Desagravio a la memoria robada
Juan Mars¨¦, eterno favorito, gana por fin el galard¨®n cumbre de las letras espa?olas
Si el Premio Nobel sorprendi¨® a Doris Lessing con la bolsa de la compra en la mano, el Cervantes le cay¨® ayer a Juan Mars¨¦ con unos an¨¢lisis cl¨ªnicos bajo el brazo. Una mano en el bolsillo, la cazadora con el cuello ligeramente levantado, el andar suelto con calzado deportivo... Un Mars¨¦ en estado puro frunci¨® el cejo y lanz¨® un "?Me ha tocado?" ante el grupo de periodistas que le esperaba en la puerta de su casa barcelonesa. No, Mars¨¦ no sab¨ªa que ya hac¨ªa casi dos horas que el jurado del galard¨®n m¨¢s prestigioso de las letras espa?olas, dotado con 125.000 euros, hab¨ªa reca¨ªdo por fin en ¨¦l, tras sonar un sinf¨ªn de veces su nombre, "por su decidida vocaci¨®n por la escritura, venciendo los elementos personales y su dura vida, y por su capacidad para reflejar la Espa?a de posguerra".
"Yo estoy marcado por la derrota de la Guerra Civil", admite el escritor
El mejor cronista en lengua castellana de la Barcelona gris de posguerra, de los sue?os rotos y las frustraciones que se acumularon en la vida de varias generaciones sab¨ªa, claro, que se fallaba el premio, pero no quiso cambiar en nada sus planes. "Me lo esperaba s¨ª y no; bueno casi no, cre¨ª que recaer¨ªa en Pepe [por Caballero Bonald] o en Ana Mar¨ªa Matute". Pero algo se ol¨ªa porque, seg¨²n reconoci¨®, su "cardi¨®logo, el doctor Massip", le dijo que le notaba "muy nervioso". "Y aunque dud¨¦, le explique que hab¨ªa esto y entonces me dijo: 'Pues di que si est¨¢s vivo es gracias a m¨ª'".
Mars¨¦ (Barcelona, 1933) andaba ayer haciendo lo que m¨¢s le gusta en la vida; contar sus aventis. Esas historias inventadas a partir de sucesos reales o bien ya magnificados por la memoria popular. Ficciones arrancadas de la memoria de la guerra civil y que ¨¦l contaba a sus compa?eros de escuela en los tan poco triunfales a?os cuarenta. "El fracaso te enfrenta con la esencia de la vida y yo estoy marcado por la derrota de la Guerra Civil", ha admitido siempre Juan Mars¨¦, nacido Juan Faneca Roca pero que al morir su madre en el parto fue adoptado por el matrimonio Mars¨¦
El gusanillo de las historias quedar¨ªa en aquel joven aprendiz de un taller de joyer¨ªa. El mismo que entusiasm¨® a los Barral, Gil de Biedma o Garc¨ªa Hortelano en 1960. Entonces qued¨® finalista del Premio Biblioteca Breve con Encerrados con un solo juguete. Ellos creyeron haber dado con el grial del escritor obrero. En realidad, hab¨ªa nacido un aut¨¦ntico narrador de una ¨¦poca parda que, recortando el mapa real del menestral barrio barcelon¨¦s de Gr¨¤cia explotar¨ªa en las obras que ayer el autor destac¨® como las favoritas entre su producci¨®n: ?ltimas tardes con Teresa (1966, Premio Biblioteca Breve y que asegur¨® su "vocaci¨®n como escritor"), Si te dicen que ca¨ª (1973), Un d¨ªa volver¨¦ (1982) y Rabos de lagartija (2000).
"S¨ª, escribo para recuperar una memoria usurpada por 40 a?os de franquismo, pero hace ya tanto que lo digo que constatarlo me resulta deprimente a m¨¢s no poder. Tanto como el comportamiento de la Iglesia espa?ola o el tema de la memoria hist¨®rica", explicaba ayer. Y de fondo resonaba otra definici¨®n, ¨¦sta recogida en la reciente Ronda Mars¨¦ (Candaya): "Soy un anticlerical militante, harto de pagar de mi bolsillo a esa pandilla de obispos, chorizos y sinverg¨¹enzas".
"Espero que el premio no tenga intencionalidad pol¨ªtica porque yo no defiendo nada ni a nadie, s¨®lo el derecho a escribir en la lengua que me d¨¦ la gana", salt¨® cuando se le dio a conocer las declaraciones del ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, quien asegur¨® que Mars¨¦ "ha contribuido a la defensa en Catalu?a de una lengua [el espa?ol] que hablan 500 millones de personas".
"La lengua es una manera de entenderse, cuando la convierten en bandera para algo ya me meto la mano en el bolsillo porque s¨¦ que me robar¨¢n la cartera", ironiz¨®. "Escribo en castellano porque mis lecturas, mi cine, mi todo lo aprend¨ª en castellano y as¨ª form¨¦ mi discurso mental; si hubiera sido un pa¨ªs normal, por entorno familiar quiz¨¢ escribir¨ªa en catal¨¢n, pero... en cualquier caso, los premios no tienen nada que ver con la literatura".
Lento "y orgulloso de ello", el escritor ultima una novela en la que a¨²n cojea "una historia paralela". Y en la que aprovechar¨¢ para vengarse un poco del mundo del cine que tanto le marc¨® de peque?o pero que le ha maltratado con sus adaptaciones. Ayer, el autor dedic¨® el premio a la actriz Paulette Goddard, inolvidable rostro del cine cl¨¢sico.
Mars¨¦ tiene, entre otros, dos premios Nacionales de la Cr¨ªtica y uno de Literatura, pero ni todo un Cervantes le quita un cierto miedo de escritor. "Siempre te quedas algo vac¨ªo y con el pavor de si podr¨¢s escribir de nuevo". Por si acaso, esta ma?ana, si le dejan "los periodistas", intentar¨¢ retomar sus aventis.
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