Aubry tiende la mano a su rival tras ser elegida primera secretaria del PS
Seguidores de Royal amenazan con recurrir la decisi¨®n ante los tribunales
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En el sal¨®n de actos se hizo un silencio brutal: "El resultado es S¨¦gol¨¨ne Royal, 67.349 papeletas; Martine Aubry, 67.451. Ahora debemos votar". El Consejo Nacional del Partido Socialista franc¨¦s (PS) opt¨® mayoritariamente por el s¨ª a la proclamaci¨®n del recuento y Martine Aubry, alcaldesa de Lille, fue designada primera secretaria del PS por 102 votos. Ha sido un proceso extenuante. Tres votaciones de militantes, un congreso fracasado y una Comisi¨®n de Quejas que examin¨® con lupa actas dudosas han minado la moral de los socialistas franceses.
El socialismo franc¨¦s tiene ya quien lo dirija. Antes de que votaran los cerca de 200 miembros del Consejo Nacional que se reunieron ayer para zanjar la cuesti¨®n que est¨¢ torturando a los socialistas franceses, se oyeron las opiniones de varios de los miembros que hab¨ªan participado en la Comisi¨®n de Quejas.
La derrotada pidi¨® "unidad" y "una transformaci¨®n en el seno del partido"
Esta comisi¨®n ten¨ªa por objeto examinar detenidamente las papeletas poco claras en la votaci¨®n que el s¨¢bado pasado dio por vencedora, por 42 apoyos, a Martine Aubry. Entonces, algunos de los dirigentes pr¨®ximos a S¨¦gol¨¨ne Royal tacharon el proceso de fraudulento y amenazaron con ir a los tribunales. Ayer no fueron tan lejos, al menos en la sala donde se celebr¨® la reuni¨®n del Consejo Nacional.
David Assouline, un dirigente socialista pr¨®ximo a Royal, se quej¨®, eso s¨ª, del poco tiempo que han tenido para examinar los votos, del poco tiempo que han tenido todos para organizar las votaciones, y acab¨® pidiendo una nueva consulta en nombre de la transparencia y la democracia.
Vincent Peillon, tambi¨¦n pr¨®ximo a Royal, tras solicitar la uni¨®n de todos los socialistas, tambi¨¦n pidi¨® otra votaci¨®n de los militantes "que quede por encima de toda sospecha". No denunci¨® fraudes, ni trampas, ni dijo nada de ir a los tribunales. Eso s¨ª: rechaz¨® el informe de la comisi¨®n.
La Comisi¨®n de Quejas trabaj¨® durante dos d¨ªas. "Hemos estado examinando votos durante todo este tiempo, mirando papeletas, pidiendo informaciones a los delegados de las federaciones de toda Francia", asegur¨® el presidente de esta comisi¨®n del partido, el antiguo ministro del Interior Daniel Vaillant.
Algo hab¨ªa cambiado en las maneras del socialismo franc¨¦s, de cualquier forma. A diferencia de lo ocurrido en el congreso de Reims, hace 10 d¨ªas, ayer, en el sal¨®n de actos de la Maison de la Mutualit¨¦, donde se celebr¨® la reuni¨®n, no hubo gritos, ni pataleos ni abucheos ni personas en pie abroncando al que hablaba. Daba la impresi¨®n de que los socialistas franceses estaban hartos de pelearse entre ellos.
Algunos dirigentes partidarios de Aubry pidieron entonces la aprobaci¨®n del informe, lo que, a la postre, significaba designar a la alcaldesa de Lille. Se pas¨® al momento decisivo. Se vot¨®: los miembros del Consejo Nacional lo hicieron a mano alzada, levantando unas cartulinas rojas: 159 aceptaron el informe; 76 lo rechazaron. Dos se abstuvieron.
"As¨ª, Martine Aubry es elegida primera secretaria del Partido Socialista franc¨¦s", dijo la portavoz del Consejo. Hubo aplausos, pero no muchos, ni tampoco demasiados v¨ªtores. La reuni¨®n transcurri¨® con una contenci¨®n rese?able, tal vez como reacci¨®n a las semanas enloquecidas en que lleva inmerso el socialismo franc¨¦s.
Aubry subi¨® a la tribuna. Y las primeras palabras que dijo se las dedic¨® a Royal. Le tendi¨® la mano para trabajar juntas y record¨® que, si bien ella es la primera mujer que dirige el socialismo franc¨¦s, Royal hab¨ªa sido la primera mujer candidata a la presidencia de Francia. La segunda frase se la dedic¨® al actual presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy y a su partido: "La derecha se ha estado riendo de nosotros estas semanas. Pero eso se ha acabado. El Partido Socialista ha vuelto". Termin¨® el discurso de Aubry.
Despu¨¦s, ya fuera de la sala, Royal pidi¨® "unidad" a los socialistas. Tambi¨¦n reclam¨® "una transformaci¨®n en el seno del partido". Pero casi al mismo tiempo, y en el mismo lugar, Jean-Louis Bianco, un dirigente socialista pr¨®ximo a Royal, exig¨ªa algo muy distinto y mucho m¨¢s concreto: "Otra votaci¨®n de los militantes, al menos en los lugares en los que hay todav¨ªa papeletas que consideramos dudosas". Y a?adi¨®: "Si no se accede por parte de la direcci¨®n y se hace esa nueva votaci¨®n, iremos a los tribunales".
La amenaza de un juez eligiendo al l¨ªder de los socialistas franceses aparec¨ªa de nuevo. La paz en el PS hab¨ªa durado un discurso.

Algo m¨¢s que la anti-S¨¦gol¨¨ne
Desde hace semanas, a Martine Aubry la describen siempre en comparaci¨®n a S¨¦gol¨¨ne Royal. Sus diferencias pol¨ªticas, la poca estima (por no decir odio) que se profesan, sus caracteres opuestos, su enfrentamiento cainita a cara de perro que ha partido en dos el Partido Socialista franc¨¦s (PS)... ?ltimamente, Aubry siempre ha sido la oponente a Royal, la cabeza visible del antisegolenismo. Y sin embargo, la actual alcaldesa de Lille es un personaje con historia propia.
Naci¨® en Par¨ªs hace 58 a?os, en una familia con pedigr¨ª pol¨ªtico. Su padre, Jacques Delors, ha sido uno de los m¨¢s recordados presidentes de la Comisi¨®n Europea. Estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas, se afili¨® al PS en 1974. Fue ministra de Trabajo y Asuntos Sociales desde 1997 a 2000 en el Gabinete de Lionel Jospin. Suya es la ley de la semana laboral de 35 horas.
En 2002, tras la hecatombe electoral socialista, Aubry, que hab¨ªa sido la portavoz de la campa?a, se refugi¨® en su feudo de Lille. Sus colaboradores la describen como una persona puntillosa, ¨¢cida. Tambi¨¦n como hipertrabajadora y cumplidora. De hecho, su gesti¨®n como alcaldesa le vali¨® en marzo la mayor¨ªa absoluta. S¨®lo despu¨¦s de ganar, Aubry decidi¨® que ya era tiempo de volver a la pol¨ªtica nacional. Alguien que en sus tiempos de ministra hab¨ªa despreciado, Royal, iba camino de convertirse en la primera mujer a la cabeza del PS.
Desde entonces, la antipat¨ªa y el enfrentamiento mutuo no han hecho sino aumentar. Aubry ha sabido rodearse de la vieja guardia del partido. Su candidatura es el resultado de la suma imposible de varias corrientes: el frente anti-S¨¦gol¨¨ne.
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