"No tener cara significa no estar"
El m¨¦dico valenciano que realiz¨® un trasplante de brazos prepara el primero de cara en Espa?a - La operaci¨®n a un joven al que le falta parte del rostro est¨¢ prevista para 2009
Por las manos del cirujano Pedro Cavadas (Valencia, 1965) ha pasado el primer trasplante completo de brazos de Espa?a, el segundo del mundo. Antes, hab¨ªa trasplantado manos y reconstruidos penes y cr¨¢neos. Y ahora, ya se est¨¢ preparando para llevar a cabo el primer trasplante de cara en Espa?a para un hombre joven al que le falta parte del rostro. La intervenci¨®n, prevista para el a?o pr¨®ximo, ser¨ªa el cuarto trasplante de cara del mundo.
Pregunta. Hay muy poca experiencia en el trasplante de cara. Dos en Francia y uno en China. ?C¨®mo prepara el suyo?
Respuesta. Ya hemos hecho la simulaci¨®n quir¨²rgica con dos cad¨¢veres, uno como donante y el otro como receptor, en la facultad de Medicina del CEU de Valencia. La realidad es que nadie tiene experiencia en trasplantes de cara. Los que m¨¢s tienen son los dos m¨¦dicos franceses, pero con s¨®lo dos casos, eso no es tener experiencia. Aunque no hay ninguna cirug¨ªa que se le parezca, guarda muchas similitudes con las intervenciones de reconstrucci¨®n microquir¨²rgica que nuestro equipo hace todos los d¨ªas. El problema es que existen intervenciones en las que alguien tiene que ser el primero en aplicarlas.
Un candidato puede desestimarse porque su personalidad no sea la apropiada
Es m¨¢s f¨¢cil donar ¨®rganos internos, las manos est¨¢n llenas de emotividad
P. ?Qu¨¦ parte es la m¨¢s dif¨ªcil?
R. Todo es microcirug¨ªa, pero lo m¨¢s complicado es sincronizar los tiempos entre el equipo que prepara la cara del receptor, sus arterias, los nervios... y el equipo que extrae la cara del donante, al que adem¨¢s se le ha de colocar una mascarilla de silicona para minimizar el impacto est¨¦tico por respeto a sus familiares.
P. Entonces, el donante va a tener que ser de Valencia.
R. Lo ideal ser¨ªa que fuese del mismo hospital valenciano de La Fe.
P. ?Y el equipo m¨¦dico pertenece a su centro privado o participar¨¢n tambi¨¦n profesionales de La Fe?
R. No, no, no. En nuestro equipo somos suficientes. En la intervenci¨®n s¨®lo pueden participar profesionales con una experiencia extrema en microcirug¨ªa.
P. Para hacer el primer trasplante de manos le cost¨® convencer a las autoridades. ?Ha sido tan dif¨ªcil lograr el permiso para el trasplante de cara?
R. Ha sido muy sencillo. Pedimos la autorizaci¨®n a la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes (ONT) a finales del a?o pasado y nos la han dado hace un par de meses. Entiendo que en su momento todo fueran recelos. Creo que a estas alturas ya se ha demostrado que lo sabemos hacer.
P. ?A qui¨¦n se aplica un trasplante de cara?
R. El candidato por excelencia es una persona con una p¨¦rdida muy importante en una parte o toda la cara, y que no obtenga buenos resultados con las t¨¦cnicas de reconstrucci¨®n normales, las que utilizan tejido propio del paciente. Tambi¨¦n se puede aplicar a personas con tumores benignos o malformaciones vasculares muy desfigurantes, como la neurofibromatosis, la enfermedad del hombre elefante.
P. ?Qui¨¦n va a ser el primero a quien le trasplante una cara?
R. Tenemos un primer paciente, un hombre a quien le falta parte de la cara. No puedo dar m¨¢s datos. Una vez est¨¦ operado y trasplantado, ¨¦l mismo decidir¨¢ si quiere exponerse ante los medios de comunicaci¨®n o no. Hab¨ªa otros dos candidatos, una mujer y un hombre j¨®venes, pero de momento no se les operar¨¢.
