La patria se lleva en los genes
Un grupo de investigadores descubre la asombrosa coincidencia del mapa de mutaciones y el geogr¨¢fico de Europa
Una simple gota de sangre podr¨ªa delatar todo lo que es necesario saber sobre el origen de una persona sin tener que mirar su pasaporte, conocer su nombre o ver su cara. El genoma de todas las personas se parece enormemente entre s¨ª, pero en el ADN hay peque?¨ªsimas variaciones que sirven, entre otras muchas cosas, para determinar, con una impactante precisi¨®n, el lugar de procedencia. Parece que nadie est¨¢ salvo de guardar ciertos secretos.
Investigadores estadounidenses y suizos han hallado que el mapa gen¨¦tico y el mapa geogr¨¢fico de Europa coinciden de una forma asombrosa, y en el primero es posible distinguir claramente lugares como la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, la bota italiana o incluso las diferencias ling¨¹¨ªsticas de distintas regiones en un pa¨ªs como Suiza. John Novembre, de la Universidad de California en Los ?ngeles, es el primer firmante de los resultados de esta curiosa investigaci¨®n, que ha publicado Nature, pero posteriormente ha reconocido que se parecen mucho a los de otro trabajo que ha utilizado en parte la misma muestra, publicado recientemente en Current Biology.
Los habitantes del Viejo Continente han sido 'conservadores' al buscar pareja
El equipo de Novembre utiliz¨® datos de 1.387 europeos, procedentes de 30 pa¨ªses distintos, y analiz¨® los polimorfismos de un s¨®lo nucle¨®tido -esto es, peque?as variaciones en la secuencia g¨¦nica- situados en 200.000 lugares distintos del genoma. Siempre que fue posible (aproximadamente en la mitad de la muestra) se comprob¨®, adem¨¢s, que padres y abuelos proven¨ªan de la misma regi¨®n que el individuo analizado.
En el otro trabajo, europeo y con participaci¨®n espa?ola, se analizaron datos de 2.514 personas. Sus autores explican que los resultados son compatibles con la historia de la poblaci¨®n, incluyendo la hip¨®tesis de una expansi¨®n de sur a norte.
En el primer estudio, las variaciones fueron procesadas siguiendo un m¨¦todo matem¨¢tico para reducir las enormes cantidades de datos a una variable m¨¢s manejable. Se trata de transformar toda la infromaci¨®n sobre una persona a dos coordenadas que marcan un punto concreto de un mapa bidimensional, de forma que cuanto m¨¢s cercano se encuentren dos puntos entre s¨ª, m¨¢s se parece el genoma de esas dos personas. Si al mapa que estos datos dibujan se sobrepone un mapa de Europa la coincidencia resulta incuestionable: los pa¨ªses escandinavos se sit¨²an arriba mientras que el sur de Europa aparece claramente delimitado.
Los datos sugieren que el genoma de los europeos, a pesar de los siglos de migraciones y conquistas, es enormemente uniforme y que el viejo continente ha sido m¨¢s conservador de lo esperado a la hora de relacionarse y buscar pareja. "La diferenciaci¨®n en el genoma europeo es muy peque?a, aunque las poblaciones son muy distintas entre s¨ª", se?ala el investigador.
Los resultados de este trabajo tienen aplicaci¨®n en el campo de la investigaci¨®n biom¨¦dica. "Nuestros resultados tienen una gran implicaci¨®n para personas que estudian enfermedades gen¨¦ticas y reacciones a determinados f¨¢rmacos", explica Novembre. "Lo que nuestros datos dicen es que cuando se hace este tipo de estudios es necesario tener en cuenta c¨®mo se dise?an, para tomar en consideraci¨®n las influencias geogr¨¢ficas existentes y no confundir variaciones gen¨¦ticas geogr¨¢ficas con posibles causas gen¨¦ticas de la enfermedad".
Las aplicaciones podr¨ªan ser muchas m¨¢s, desde conocer con un mayor grado de especificidad los or¨ªgenes de nuestros antepasados, para aquellos interesados, hasta detectar movimientos migratorios de significativo valor hist¨®rico.
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