La 'caba?a del T¨ªo Tom', a tres grados

Carmen cree que es parte de un experimento sociol¨®gico. Por eso vive en la calle de Serrano. Frente a una pasteler¨ªa. En la ¨²ltima esquina antes de llegar a la Puerta de Alcal¨¢. "Yo soy del Ayuntamiento. Soy enfermera", dice junto a las compuertas de su laboriosa construcci¨®n invernal. Una casita de cart¨®n con el interior acolchado por muchas prendas anudadas y coronado por una sombrilla y un paraguas multicolores. Vive en la calle, pero tiene "permiso de la embajada de Francia" y por eso, cuenta muy seria, no le ata?e la campa?a del fr¨ªo municipal que se inaugur¨® anoche.

Una idea del Ayuntamiento de Madrid que Carmen parece desconocer y que aumenta en 357 plazas, hasta las 1.659, la red de albergues para acoger en los d¨ªas m¨¢s fr¨ªos del a?o, hasta el 30 de marzo, a alguno de los m¨¢s de 700 sin techo que viven en el centro de la capital. El Ayuntamiento sostiene que la mitad de ellos, los que se?ala como "cr¨®nicos", no quieren hacer uso de este servicio por sus horarios restrictivos, por sus prohibiciones y porque no les dejan llevar sus casitas port¨¢tiles.

"?En serio que ha empezado ya la campa?a del fr¨ªo?", se pregunta Rom¨¢n

En la superficie, se arraciman las 'casitas' frente a la Puerta del Sol

Unos "lugares, m¨¢s que hogares", en descripci¨®n de uno de ellos, que en ocasiones no son tan desmontables. Acurrucado en un laberinto de compuertas de cart¨®n y madera, Cuqui lleva dos a?os bajo el puente que une Rub¨¦n Dar¨ªo con la calle de Juan Bravo. "No se explaye, caballero, no voy a comentar nada de la campa?a del fr¨ªo", sentencia con los ojos encendidos bajo un gorro de lana. Est¨¢ sentado en una banqueta frente a su casa. "S¨®lo faltan Tom Sawyer y Huckleberry Finn para que sea la caba?a del t¨ªo Tom, aunque no se crea que uno est¨¢ aqu¨ª por gusto", explica con su peculiar mezcla de acidez ir¨®nica y simpat¨ªa: "Si quiere, se la cambio".

"El secreto para salir de la calle est¨¢ en el dinero. Simplemente", insiste erguido en su banquita. "Las cosas esas del Ayuntamiento son una p¨¦rdida de tiempo y adem¨¢s uno coge enfermedades. Eso est¨¢ lleno de gente con bacterias", advierte Cuqui, que se niega con una sonrisa a revelar sus actividades previas "a buscarse la vida en la calle".

Pero no todos los que aguantan un term¨®metro menguante que desciende hacia el cero cada hora que consume la madrugada tienen las ideas tan claras. "?En serio que ha empezado ya lo de los autobuses a Vallecas?", pregunta con la voz aflautada Rom¨¢n, un hombre con unas gafas razonablemente bien conservadas y aspecto de frisar los sesenta a?os bien envuelto en una pelliza. El Ayuntamiento fleta unos veh¨ªculos que salen de Atocha al albergue temporal en Villa de Vallecas. Una instalaci¨®n con capacidad para 130 camas. Rom¨¢n no lo sabe. Recuerda que lo us¨® el a?o pasado. Pero nadie le ha avisado del inicio de esta temporada.

"Los voluntarios, que les tienen controlados y que les reparten semanalmente su caf¨¦ caliente y les dan charla, les tienen informados", sostienen desde la Concejal¨ªa de Asuntos Sociales y Familia, la responsable del dispositivo. Un punto que confirma alguno de los aludidos, aunque recuerda que "a veces es dif¨ªcil seguirles la pista". Tambi¨¦n el Samur Social, que "tiene sus rutas" y que, "sobre todo, atiende al tel¨¦fono cada vez que se localiza a alguno".

Por ejemplo, todos los que se est¨¢n hacinando en los pasadizos de Banco de Espa?a y de Col¨®n. Precisamente, la idea de poner en marcha una campa?a del fr¨ªo fue para evitar esas aglomeraciones en el subsuelo.

Con una poblaci¨®n creciente, muy numerosos, pero en la superficie, se arraciman las casitas de cart¨®n frente al Corte Ingl¨¦s de Preciados. Exactamente, a menos de 10 metros de una de sus puertas laterales, en la calle de Tetu¨¢n. M¨¢s de una decena de sin techo se r¨ªen de la campa?a del fr¨ªo. Les hace gracia. Entre ellos, una mujer mayor muy sonriente que muestra la cabecita a trav¨¦s de un sim¨¦trico ventanuco que se ha hecho en su mini vivienda construida con las cajas que desparraman entre los adoquines los comercios. La "construcci¨®n" est¨¢ encajonada en una salida de emergencia y por eso tiene paredes y techo. El frontal est¨¢ adornado con una garrafa de 10 litros de agua vac¨ªa. "No s¨¦ nada de la campa?a esa", se disculpa la mujer mientras ofrece una ensalada precintada cortes¨ªa de una hamburgueser¨ªa. Algunas consonantes dan la pista de que no es espa?ola. Pero no quiere contar nada de su historia ni mostrar su rostro. Pertenece al grupo de los cr¨®nicos. La noche en la calle es importante para su supervivencia. No puede abandonar su casa. Sus cosas. Aunque haga fr¨ªo.