La Diagonal del siglo XXI
La avenida Diagonal es una v¨ªa urbana que define muy bien la manera de organizarnos en la Barcelona de hoy en d¨ªa. La mezcla de usos funcionales, residenciales, comerciales y profesionales marcan buena parte del patr¨®n urban¨ªstico de la ciudad. Atraviesa cinco distritos, delimita el Eixample de Cerd¨¤ y constituye una de las llamadas arterias por donde acceden miles de veh¨ªculos a la ciudad. Plantear la reforma de una avenida que recoge la esencia de la Barcelona moderna es, por tanto, asumir un reto de inter¨¦s general que dibujar¨¢ la Barcelona del siglo XXI. Una actuaci¨®n urban¨ªstica excepcional que, en s¨ªntesis, busca reducir sustancialmente la entrada de veh¨ªculos privados por la Diagonal y ganar espacio para los peatones. Todo ello sin renunciar a los carriles bus existentes y a la magn¨ªfica cobertura vegetal, ni a la necesaria dignificaci¨®n del carril bici, adem¨¢s de incluir el tranv¨ªa.
Es un importante cambio morfol¨®gico de esta v¨ªa en el que todos podemos estar de acuerdo, pero que presenta un interrogante ineludible, que es c¨®mo se reduce el tr¨¢nsito de entrada de veh¨ªculos privados por la Diagonal. Dig¨¢moslo de otra manera, ?el hecho de que la Diagonal pase de ocho a cuatro carriles supone una reducci¨®n de la mitad de los coches que entraran a Barcelona por esta v¨ªa? Si la respuesta fuese que s¨ª, poco probable por otra parte, el refuerzo del tranv¨ªa deber¨ªa absorber la mitad de las personas que hoy se desplazan en coche. Si la respuesta es que no, es decir, que la reducci¨®n de veh¨ªculos que entran en Barcelona por la Diagonal es muy importante pero no llega al m¨ªnimo exigido para hacer viable la circulaci¨®n por esta v¨ªa, ?cu¨¢l ser¨ªa el efecto sobre las calles, ya excesivamente cargadas, del resto de la trama urbana de Barcelona y especialmente del Eixample?
La operaci¨®n es compleja, afecta a toda la ciudad, y requiere de un trabajo previo que argumente las distintas opciones. Las m¨²ltiples interferencias en la trama del Eixample, los aspectos funcionales, sociales y de identidad de uno de los principales ejes c¨ªvicos de la Barcelona del siglo XXI han de estar perfectamente reflejados en el proyecto. La combinaci¨®n de un paisaje urbano con un verde consolidado a trav¨¦s del corredor de palmeras, una red de comunicaci¨®n donde la deuda hist¨®rica con el carril bici quede definitivamente saldado tiene que dar paso a un paseo para las personas. Deberemos pensar en c¨®mo reducir los miles de veh¨ªculos que entran a diario por la Diagonal y repensar ortogonalmente la red actual de autobuses. Reducir el transporte privado y aumentar el transporte p¨²blico es nuestro objetivo y el de todos, pero esto no se consigue solamente restando carriles a los veh¨ªculos. Para todos estos retos concentrados en una sola v¨ªa urbana son necesarios estudios t¨¦cnicos y un proceso de informaci¨®n muy intenso adem¨¢s de una reflexi¨®n profunda que nos permita establecer el tipo de relaci¨®n que queremos mantener entre la ciudadan¨ªa, en los aspectos urban¨ªstico y de participaci¨®n.
Una actuaci¨®n urban¨ªstica excepcional que merece ser tratada tambi¨¦n como tal. Es en este contexto en el que hay que interpretar la propuesta de Esquerra de celebrar una consulta ciudadana, una propuesta que surge como una oportunidad para poner en pr¨¢ctica la ret¨®rica de los textos legales de que nos hemos provisto. Se trata de dar un paso m¨¢s hacia la participaci¨®n ciudadana siguiendo el ejemplo de otras ciudades que realizan habitualmente consultas ciudadanas y reafirmar, de este modo, el car¨¢cter democr¨¢tico de una sociedad subrayando los valores de un gobierno abierto, permeable a los cambios de la modernidad.
Es una propuesta acorde con el papel que ha tenido Barcelona en el modelo municipal destinada a profundizar el car¨¢cter democr¨¢tico de un gobierno, de una sociedad. Que nadie interprete en ello una declinaci¨®n de responsabilidades del gobierno. El municipio debe asumir lo que le corresponde, plantear unos proyectos de futuro para la nueva Diagonal bas¨¢ndose en el rigor y pensando en el bien del com¨²n. Los ciudadanos, por su parte, tienen que poder ejercer su derecho a participar de las decisiones que afectan la colectividad m¨¢s all¨¢ de una vez cada cuatro a?os. El proceso de aprobaci¨®n de la Carta Municipal fue largo, pero nos dot¨® de un instrumento legal que certifica la capitalidad de Barcelona. Ahora nos toca actuar en consecuencia exportando modelo y modernidad.
La participaci¨®n ciudadana debe ser vista como un imperativo ¨¦tico ante determinados proyectos que suponen una transformaci¨®n social y un canal de enriquecimiento colectivo que fomenta el sentimiento de pertenencia. Una experiencia nueva que vivir¨ªan por vez primera los ciudadanos de Barcelona. La falta de cultura en este tipo de actuaciones necesita ciertas dosis de pedagog¨ªa democr¨¢tica, pero lo cierto es que una consulta ciudadana denota una sociedad abierta y madura democr¨¢ticamente donde nos gustar¨ªa pertenecer todos los que vivimos en Barcelona.
Jordi Portabella es presidente del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona.
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