La crisis contribuye a racionalizar la producci¨®n de cortos
Ocho autores vascos presentan sus obras a concurso dentro del Zinebi
Al cine se le acumulan las crisis. A la situaci¨®n que el cine espa?ol lleva arrastrando a?os con altibajos se le han sumado las consecuencias de la revoluci¨®n digital y de la crisis econ¨®mica general, que han apuntillado a m¨¢s de una superproducci¨®n inconclusa. La situaci¨®n tambi¨¦n sacude a los j¨®venes realizadores que pretenden lograr una tarjeta de presentaci¨®n con cada cortometraje. Y, parad¨®jicamente, ello parece tener consecuencias positivas que se apreciar¨¢n en el Zinebi, el Festival de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao. Los grifos se cierran y ello obliga reducir costes, pero tambi¨¦n a trabajar con mejores ideas, lo que termina por racionalizar la producci¨®n del g¨¦nero.
"El ahorro en la producci¨®n sirve para enfocar mejor lo que es un corto"
"En la actual situaci¨®n se est¨¢ ahorrando dinero en la producci¨®n, lo cual sirve para enfocar mejor lo que es un corto, que no es un largo comprimido, sino una historia m¨ªnima que tienes que contar en el menor espacio de tiempo posible y con la mayor s¨ªntesis del lenguaje y econom¨ªa expresiva. El cine es eso, es s¨ªntesis", resume Ernesto del R¨ªo, director del Zinebi, que en esta 50? edici¨®n ha escogido para concursar cortometrajes de autores vascos "cortos, contundentes, muy desnudos y tirando a minimalistas".
Ya no voy a hablar m¨¢s, de Hugo Sanz Rodero; El tiempo prestado (David Gonz¨¢lez), Un regalo para Berta (Javier Ortega), Montenegro (Lander Camarero), Cotton candy (Aritz Moreno), Berbaoc (Xabier Erkizia), Sin t¨ªtulo-S¨²per 8 (Jes¨²s Pueyo) y FGM (Jon Gara?o) conforman esta producci¨®n presente en la fase competitiva. Exceptuando FGM, documental de 18 minutos sobre la mutilaci¨®n genital femenina en Etiop¨ªa, y El tiempo prestado, que narra en 16 minutos la desatenci¨®n que sufre la vejez, la brevedad es el com¨²n denominador en una selecci¨®n que abarca auntos y t¨¦cnicas bien distintas. En total, 80 cintas de 26 pa¨ªses optar¨¢n a los premios.
Todos los realizadores vascos escogidos coinciden en se?alar la ausencia de referencias aut¨®ctonas comunes. "Lo de los referentes vascos igual ten¨ªa m¨¢s sentido hace unos a?os, pero hoy, con Internet y dem¨¢s, puedes coger de todos lados. El referente puede ser el cine coreano, el suramericano, el americano comercial, el independiente y cualquier cosa", explica Gara?o, quien reconoce la continua huella en su obra de Breve encuentro (David Lean, 1945), o su admiraci¨®n por la obra de Martin Scorsese y Pablo Trapero.
Aritz Moreno subraya que los ocho son cortos "totalmente diferentes", y se?ala a Terry Gilliam y la fotograf¨ªa de Delicatessen (Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro, 1991) como sus fuentes al filmar Cotton candy. "Somos unos desarraigados", sentencia Pueyo, autor de una "pel¨ªcula diario" que no desentonar¨ªa en una galer¨ªa de arte.
El futuro es la televisi¨®n
Pese a su escasa duraci¨®n, realizar un corto suele requerir un esfuerzo tit¨¢nico. Han sido dos a?os de trabajo y b¨²squeda de financiaci¨®n en el caso de Aritz Moreno, quien reconoce su bancarrota tras concluir Cotton candy, y once en el de Jes¨²s Pueyo, quien rod¨® en 1997 y 1998 las im¨¢genes que por fin mont¨® este a?o para terminar Sin t¨ªtulo-S¨²per 8. Al margen de cuestiones art¨ªsticas, los realizadores vascos que compiten en Zinebi tienen en com¨²n la esperanza de poder recuperar, a golpe de premios, la inversi¨®n realizada.
Otro fin compartido es empezar a concretar un futuro profesional que no siempre incluir¨¢ el anhelado salto al largometraje. "Para cortometrajistas hay pocas salidas. El cortometrajista como oficio no existe, pero en el sector audiovisual puedes intentar hacer documentales o trabajar para televisi¨®n", indica Jon Gara?o, director de FGM.
La televisi¨®n, la publicidad o la realizaci¨®n de v¨ªdeos musicales s¨ª se perciben con nitidez en el futuro de los cortometrajistas, aunque no todos se conformar¨¢n con ello. "A m¨ª no me atrae absolutamente nada. Prefiero estar en un videoclub o de carnicero antes que trabajar en televisi¨®n", dice contundente Moreno. "La ficci¨®n de calidad est¨¢ muy localizada. Aqu¨ª lo que se hace es Mi gemela es hija ¨²nica y cosas as¨ª", a?ade.
Aunque se ha extendido la idea de que la mejor ficci¨®n se puede ver hoy en la tele, "en Euskadi no se hace Los Soprano", enfatiza Javier Ortega (Un regalo para Berta), a quien no le seduce la idea de emigrar en busca de prosperidad en el medio.
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