Un nuevo museo de arte isl¨¢mico coloca a Qatar en el mapa cultural

Qatar ha inaugurado este fin de semana su esperado Museo de Arte Isl¨¢mico. El edificio, obra de Ieoh Ming Pei y con un coste de 300 millones de d¨®lares (233 millones de euros), recibir¨¢ el pr¨®ximo lunes sus primeros visitantes. Es la joya de la corona de un ambicioso plan del jeque Hamad al Thani para convertir su pa¨ªs en centro cultural de Oriente Medio. El objetivo se enmarca sin duda en el frenes¨ª del coleccionismo que viven las monarqu¨ªas ¨¢rabes de la zona, casi el ¨²nico impulso al mercado del arte internacional en estos momentos de crisis, pero el emir quiere adem¨¢s transmitir al mundo una imagen distinta del islam y sus gentes. "Destacar los valores de la civilizaci¨®n isl¨¢mica y el papel que ha tenido en el acercamiento entre las culturas", declar¨® durante la inauguraci¨®n la jequesa Mayasa bint Hamad al Thani, hija del emir y presidenta de la Autoridad de los Museos de Qatar. Con un a?o de retraso, el jeque Hamad ha logrado por fin estrenar su proyecto estrella para que su pa¨ªs releve como faro cultural a los largamente apagados de El Cairo o Damasco.

La asociaci¨®n de su cultura con el terrorismo, la ignorancia y el fanatismo, en particular desde el 11-S, ha despertado en la nueva generaci¨®n de dirigentes ¨¢rabes la necesidad de ofrecer una imagen distinta. Alentados por el ejemplo de Dubai, cuya apuesta por una ciudad abierta y multicultural se inici¨® tres d¨¦cadas atr¨¢s, varios de los monarcas de esos peque?os emiratos han decidido invertir una parte de los cuantiosos beneficios de los hidrocarburos en educaci¨®n, cultura y arte.

Qatar cuenta con las terceras reservas de gas y, dada su escasa poblaci¨®n aut¨®ctona (apenas un tercio de su mill¨®n y medio de habitantes), la mayor renta per c¨¢pita del mundo (67.931 euros). A¨²n as¨ª, destacar en medio del delirio arquitect¨®nico de la regi¨®n resultaba complicado. Para ello, Qatar sac¨® de su retiro a Pei, autor entre otros de la pir¨¢mide de cristal del Louvre. Este premio Prizker ha optado por un edificio de l¨ªneas simples y vol¨²menes c¨²bicos inspirado por la "austeridad y simplicidad" de la fuente de abluciones de la mezquita cairota de Ibn Tulun y de un fuerte del siglo VIII en Susa (T¨²nez). El museo, que desde lejos da la impresi¨®n de flotar sobre las aguas del golfo P¨¦rsico, se levanta sobre una isla artificial a 60 metros de la bah¨ªa de Doha, a la que se accede por un puente peatonal o mediante un barco tradicional.

La fusi¨®n cultural se hace patente en el interior, cuyo atrio ha sido comparado con un templo futurista. Su c¨²pula, de 5,5 metros de altura, queda oculta desde el exterior por una torre cuadrangular, a cuyo lado unas claraboyas en forma de ojo se encargan de filtrar la luz. Adem¨¢s de los 5.000 metros cuadrados destinados a exposiciones del edificio principal, el museo dispone de una biblioteca y un pabell¨®n anexo dedicado a la ense?anza.

La colecci¨®n, adquirida por la familia real durante la ¨²ltima d¨¦cada, incluye caligraf¨ªa, miniaturas, cer¨¢mica, orfebrer¨ªa, ebanister¨ªa, joyas, alfombras y otros textiles. Las piezas proceden tanto del mundo isl¨¢mico como de pa¨ªses que se han visto influenciados por ¨¦l, desde Espa?a hasta la India, y desde los albores del islam en el siglo VII hasta la ca¨ªda del imperio otomano a principios del siglo XX. Entre sus tesoros, los expertos destacan una escultura de bronce con forma de cabeza de cierva del siglo X, procedente de una fuente de un palacio espa?ol; un astrolabio del mismo siglo originario de Ir¨¢n o Irak, y una alfombra de seda en tonos rojos que fue tejida entre los siglos XIV y XV para Tamerl¨¢n, el gobernante musulm¨¢n que fij¨® la capital de su imperio en Samarcanda.

Antes de que pueda valorarse el impacto que el museo va a tener, tanto en Qatar como en la regi¨®n, su sola puesta en marcha ha alentado un mercado internacional de arte isl¨¢mico que hasta ahora era marginal. Las casas de subastas Sotheby's, Christie's y Bonhams obtuvieron ventas r¨¦cord durante la semana dedicada a la especialidad el pasado abril. Los expertos no tienen duda de que los compradores del museo qatar¨ª han perseguido con ah¨ªnco (y abundancia de fondos) todo tipo de artefactos relativos a la historia del islam.