Annika deja los palos

Annika Sorenstam sac¨® la bola del hoyo 18, la alz¨® para que la viera el p¨²blico, devolvi¨® la bandera al agujero y se abraz¨® a su caddie emocionada. La sueca de oro, la ni?a prodigio del golf que ya va por los 38 a?os, la que se atrevi¨® a medirse con sus compa?eros varones, se desped¨ªa as¨ª del golf profesional. Fue el viernes pasado. La jugadora no pas¨® el corte en el ADT Championship, en Florida, el mismo Estado en el que vive desde hace a?os.

Era un adi¨®s anunciado desde mayo, cuando Sorenstam comunic¨® al mundo que quer¨ªa tomarse un respiro, casarse en enero y formar una familia. Antes hab¨ªa sufrido un sinf¨ªn de lesiones que convirtieron en un suplicio 2007 y, sobre todo, el envite de Lorena Ochoa, la mexicana que es la nueva sensaci¨®n del circuito.

"Se acab¨®", dijo la jugadora sueca a la agencia Associated Press. Centenares de fans estaban all¨ª para presenciar ese momento hist¨®rico. Tambi¨¦n estaban los padres de la campeona de 72 t¨ªtulos en el circuito norteamericano (LPGA), diez grandes; su hermana, Carlota, tambi¨¦n golfista y ahora profesora; una cincuentena de amigos venidos de Suecia y de todas las partes del mundo...

Por eso, a pesar del fracaso, hubo champa?a, risas y besos en el green. Cenas y homenajes, despu¨¦s. Y muchos recuerdos. De cuando Annika decidi¨® cambiar el tenis por los palos y empez¨® a recibir clases en Estocolmo. De c¨®mo decidi¨® enrolarse en la Universidad de Arizona para mejorar su juego y se convirti¨® en la primera jugadora no estadounidense en ganar el circuito universitario. De su decisi¨®n de dar el salto al profesionalismo en 1992. De que tard¨® dos a?os en ganar su primer t¨ªtulo, el Open de Australia.

Probablemente, no hablaron de dinero, pero Sorenstam es de lejos la jugadora que m¨¢s ha ganado con los palos: 22.564.660 d¨®lares a lo largo de su carrera (casi 18 millones de euros). No es su ¨²nico hito. Muchos la recuerdan porque fue la primera mujer que firm¨® una tarjeta con menos de 60 golpes (59), algo que s¨®lo tres hombres hab¨ªan conseguido. Y que lo hizo con 30 a?os. Sigue siendo la ¨²nica.

Su peso en la historia del golf no acaba con su juego, construido a golpe de gimnasio y de sesiones maratonianas de entrenamientos. En 2003, buscando nuevos retos, la jugadora rubia se propuso competir de t¨² a t¨² con los hombres. Y, aunque tuvo que aguantar alguna que otra cr¨ªtica, la mayor¨ªa acept¨® el reto. Annika perdi¨®. No pas¨® el corte. Pero demostr¨® que las mujeres pueden jugar un golf de primer nivel, el mismo que ella ha decidido abandonar. "Lo bueno es que tengo un mont¨®n de cosas divertidas que hacer", reconoci¨® el viernes. Por lo pronto har¨¢ las maletas y volar¨¢ a Asia a cumplir un par de compromisos. Luego, volver¨¢ a su campo, Annika Academy, en Orlando, a trav¨¦s de la cual seguir¨¢ ligada al golf.