Un Don Juan subido de tono
Fran Perea, en la versi¨®n m¨¢s er¨®tica de 'El burlador de Sevilla'
Sevilla, siglo XVII. A los gemidos de un clandestino encuentro er¨®tico se suceden las protestas de la mujer indignada y deshonrada por el seductor de turno. ?Le suena la historia? Lo que el d¨ªscolo fraile Gabriel T¨¦llez, alias Tirso de Molina, de profesi¨®n confesor real escuchaba en su confesionario le habr¨ªa dado para escribir varios Don Juanes seguidos. Sin embargo, prefiri¨® resumirlo en su obra El burlador de Sevilla y esper¨® que alguien entendiese la moraleja.
Pero no funcion¨®. Es m¨¢s, sin querer hab¨ªa creado un mito alentado por sucesivas versiones de Zorrilla, Moli¨¨re, M¨¦rim¨¦e, Azor¨ªn e incluso Mozart. Todav¨ªa hoy ser un donju¨¢n est¨¢ bien visto, aunque con matices, como demuestra la corrosiva versi¨®n dirigida por Emilio Hern¨¢ndez y protagonizada por Fran Perea, que se representa en el teatro Bellas Artes hasta el pr¨®ximo domingo.
"Hemos buscado el veneno que estaba dormido en el texto, y simplemente lo hemos despertado. La cr¨ªtica al comportamiento de Don Juan y su sociedad ya estaba ah¨ª, en un contexto de monarqu¨ªa corrupta y obsoleta, como lo son todas", ironiza el director.
El montaje propone un burlador casi republicano aunque Hern¨¢ndez no quiera etiquetas pol¨ªticas y chulesco como siempre, pero ahora rebatido por sus cuatro mujeres burladas (Isabel Pintor, Lluvia Rojo, Marina San Jos¨¦ y Ana Salazar). Precisamente, esa nueva aportaci¨®n femenina supone la ¨²nica licencia al original de Tirso, que ya fue bastante c¨¢ustico por s¨ª solo.
"En aquella ¨¦poca eran de dominio p¨²blico, y probablemente celebradas, las galantes aventuras del rey. Tirso habla de la corte de Alfonso XI, por no hablar de la suya propia. Y nosotros podr¨ªamos hablar de la nuestra a principios del siglo XXI", a?ade Hern¨¢ndez.
A pesar de la ambientaci¨®n hist¨®rica, la obra huye de artificios esc¨¦nicos con escasa escenograf¨ªa y atrezo, dejando casi en cueros a los actores frente al verso declamado y la canci¨®n en directo de coplas y m¨²sica de Mozart.
"Don Juan se drogaba, seguro. Se tiraba en parapente, hac¨ªa puenting, era un kamikaze. En una sociedad en la que su ¨²nico trabajo era el ocio pod¨ªa elegir el riesgo como forma de vida. Por eso seduc¨ªa a las mujeres, no era s¨®lo por sexo ni por burlarlas, ?sino por luchar contra lo establecido como un revolucionario!", explica un entusiasmado Fran Perea de perilla y cabello alborotado, que hace verdaderos esfuerzos para salir de su papel fuera del teatro.
"?Que si sufro el s¨ªndrome de Estocolmo con este Don Juan? Bueno, pues quiz¨¢s s¨ª. Cuando creas un personaje tan poli¨¦drico y alejado de los estereotipos como ¨¦ste, al final lo justificas un poco y todas las conversaciones con familia o amigos giran sobre lo mismo", bromea con un gui?o.
De hecho, esta versi¨®n de El burlador de Sevilla en la que completan el reparto Jorge Roelas, Manuel Tejada, Juan Fern¨¢ndez y Enrique Arce podr¨ªa dar para muchas conversaciones. Sobre todo por la descarnada documentaci¨®n que ilustra aquella lujuriosa Sevilla del siglo XVII, en donde las cortesanas aburridas se met¨ªan a prostitutas para entretenerse o la curia proxeneta cobraba por el trabajo en los prost¨ªbulos. "La investigaci¨®n previa nos sirvi¨® para posicionarnos, para leer entre l¨ªneas todo lo que contaba Tirso, como la relaci¨®n entre la Iglesia cat¨®lica y la prostituci¨®n. Eso est¨¢ ah¨ª, registrado en los archivos del cabildo de la catedral. Demuestra que Don Juan era mucho m¨¢s que un simple seductor de mujeres", advierte el director.
Don Juan. El burlador de Sevilla. Teatro Bellas Artes. De martes a domingo. Hasta el 30 de noviembre. Precio de las entradas: de 16 a 25 euros. M¨¢s informaci¨®n: www.teatrobellasartes.es
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