China, la democracia gradual
La transici¨®n democr¨¢tica en China ya ha comenzado; el proceso est¨¢ en marcha. Pero a diferencia de las transiciones en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica y otros pa¨ªses comunistas de Europa del Este, el camino hacia la democracia en China no va a estar configurada por momentos claros de ruptura. Es una transici¨®n gradual, paulatina, con caracter¨ªsticas propias.
La referencia a tener en cuenta para comprender la transici¨®n pol¨ªtica de China no es la transici¨®n pol¨ªtica en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sino c¨®mo se ha producido la transici¨®n econ¨®mica en China. La reforma econ¨®mica, que se inici¨® hace 30 a?os, ha sido gradual, paulatina, sin rupturas. No ha habido big bangs de la reforma (privatizaciones masivas, liberalizaciones bruscas de precios) como s¨ª hubo en Europa del Este.
Los chinos disfrutan ahora de m¨¢s libertades personales que antes de las reformas econ¨®micas
El PCCh conserva una amplia base de legitimidad ante la poblaci¨®n
China fue liberalizando poco a poco su sistema econ¨®mico. Se liberalizaron progresivamente los precios. Se permiti¨® la propiedad privada en las empresas. En una primera etapa ¨¦sta se desarroll¨® fundamentalmente a trav¨¦s de la entrada de inversiones extranjeras. M¨¢s tarde se empezaron a privatizar empresas estatales. Fue surgiendo un sector empresarial privado chino, que cada vez tiene un papel m¨¢s determinante en la econom¨ªa.
Sin que se pueda identificar un momento en el que se produce el cambio cualitativo, la econom¨ªa china ha dejado de ser socialista para convertirse en una econom¨ªa capitalista. China tiene todav¨ªa un fuerte intervencionismo estatal en la econom¨ªa, de eso no hay duda, y las empresas estatales siguen desempe?ando un papel clave. Pero no es una econom¨ªa que se pueda considerar socialista: una parte mayoritaria de la producci¨®n se produce en condiciones de sector privado y se comercializa a precios libres. Y la tendencia es hacia un creciente peso de los elementos privados en el sistema econ¨®mico.
Seg¨²n un tipo de an¨¢lisis muy extendido, China ha registrado una profunda transformaci¨®n econ¨®mica, pero el sistema pol¨ªtico, basado en la dictadura del partido comunista, no se ha modificado. En las versiones m¨¢s extremas de este an¨¢lisis, la situaci¨®n pol¨ªtica de China es muy poco diferente a la que exist¨ªa hace veinte o treinta a?os.
Este tipo de an¨¢lisis ignora el enorme cambio que se ha producido en China en el marco de libertades de la poblaci¨®n. Los ciudadanos chinos disfrutan hoy en d¨ªa de un grado de libertades personales incomparablemente mayor que el que ten¨ªan hace veinte o treinta a?os. Pueden viajar, cambiar de residencia, de trabajo, de una forma que hubiera sido inimaginable antes de la era de la reforma.La libertad de expresi¨®n, la
capacidad de cr¨ªtica, tambi¨¦n se ha ido expandiendo. En un reciente art¨ªculo, el periodista del diario The New York Times Nicholas Kristof contaba c¨®mo durante los ¨²ltimos cinco a?os ha ido probando la actuaci¨®n de los censores en Internet. Haci¨¦ndose pasar por chino (Kristof vivi¨® y fue corresponsal en China), Kristof ha escrito en chats y blogs comentarios cr¨ªticos hacia el Gobierno. Al principio ¨¦stos ni siquiera eran publicados, porque la publicaci¨®n requer¨ªa la aprobaci¨®n de los censores. M¨¢s tarde eran publicados, pero los censores los borraban al cabo de poco tiempo. Kristof se?alaba c¨®mo en los ¨²ltimos tiempos sus comentarios criticando al Gobierno sobre temas como la masacre de Tiananmen o Falun Gong han sido publicados y han permanecido en la Red, incluso en la propia web del Diario del Pueblo, el ¨®rgano oficial del Partido Comunista Chino.