P. ?Qu¨¦ puede hacer que un paciente deje de ser candidato?
R. Que sea candidato desde el punto de vista anat¨®mico no significa que sea un candidato en toda regla. Puede desestimarse porque su personalidad no sea la apropiada para la cirug¨ªa.
P. ?Y cu¨¢l ser¨ªa una personalidad no apropiada?
R. Hay muchas. Por ejemplo, que el paciente no tenga un concepto realista del procedimiento y crea que el objetivo es restablecer la cara que ten¨ªa antes del accidente. Con el trasplante se le pone una cara humana, pero es imposible restablecer la cara de antes. Tambi¨¦n debe tener un equilibrio psicol¨®gico, porque si una vez hecho el trasplante se desestabiliza, puede abandonar la medicaci¨®n para evitar el rechazo.
P. Pero es normal que se aspire a recuperar la cara.
R. Puede recordar la cara que ten¨ªa, pero la realidad es que ya no la tiene. El objetivo es proporcionarle una cara en las mejores condiciones, que le permita socializarse con normalidad.
P. ?Y recuperar la identidad?
R. Los trasplantes de cara tienen muy poco que ver con la identidad. Eso viene del cine y de la literatura, pero no es la situaci¨®n m¨¦dica. T¨² eres tu pensamiento, tus emociones... Te puedes poner una careta y no por eso cambia tu identidad. En el caso de un paciente que ha perdido la cara, a quien la gente identifica por su deformidad, no cambia su identidad, le damos unas facciones que visualmente no resultan agresivas.
P. Para la familia del donante ?es m¨¢s dif¨ªcil donar la cara que otros ¨®rganos?
R. Much¨ªsimo m¨¢s. Es m¨¢s f¨¢cil donar ¨®rganos internos. La cara y las manos son algo que has visto, que has tocado; son ¨®rganos cargados de emotividad.
P. ?Se acaba pareciendo el receptor al donante?
R. Eso no es relevante. En el parcial, no. En el completo, que a¨²n no se ha hecho con pacientes, se ha visto en trabajos experimentales con cad¨¢veres que el resultado acaba siendo algo intermedio, pero el parecido no es sustancial.
P. ?Por qu¨¦ se ha especializado usted en misiones imposibles?
R. Vale la pena complicarse a cambio de mejorar la calidad de vida de las personas.
P. Tiene fama de ser muy competitivo.
R. Soy competitivo, s¨ª, como los machos de todas las especies. Los m¨¦dicos somos muy competitivos, y los cirujanos a¨²n m¨¢s. Me estoy curando, pero no del todo.
P. Usted dice, con iron¨ªa, que tiene un club de fans, en referencia a quienes le critican.
R. Sobre m¨ª han dicho de todo. Pero, ?se imagina estar pendiente todo el rato de lo que dicen los dem¨¢s? Me da pereza pensar en ello. Como dec¨ªa don Quijote: "Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos". Antes buscaba confrontaci¨®n, ahora me da bastante igual. S¨®lo me importa lo que digan las personas mayores y la gente razonable y honesta.
P. Usted tiene una fundaci¨®n. Cada verano va en Kenia y opera a personas que han sufrido mutilaciones. ?C¨®mo lleva el pasar de la cirug¨ªa altamente tecnificada a la cirug¨ªa de campa?a?
R. Es la noche y el d¨ªa. Imagine cu¨¢ntos amputados hay en Sierra Leona o en Ruanda. Imagine lo que se podr¨ªa hacer. Pero es impensable, porque adem¨¢s no se les podr¨ªa facilitar la medicaci¨®n. Me irrita pensar que dos personas con el mismo problema, por vivir en partes distintas, uno tiene acceso a un tratamiento y otro nunca lo tendr¨¢.
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