como presidente de una caja ¨²nica. O la restauraci¨®n de San Telmo: Se gasta millones de euros en hermosear su palacio.
"Es algo premeditado. Javier lo que quiere es sacar a Chaves de sus casillas, ponerlo nervioso y que pierda su imagen de bonhom¨ªa y de buena persona", comenta un dirigente popular, quien opina que en este lance el que pierde siempre es el socialista. "Por eso le ataca en su honestidad, porque sabe que es lo que m¨¢s le duele", a?ade. Una persona muy pr¨®xima al presidente de la Junta lo corrobora: "La campa?a sobre el supuesto dispendio de la restauraci¨®n de San Telmo es una reproducci¨®n de la de la Casa Sundheim, de hace 14 a?os, pero ni las circunstancias son las mismas, ni Arenas tampoco. Ya no tiene 36 a?os y una impronta fresca, muy al contrario".
La implacable operaci¨®n de la casa Sundheim -Arenas acus¨® a Chaves de hacerse con una mansi¨®n en pleno descalabro econ¨®mico (lleg¨® a ense?ar la foto del edificio en un debate en televisi¨®n)- fue el punto de inflexi¨®n para sus fatales relaciones futuras. "Manolo se dio cuenta ah¨ª de qui¨¦n era el personaje, de que le daba todo igual, y es muy dif¨ªcil combatir con alguien sin moral", se lamenta el dirigente del PSOE, quien disiente de manera rotunda respecto a que Chaves sea el perjudicado en la pugna cuerpo a cuerpo. "Se ve que es Arenas el que anda diciendo barbaridades porque se cree m¨¢s listo y mejor, y no es capaz de contener la humillaci¨®n de perder y perder".
Los que conocen bien a los dos dan fe de que, sencillamente, no se pueden ver, se caen mal, aunque nunca han perdido las formas en privado e incluso hablan con fluidez. "Para Javier su antipat¨ªa empez¨® cuando una revista le sac¨® la foto con el limpiabotas de un hotel arrodillado lustr¨¢ndole los zapatos, y los socialistas exprimieron al m¨¢ximo la campa?a de se?orito", cuenta un miembro del PP. Y por eso, explica, Chaves retuerce esta caricatura a la primera oportunidad.
El paso de los a?os y la acumulaci¨®n de afrentas han ido avinagrando la vieja rivalidad. En sus choques ya no buscan conseguir buena nota ni la admiraci¨®n de la audiencia, sino aplastar al otro bajo su bota dial¨¦ctica, zaherir, pinchar, vencer. Ninguno de los consultados supo responder si tambi¨¦n entra en juego el factor del ego masculino en competencia (referencias a las agallas, a la gallard¨ªa, a la caza), como apunt¨® el escritor Justo Navarro en estas p¨¢ginas el domingo pasado, pero s¨ª coinciden en que la batalla personal de ambos est¨¢ desviando el foco del debate pol¨ªtico y ha comenzado a provocar un cierto hartazgo entre los electores.
Susana Corzo dice que cuando el l¨ªder que lleva mucho tiempo en el poder entra al trapo de la provocaci¨®n, el debate se centra en el descr¨¦dito. "Lo dif¨ªcil es no entrar en esa din¨¢mica, pero es la mejor manera de frenar la desafecci¨®n por la pol¨ªtica, un problema a tener en cuenta en el futuro".
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