El euro impone su factura
La penalizaci¨®n por salir de la moneda ¨²nica impedir¨¢ cualquier ruptura
La primera recesi¨®n de la zona euro (seg¨²n la definici¨®n com¨²nmente aceptada -que no t¨¦cnica- de dos trimestres consecutivos de ca¨ªda del PIB) ha vuelto a suscitar la pregunta: ?sobrevivir¨¢ el euro a la crisis?
Los analistas de UBS aseguraban en un reciente informe que ¨¦sa era la pregunta m¨¢s repetida por sus clientes en uno de sus viajes por Asia, aunque la cuesti¨®n tambi¨¦n ha estado presente en reuniones de muy distinto signo en M¨¦xico o en Estados Unidos. Bien es cierto que tal y como se est¨¢ desarrollando esta crisis, los inversores han llegado a "pensar lo impensable", dicen en UBS, pero tambi¨¦n lo es que las dificultades han puesto en evidencia algunos problemas estructurales de la uni¨®n monetaria.
La permanencia en la divisa europea tampoco sale gratis y tiene sus costes
De entrada, los expertos descartan de forma un¨¢nime una ruptura de la zona euro con un argumento sencillo pero de peso: los costes de salir del euro son infinitamente m¨¢s elevados que los de quedarse. "Sin duda, va a ser un tiempo dif¨ªcil para todos. Los mercados est¨¢n mirando con lupa a los pa¨ªses y as¨ª lo reflejan los costes de asegurar la deuda. Pero si alguno de esos pa¨ªses decidiera salirse del euro la prima a pagar ser¨ªa inmensa", asegura Andr¨¦ Sapir, profesor de Econ¨®micas de la Universidad Libre de Bruselas y miembro del think tank europeo Bruegel.
De hecho, la prima de riesgo de la deuda soberana de muchos estados miembros (medida a trav¨¦s de los credit default swaps) se ha disparado en los ¨²ltimos quince d¨ªas [ver gr¨¢fico]. Todo por el impacto que el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica puede tener sobre sus cuentas. "Medido en t¨¦rminos hist¨®ricos, ese diferencial no es tan alto. La relaci¨®n coste/beneficio de abandonar la moneda ¨²nica lo hace sencillamente inviable", precisa Sapir.
Tradicionalmente en las crisis a los pa¨ªses cuyo d¨¦ficit por cuenta corriente supera el 4% "simplemente no les presta nadie", asegura Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa del IESE y de la Universidad Carlos III. Un dato alarmante para un pa¨ªs como Espa?a, cuyo d¨¦ficit por cuenta corriente supera el 10% del PIB -el mayor del mundo-. Eso supone que cada a?o necesita 100.000 millones de euros del exterior para financiarse y que no ha hecho saltar las alarmas precisamente por la pertenencia al euro.
"Una vez que una econom¨ªa se ha unido a la moneda ¨²nica los costes de estar dentro del euro no son si quiera comparables con los costes de abandonarlo", sentencia UBS. Entre las consecuencias, cita la suspensi¨®n del pago de la deuda, el colapso del sistema bancario, salida de la Uni¨®n Europea y nuevos aranceles a sus exportaciones a la regi¨®n. Casi nada.
Sin embargo, la permanencia en la moneda ¨²nica tampoco sale gratis. La pol¨ªtica monetaria ha estado penalizando a los pa¨ªses m¨¢s afectados por la desaceleraci¨®n econ¨®mica y la crisis crediticia, como Espa?a. Una divergencia -la del crecimiento- que, adem¨¢s, parece que se va a incrementar en los pr¨®ximos a?os en funci¨®n de lo que unos y otros tarden en salir de la crisis. Adem¨¢s, a diferencia de lo que sucedi¨® en otras crisis -como hizo Espa?a en 1995- la devaluaci¨®n de la divisa com¨²n ahora no es un recurso al alcance de los estados miembros, lo que elimina una v¨ªa de reducir desequilibrios. "Aunque en estos momentos tampoco ser¨ªa ¨²til porque la debilidad de la demanda a nivel de toda Europa est¨¢ tan mal que iba a servir de poco", sostiene el profesor belga.
Fuera de la eurozona se cuestiona si ignorar los l¨ªmites que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) en niveles de d¨¦ficit y deuda p¨²blicos no pondr¨¢ en peligro la credibilidad de la moneda ¨²nica. Aunque lo cierto es que el pacto ya se reform¨® en 2005 -a petici¨®n entonces de Francia y Alemania- para permitir que los pa¨ªses superen el l¨ªmite del 3% del PIB de d¨¦ficit "en circunstancias excepcionales y de forma temporal".
No hay duda de que la actual crisis re¨²ne esos requisitos. Como dicen los expertos de Bruegel, "la actual crisis financiera global es uno de esos eventos que se dan una sola vez a lo largo de una generaci¨®n y que demanda respuestas pol¨ªticas igual de excepcionales".
?se es ahora el reto de las autoridades europeas. Buscar una respuesta coordinada a la crisis que fije las nuevas reglas del juego. La Comisi¨®n Europea va a hacer p¨²blico este mi¨¦rcoles su plan y los economistas de Bruegel ya han lanzado el suyo.
Apuestan por que cada Gobierno, tenga o no margen presupuestario en este momento, apruebe un paquete de est¨ªmulo equivalente al 1% del PIB, b¨¢sicamente a trav¨¦s de una rebaja del IVA. Eso supone aproximadamente unos 10.000 millones de euros en el caso de Espa?a. La medida entrar¨ªa en vigor en enero de 2009 y s¨®lo se aplicar¨ªa un a?o. A cambio, los pa¨ªses se comprometer¨ªan a efectuar reformas para corregir los d¨¦ficit excesivos en 2010 y a no ofrecer una prima a sus acreedores superior a los 200 puntos b¨¢sicos (2%). Adem¨¢s, los expertos coinciden en la necesidad de acelerar las rebajas del precio del dinero. "Si las autoridades del Banco Central Europeo bajaran m¨¢s r¨¢pidamente los tipos de inter¨¦s, habr¨ªa menos riesgos de desintegraci¨®n de la eurozona", asegura Rafael Pampill¨®n, profesor de Econom¨ªa del Instituto de Empresa.
En lo que no parece haber acuerdo es si estas circunstancias acelerar¨¢n o frenar¨¢n los planes de expansi¨®n del euro. "Dinamarca realmente se est¨¢ planteando si deber¨ªa unirse a la eurozona, y los pa¨ªses del B¨¢ltico tambi¨¦n porque est¨¢n pagando una clara prima por estar fuera del euro", asegura Sapir.
Pampill¨®n difiere radicalmente. "Tanto Reino Unido como Suecia, que tienen una pol¨ªtica monetaria propia y distinta de la del BCE, se han comportado mejor que los pa¨ªses de la zona euro. Disfrutan de mecanismos que no tienen los pa¨ªses de la moneda ¨²nica. Eso hace que el debate de la ampliaci¨®n sea sencillamente imposible".
Menos dudas hay entorno al Reino Unido, salvo que sufriera un desplome de su divisa, y no parece probable.
"Lo que s¨ª va a provocar esta crisis es que va a poner a prueba el verdadero compromiso de cada pa¨ªs con la uni¨®n monetaria", asegura D¨ªaz-Gim¨¦nez. -
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