Lo mismo que China fue avanzando en la reforma econ¨®mica y un d¨ªa se encontr¨® con que ya no era socialista sino capitalista, el marco de libertades, de cr¨ªtica, de participaci¨®n ciudadana ir¨¢ avanzando, y un d¨ªa, quiz¨¢s no muy lejano, China se encontrar¨¢ con que, por fin, se puede considerar como una sociedad democr¨¢tica.
Como es l¨®gico, es dif¨ªcil anticipar los detalles del proceso. Quiz¨¢s el Partido Comunista Chino cambie en un momento dado su nombre, pasando a llamarse Partido Social Dem¨®crata de China, por ejemplo. Y muy posiblemente el Partido Comunista ser¨¢ el partido que gane las elecciones libres durante un periodo de tiempo. En Taiwan -una significativa referencia a tener en cuenta-, cuando se produjo la democratizaci¨®n, a fines de los ochenta, el Kuomintang, que hab¨ªa gobernado de forma dictatorial durante d¨¦cadas, gan¨® las primeras elecciones de la nueva etapa democr¨¢tica.
China se alinear¨¢ en este sentido con las tradiciones pol¨ªticas de las sociedades asi¨¢ticas de influencia confuciana, caracterizadas por un alto grado de estabilidad pol¨ªtica y, seg¨²n algunos, de autoritarismo. En Jap¨®n, el Partido Liberal Dem¨®crata ha estado en el poder desde 1955 salvo un breve par¨¦ntesis en 1993. En Singapur, desde la independencia gobierna el mismo partido, el PAP (People's Action Party), que en las ¨²ltimas elecciones de 2006 obtuvo 82 de los 84 diputados elegidos por los ciudadanos.
Guste o no guste, el Partido Comunista en China conserva una amplia base de legitimidad ante la poblaci¨®n, legitimidad basada en dos grandes factores. Uno lo podr¨ªamos considerar como hist¨®rico: el Partido Comunista ha sido la fuerza que reunific¨® China, termin¨® con las agresiones exteriores y con la debilidad del pa¨ªs, convirti¨¦ndolo en una potencia respetada en el mundo. El segundo gran factor de legitimidad es econ¨®mico y tiene su origen en la pol¨ªtica de reforma: el Partido ha dirigido un proceso de transformaci¨®n que ha permitido un gran avance econ¨®mico, que ha supuesto la mayor revoluci¨®n econ¨®mica de la historia, en el sentido de que nunca hasta ahora un colectivo tan grande de poblaci¨®n hab¨ªa mejorado tanto sus condiciones materiales de vida en un periodo de tiempo tan corto.
Lo anterior no significa que la comunidad internacional deba abstenerse o mantenerse al margen completamente de la evoluci¨®n pol¨ªtica de China. Pero debe actuar de forma que favorezca esta transici¨®n democr¨¢tica, y no con acciones que ser¨ªan contraproducentes para ¨¦sta.
Desde hace 30 a?os, en China existe una estrecha correlaci¨®n entre crecimiento econ¨®mico e inserci¨®n exterior, por un lado, y progreso de las libertades y de la democracia, por otro. Actuaciones que favorezcan el desarrollo de la econom¨ªa de China, su interrelaci¨®n con el exterior, contribuyen a favorecer el avance de las libertades y la marcha hacia la democracia. Sanciones econ¨®micas, boicoteos, tendr¨ªan un efecto contraproducente. Se debe, pues, actuar con realismo: puede resultar muy gratificante exigir elecciones completamente libres para ma?ana mismo, pero est¨¢ claro que no es un objetivo realista.
Enrique Fanjul fue consejero comercial de la Embajada espa?ola en Pek¨ªn y presidente del Comit¨¦ Empresarial Hispano-Chino. Es autor de tres libros sobre China.
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